sábado, 9 de abril de 2011

MARTIRIO MILITANTE

Ilusiones truncadas, ahogadas por ansias sombrías en cuyas aguas danza su corazón esclavizado, sufriente de dolor solitario, manifestado frente al espejo de los desengaños. Rostro triste, lágrima única, sin compasión alrededor.

Alma sumida, deshecha ante las mieles amargas de la oscuridad. Sin paz, ni descanso ante el timbrar constante del teléfono móvil de doble chip, llamadas inquietantes sin identificarse. Nervios a flor de piel, atento al movimiento de su propia sombra. Inquieto frente a propios y avasallador ante extraños. El arrebato explota sacudiendo su alrededor, los temerosos bajan la mirada, otros la evitan, pocos la enfrentan por sospechas imaginarias.

Palabras y frases vacías, huecas sin sentido propio, fugadas del alfabeto de consignas que suenan como eco en la profundidad de su mente. Suaves, dulces y lacayas transfigurándose en toscas, amargas e hirientes desvariando sus sentidos ante la mirada expectante de los suyos.

Otra lágrima surca su mejilla. Dolido observa la fotografía familiar en la quietud de la habitación vacía. Sin paz ni sosiego, camina alrededor de la cama, sale al corredor sin encender la luz, escucha en el silencio penas y lamentos. Su corazón clama libertad, reventar cadenas y cesar el tormento.

La balanza indecisa se inclina a los actos proselitistas. Su juramento marca el rumbo hasta estrellarse en la tormenta del descontento, luchando contra la corriente se transforma en naufrago del engaño, sumergido en la mentira y la conspiración, develados por un haz brillante de realidad.

¿Valdrá la pena el martirio? ¡Tú lo sabes!
Los mártires no sufrieron como tú, su dolor fue mortal y crucificante.
Los héroes te aguardan, traspasa a la eternidad.
¡Cuántas mentiras! ¡Cuántos engaños! ¡Regresa a los tuyos!
Creoles, misquitos, garifunas, ulwas, mayagnas, ramas y mestizos lo celebrarán.


La Colina
Nueva Guinea, RAAS
Viernes, 08 de abril de 2011