martes, 8 de noviembre de 2011

LOS ROSTROS


Salí al pueblo, recorrí las calles y con detenimiento observé los rostros. Rostros de niños y jóvenes, de viejos y mujeres; rostros que siempre miraba, pero ahora sonreían, saludaban y decían adiós con sus manos. ¿Qué será?, me preguntaba. Debe ser el viento fresco de noviembre, pensé. Regresé a casa y encontré los mismos rostros sonrientes, llenos de dicha y felicidad. ¿Quiénes son?, pregunté. “Son rostros de tu pueblo; los dueños de nada, los lustradores, los chamberos, las empleadas domésticas, lavanderas de ropa ajena, de los recoge basura, de los vende todo. Esperan que le regreses la sonrisa”, dijo el viento.
           
Expectantes, los rostros me observaban fijamente como en pausa. Volví a mirarlos, recorrí de prisa sus gestos. ¿Qué tienen?, ¿Por qué están felices?, pregunté al viento. La lluvia irrumpió ahuyentándolos, pero los rostros continuaban en el corredor. Uno a uno fue despertando al sentir las gotas de lluvia y, al hacerlo, respondían la causa de su dicha.

EL DUEÑO DE NADA: sonrío y estoy feliz porque vivo libre y lleno de esperanza.

EL CHAMBERO: yo, porque estoy seguro de que al salir el sol encontraré cualquier trabajo para ganarme el día con el sudor de mi espalda.

EL LUSTRADOR: yo sonrío porque tengo mil amigos que me buscan en el parque.

LA EMPLEADA DOMESTICA: y yo porque mi patrona ha comenzado a darme mejor trato.

LA LAVANDERA DE ROPA AJENA: yo porque he aprendido a ahorrar agua.

EL RECOGE BASURA: y yo porque cada día es menor la cantidad de basura que encuentro en las cunetas.

EL VENDE TODO: yo porque pronto pagarán el aguinaldo, se acerca el mes de diciembre y venderé más cosas.

Al escucharlos con detenimiento también sonreí. Me uní a ellos, salimos a las calles y saludamos llenos de alegría a todos los rostros que nos encontramos en el camino. Igual que yo, otros preguntaban; al responderles sonreían, uniéndose hasta formar un ejército de rostros felices.
           
Al llegar mi turno de explicar por qué, dije: “sonrío por ellos, su dicha me contagia. Quiero ver las calles inundadas de rostros felices, contagiarlos de alegría”.

Sonó el despertador y desperté sonriente.

Ronald Hill A.
La Colina.
Nueva Guinea, RAAS.
Lunes, 07 de noviembre de 2011 

3 comentarios:

  1. Que bueno Ing. yo por eso vivo sonrriendo.

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  2. YO SONRIO PORQUE TENGO VIDA DE UN DIA y porque vi que mi pais voto democraticament y gano mi candidato que es el que ha hecho mas cosas por nuestro pais. VIVA NICARAGUA LIBRE

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  3. Ya somos tres los que sonreímos a la vida.

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