lunes, 30 de enero de 2012

EL BLUFF



Sencillamente con siete letras lo nombramos,
en el cicatrizo las heridas.
Es una roca, un altar, un refugio
donde siempre eres bienvenido.
Una cacatúa multicolores, doblemente generoso.
Una habitación que se encuentra en lo alto,
una mansión en la colina.

Sus memorias siempre están a mi lado
cuando solitario me encuentro.
Después de prolongados escapes
finalmente regreso.

Allí se encuentra el corazón.
Cuando roto está,
perdido en marañas de llanos y avatares de la vida
busco el camino de regreso
al lugar que pertenezco.

Si la lucha me destroza
emprendo el viaje de retorno.
Un arco iris, mar y cielo azul, sol resplandeciente,
brisa de vida, brazos de los míos
abiertos me esperan.


Ronald Hill A.
El Bluff, RAAS.
23/01/2012

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