lunes, 4 de agosto de 2014

FRIJOLEADOS: INCOHERENCIA Y FANTASÍAS


Una tarde caminé hacia el pueblo y encontré a don José Luis en el corredor de su casa limpiado los frijoles de su cosecha. Me acerqué y le tomé una foto. “Para la comida”, dijo sonriente.

Hoy lo vi en el mismo corredor junto a su esposa y nietas, pero ahora disfrutaba la frescura que le brinda la sombra de los árboles. Recordé la foto y le grité desde la calle de piedras: “Los frijoles están caros”. Se levantó sonriente y me saludó de manos.

Hace una semana el precio del frijol estaba a C$ 26.00 la libra en el mercado de Nueva Guinea. Hoy amaneció a C$ 60.00 las dos libras, es decir, a C$ 30.00 por libra. Es increíble, estamos frijoleados, nos siguen frijoleando.

En el mes de Marzo del 2011 los productores le vendieron a ENABAS a C$ 1,150.00 el quintal y al fin ganaron, no perdieron. Entusiasmados por la demanda incrementaron sus áreas sembradas en el año 2012 pero el precio se les vino al suelo debido a que el gobierno no autorizó la exportación de frijoles aduciendo problemas fitosanitarios para ello. En el 2013 el mercado comenzó a enviarles señales (los mismos de siempre, los vinculados a los "agronegocios" y a la exportación) y muchos creyeron en la oportunidad de exportar frijol negro a Venezuela para recuperarse.

La propaganda infló una burbuja enorme y, a pesar de ello, por una estrategia propia de aversión al riesgo, los productores no incrementaron el área sembrada sino que la redujeron y sembraron más frijol negro que rojo como es el caso de Nueva Guinea, mientras que en el Norte sembraron menos frijol y se aventuraron con el cultivo de Chía por el atractivo de su precio. La crisis Venezolana estalló y volvieron a quedar frijoleados: recibieron un precio menor al esperado por quintal de frijol negro y, al comenzar a salir la cosecha de este año, el del rojo pasó de 600 hasta llegar a los 1,200 córdobas por la escasez.

Por supuesto que en toda esta situación ha tenido peso el acaparamiento y la especulación, pero no es nada nuevo, siempre ha existido y a estos todos los conocemos. Pero lo que más daño nos ha causado son las históricas políticas incoherentes y fantasiosas que se implementan alrededor de este producto campesino.

Don José Luis está fresco, tiene garantizados los frijoles porque el que siembra y se esmera, siempre obtiene buena cosecha. Nosotros seguimos pagando los platos rotos, nos siguen frijoleando.