martes, 24 de febrero de 2015

NUEVA GUINEA Y LA CULTURA DE PAZ

En el parque central de Nueva Guinea hay un Monumento de la Paz. En ese Monumento de la Paz aparece el nombre de varios personajes de Nueva Guinea y, entre ellos, el suyo, Arsenio Alvir Castellón. Quiero que nos comparta ahora, en conmemoración del 50 aniversario de fundación de Nueva Guinea, su historia de trabajo para conseguir la paz en el municipio. Cuéntenos Arsenio, hermano, reverendo, ¿Cómo vino usted a Nueva Guinea?

Arsenio (AAC): Mi papá, uno de los fundadores de Nueva Guinea, vino con mi mamá. Es de los 17 primeros fundadores y mi mamá fue la primera mujer que vino, yo allí venía de cuatro años. Recuerdo haber llegado allí al Zapote a pescar todo el día.

Ronald (R): ¿Cómo se llamaba su papá?

AAC: Se llamaba Marcos Alvir Nativo y mi mamá Hercilia Castellón.

R: ¿De dónde eran originarios?

AAC: Nosotros venimos de Pueblo Nuevo, Estelí, porque mi papá pertenecía a la iglesia Bautista de Somoto y el pastor era don Miguel Torres, el que trajo al grupo de campesinos a Nueva Guinea.

R: Se conocieron allá.

AAC: Si, él era miembro de la iglesia de don Miguel Torres, mi papá y mi mamá.

R: Entonces usted chavalo aquí vio todo el proceso de desarrollo cuando comenzaron a construir la colonia, las colonias, el IAN, todo eso.

Arsenio Alvir Castellón
AAC: Todo, todo. Tuve la oportunidad de viajar. Bueno, primero viajé de Nueva Guinea a La Gateada porque me enfermé pequeño y mi papá se tiró una semana cargándome para sacarme a La Gateada. Dilató una semana porque yo no podía caminar, tenía problemas en el hígado, no caminaba del dolor. El me cargó una semana, se le inflamaron los hombros y mi hermanita caminó la semana, era menor, pero como iba buena, ella caminó hasta La Gateada a pie con mi mamá. Así mi papá me llevó hasta Managua a las oficinas del IAN y allí me atendieron tranquilo, le daban dormida a mi papá y oportunidad en el día de trabajar para ganar dinero y vivir.

R: ¿Y se curó?

AAC: Me curé para siempre. Si, gracias a Dios.

R: Así lo veo, sano todavía hermano. Entonces, hablando del tema de su nombre en el monumento de la Paz que está en el parque central, cuénteme porque aparece usted en ese monumento, usted es reverendo, pastor de la iglesia Bautista.

AAC: Por dos cosas digo yo, o talvez por tres. Una es que ya en ese tiempo, en los años ochenta, yo trabajaba en el CEPAD (Consejo Evangélico Pro-Alianza Denominacional), aquí era el director de la oficina en Nueva Guinea, también era pastor, pastoreaba, tuve varias iglesias a mi cargo, San Antonio, Rio Plata, Los Ángeles y otras comunidades. Y entonces eso, y otra cosa era que también tenía la oportunidad de comunicarme con otros pastores y se dio la situación del Servicio Militar Patriótico (SMP) y entonces la gente andaba corriendo, las mamás corrían para allá y para acá, la verdad es que no se les resolvía ningún problema porque ellos corrían a las oficinas de los militares y allí se cerraban las puertas, no había nada que hacer.

R: Ellos los buscaban a ustedes.

AAC: Entonces allí nosotros, nos buscó alguna familia y empezamos a hablar por algunas personas que verdaderamente no podían ir al SMP según el acuerdo que el gobierno había hecho y había que alguien gestionara el cumplimiento de esos acuerdos, hijos únicos, en el marco de la edad, varias cosas y así nosotros reclamábamos, así empezamos a trabajar con la comunidad. Ya después nos organizamos un grupito de pastores.

R: Pero ese trabajo por la paz durante esa etapa del SMP, ¿todos los pastores lo apoyaban?

AAC: No, no, eran poquitos, eran poquitos.

R: ¿Por qué no se involucraban todos?

AAC: Después de gestionar un poco el trabajo con la gente del servicio, se nos vino entonces, se nos acumuló el trabajo ya con gente presa. Empezaron a caer los presos, el gobierno empezó a echar preso a los campesinos, a los sospechosos del pueblo, etcétera. Allí ya la población nos invadió pidiendo ayuda, entonces tuvimos que buscar un grupo más grande de pastores. Pero allí chocamos cuando los pastores no querían trabajar por la paz.

R: ¿Por qué?

AAC: Porque dice la palabra del Señor que es necesario que haya guerra para que venga el fin, y si nosotros trabajábamos por la paz desactivábamos la guerra y entonces nunca iba a venir el fin, y el fin era la venida del Señor. Muchos pastores creían en eso, pero es algo absurdo porque el Señor nos hizo el llamado que bienaventurados los que trabajáramos por la paz, incluso íbamos a ser llamados hijos de Dios y también herederos de la Tierra. Es un privilegio ser pacifista, hemos sido llamados para ser pacifistas todos los cristianos, más sin embargo había esa oposición, costó que se rompiera, muchos no aceptaron pero la mayoría sí.

R: Se involucraron a trabajar y cuéntenos cómo es que surgen las Comisiones de Paz, ¿a raíz de eso?

AAC: A raíz de eso ya vamos trabajando pero no tenemos nombre de Comisión de Paz. Sin nombre, quizás la gente decía Arsenio, vamos donde Arsenio, vamos donde el otro pastor que trabaja con Arsenio. Pero ya después, cuando el gobierno formó la Comisión Nacional de Reconciliación, a finales de 1985, allí estaba metido como honorario el doctor Gustavo Adolfo Parajón, un pastor bautista, el reverendo Gustavo Parajón, lo conocíamos muy bien, él nos acompañó en todo ese proceso anterior, entonces nosotros a partir de allí nos pusimos el nombre de Comisiones de Paz.

R: A partir de la relación con la Comisión Nacional de Paz y Reconciliación.

AAC: Y gestionamos entonces que viniera la Comisión Nacional de Reconciliación para que se reuniera con nosotros, pero como la presidía el cardenal Miguel Obando y Bravo, me imagino que su agenda era muy grande, nunca tuvo tiempo para venir a Nueva Guinea a conocer el trabajo, a ayudarnos. El único que venía cada mes era el doctor Parajón. A raíz de allí fue tan importante el trabajo que fue necesario hacer Comisiones de Paz en todito el municipio de Nueva Guinea. Logramos tener 1200 pacifistas. Yo recuerdo al delegado de la iglesia católica de San Antonio, cuando la comunidad lo nombró como pacifista él dijo: “¿cuál es mi seguro?, si me pasa algo, quien responde por mi familia”. Alguna gente tenía miedo, pedía seguridad, pero la única seguridad que nosotros teníamos era que éramos bienaventurados.

R: Pero en si el trabajo de la Comisión de Paz, ya constituida la Comisión Nacional de Paz y Reconciliación y ustedes que adquieren ese nombre, ¿en qué consistía?, además de mediar en los casos de los que echaban presos y los chavalos que se iban al Servicio Militar, ¿ya tenían grupos armados aquí en la zona y se involucraron en las comunidades para que se desarmaran?

AAC: Era grande el trabajo de la Comisión de Paz. Uno era tener el valor para dialogar con el gobierno, y fuimos dichosos y bienaventurados que el gobierno Sandinista, estoy hablando de las estructuras, delegado departamental, el ministro Agustín Lara de Juigalpa, los secretarios políticos de Nueva Guinea, los jefes militares, se reunían con nosotros para escuchar todos los abusos que se cometían en todas las zonas con la gente que talvez nada tenían que ver en el asunto e incluso con los familiares, etcétera. Entonces teníamos ese diálogo abierto y una de las cosas importantes es que nos cumplían, mejoraban los acuerdos y lo mismo hacíamos después con la contra. Nos reuníamos con los jefes de la contra para también exigir el no abuso, no andar asesinando a la gente sólo porque lo denunciaban, secuestrando a las personas, incluso llegamos a un acuerdo que no pelearan en las colonias, que si iban a pelear que se agarraran en los potreros, en las lomas, donde sea, pero no en los pueblos. La contra y los sandinistas ayudaron a todo eso.

Era un trabajo incómodo, difícil, porque como la contra no nos mataba a los comisionados de paz, a ningún comisionado de paz mató la contra, entonces los sandinistas decían estos majes son contras y como los sandinistas no nos echaron preso a ningún comisionado de paz ni nos mataron, entonces los contras decías estos majes son sandinistas. Era bien difícil, era bien difícil el trabajo de nosotros. Recuerdo cuando se desarmó la contra en Yolaina, el comandante dijo “ahora Señor te pido perdón por haber creído que los comisionados de paz eran sandinistas”, en Yolaina, en el acto central el jefe de la contra pidió perdón a Dios por pensar mal de nosotros.

R: Entonces se terminó la guerra, pasamos esa etapa de guerra y llegamos a la época de los noventa. ¿Considera usted que realmente con todos los acuerdos de la reconciliación, la desmovilización, con todo eso, alcanzamos la paz en Nueva Guinea, en la década de los noventa, la década del 2010? ¿Cree usted que la alcanzamos?

AAC: Pero antes de eso, ese monumento que está en el parque, en ese monumento hay 1,115 fusiles, allí abajo, enterrados.

R: Es como el monumento de la paz que lo botaron en Managua.

AAC: Si, pero allí tenemos 1,115 AK y también unos RPG7, como tres RPG7 que hay enterrados allí. Hicimos una fosa, llantas, se le pegaron fuego para que se quemaran, se cortaron. Allí están enterrados. Por eso es que después hemos hecho el monumento poquito a poco, un monumento sencillo porque la Comisión de Paz nunca tuvo dinero, el gobierno nunca le ayudó.

Yo recuerdo que cuando estaba doña Violeta, vino el asistente de doña Violeta, el yerno, Antonio Lacayo, vino doña Violeta por primera vez y le preparó una entrevista con la Comisión de Paz y le dijo a Baquedano: ¿tenés dinero para apoyar a la Comisión de Paz?, Baquedano era el Alcalde, no dice Baquedano, estos merecen ayuda, entonces dice, nosotros le vamos a dar, llegue el día tal a Managua, vamos a entregar una ayuda a la Comisión de Paz. Entonces la Comisión de Paz, que yo la encabezaba, nos vamos para Managua con Leonel Martínez que era el delegado de la iglesia católica a recibir un presupuesto especial para la Comisión de Paz. Nosotros gastamos 830 córdobas en ese viaje a Managua y cuando nos recibieron allá en la Presidencia, fuimos a tesorería, allí estaba el gran cheque, así grandotote el cheque, 620 pesos.

R: Le quedaron debiendo.

AAC: Perdimos, perdimos nosotros. Nunca nos ayudaron los del gobierno. Qué barbaridad, ¿verdad?

R: Por la Paz hermano que hay que trabajar y hay que trabajar serio, por eso le pregunto si usted considera que si alcanzamos la paz en la década de los 90 y del 2000 al 2010.

AAC: Bueno, después del desarme de la contra y todo esto, los comisionados de paz siempre quedaron en las comunidades resolviendo algunos casos porque la gente creía en ellos, incluso por decirte algo, servían como juez, si se moría el señor de la finca ellos servían como juez para hacer las reparticiones justas, entonces en las comunidades quedaron, todavía hay muchos miembros de las comisiones de Paz que están intermediando en el desarrollo, en la paz de las comunidades, pero no hay.

R: Muchos se han involucrado como facilitadores judiciales también.

ACC: Si, pero no hay la paz que se desea.

R: ¿Por qué no hay esa paz?

ACC: Porque tenemos la pobreza, los ricos aprovechándose siempre más y estrangulando al pobre, a veces el gobierno pone oídos sordos a las peticiones de la gente. No hay crédito a veces para ayudarle a la gente de parte del gobierno para que ellos puedan resolver sus propios problemas. Siempre hay conflictos, las tierras, un poco de cosas que se necesita superar para lograr la paz.

R: Mientras existan injusticias dicen que nunca va a haber paz, ¿será cierto eso?

ACC: Sí y además nosotros ahora estamos promoviendo la paz hacia otra escala también, antes solo promovíamos la paz de no matarte y los derechos humanos, ahora estamos promoviendo la paz desde el punto de vista de paz con la naturaleza, paz con la tierra, paz con todo lo que es el ambiente.

R: Esa es la cultura de Paz.

ACC: Estamos ahora promoviendo la cultura de Paz, más general.

R: Usted que ha sido fundador de Nueva Guinea, esa trayectoria suya, cómo valora desde ese trabajo suyo de pastor de la iglesia evangélica, de reverendo y de trabajador activo, reconocido por la paz en Nueva Guinea, ¿Cómo valora estos 50 años?

AAC: Yo miré como se formaron las colonias, recuerdo cuando iba a Nuevo León a ver a mi familia que vino, ya después para lo del Cerro Negro vino a ubicarse a Nuevo león, yo me tiraba casi todo el día para llegar por aquellos lodazales. Me acuerdo que a un primo mío se le pegó un macho y no lo pudieron sacar, tuvieron que sacarlo en pedazos para no estorbar el camino. Entonces, ha como era antes a ahora, a la gran puchica, cambió totalmente, estamos desarrollados y creo que mejor que algunos pueblos que tiene 100 años, muchísimo mejor, aquí hallas de todo.

R: ¿Cómo ve a Nueva Guinea alrededor del tema de la paz después de 50 años?

AAC: Bueno, totalmente cambiado porque 50 años atrás vivíamos una paz total, las familias se ayudaban unas a otras. Había un tirador oficial que cazaba y la carne la tendían a asolear y toda la comunidad comían de la caza, ahora no, ahora es totalmente diferente. Cincuenta años después hay personas caminando en la calle pidiendo el bocado de comida, hay gente robándote lo que tenés, entonces es totalmente diferente.

R: Esa diferencia implica que aquí se debe trabajar más, seguir esa trayectoria de trabajo por la paz para lograr una verdadera cultura de paz en Nueva Guinea.

AAC: Nos hemos desarrollado violentamente rápido, pero no se ha trabajado en el tema de la cultura de la paz, la iglesia ha trabajado poco en eso…

R: Los gobiernos locales…

ACC: Los gobiernos, la iglesia sólo para arriba, hay que salvarse, nada de la lucha por mejorar el sistema. El gobierno no tiene nada en sus programas aquí en Nueva Guinea y en otras partes para promover la paz. Entonces debemos de promover la paz.

R: Entonces usted ve que en futuro de Nueva Guinea, para tener un nivel superior de desarrollo, se debe promover la cultura de la paz.

AAC: Totalmente, y con el eje de la cultura de la paz en el aspecto general. La paz con todo el ambiente, los árboles, la tierra, con lo animales. Incluso, nosotros hemos estado en comunidades donde la gente ya pide perdón por lo que ha hecho, yo no sé si irán a tener perdón en el cielo, pero por lo menos la gente ya dice: “señor, perdóname porque me tiré este bosque que era necesario que allí estuviera porque era la casa de tantos animales”. La gente está pidiendo perdón. Los cristianos que ya están trabajando en el marco de la paz, v avanzando eso y debe seguir promoviéndose, por lo menos las instituciones del gobierno que tienen para vigilar, lo que hacen es negociar el espacio que ellos tienen para vigilar que se cumplan con cuidar el medio ambiente, mejor negocian el espacio, necesitamos personas conscientes que todos necesitamos vivir en paz, los animales, todos, el medio ambiente y nosotros. Y eso hay que promoverlo hermano, desde el restaurante para poder comer tranquilamente.

R: Poner música suave y en las escuelas sobre todo, a nivel de la educación primaria y secundaria, a nivel de las universidades.

AAC; Así es, nosotros hemos colaborado con algunas relaciones, al menos con el padre Checho Alas, un sacerdote salvadoreño que ahora vive en los Estados Unidos y el trabaja en el marco de la paz dando videoconferencias. La universidad URACCAN tiene un modulo de educación sobre la paz.

R: ¿Entonces para usted sin trabajar el tema de la paz no hay desarrollo integral?

AAC: No hay desarrollo, hay desarrollo pero sólo vemos calles, caminos, puentes, pero necesitamos ser pacifistas. ¿Pacifistas para quienes? Todos somos llamados a ser pacifistas, todo cristiano es llamado a ser pacifista, o sea, no es que nacen los pacifistas, que hay que ir a la universidad para salir de pacifista, no, es un principio, como cristianos todos nosotros necesitamos, dijo el Señor, ser miembros de las comisiones de paz, porque él dijo: “Bienaventurados los pacificadores porque de ellos es el reino de Dios”.

R: ¿Usted se siente satisfecho por su labor desarrollada a favor de la paz en Nueva Guinea?

AAC: Yo sigo trabajando por la paz. Me toca contar la experiencia vivida, elaborar algunos materiales para dar talleres en El Salvador, en México y en algunas iglesias de los Estados Unidos. Vieras que interesante, un pastor de una iglesia de Estados Unidos escuchó sobre el trabajo de un pacifista, y al final dice el pastor: “pero qué difícil es ser pacifista”. Le preguntó a un hermano de Nueva Guinea, ¿por qué usted es comisionado de paz?, ¡porque soy cristiano!, y dice el reverendo Don Smith de Estados Unido: “pero yo soy el reverendo, soy el pastor de una iglesia y no tengo el valor de hacer lo que este hombre hace, entonces quiere decir que no soy cristiano todavía”. Y lloraba, se sentía incomodo porque no estaba cumpliendo a lo que ha sido llamado. Nosotros como comisionados de paz hemos podido llegar a varias partes.

R: Transmitiendo la experiencia vivida en Nueva Guinea.

AAC: Sí, porque antes sólo se escuchaba lo que escribía Marcus Schupi que escribía sobre los conceptos de paz. Ahora hay muchos escritos de la historia de la Comisión de Paz de Nueva Guinea.

R: De la que usted es protagonista.

AAC: En la que hemos participado y es un honor que mi nombre esté allí. Por ser pacifista.

R: Muchas gracias Arsenio y esperamos tener paz duradera en Nueva Guinea.




jueves, 19 de febrero de 2015

NUEVA GUINEA: “UN SUEÑO HECHO REALIDAD”




“Mi padre era líder campesino de un movimiento que demandaba tierras en el norte de Nicaragua, en el departamento de Jinotega, y él, al frente de un grupo, hicieron gestiones ante el Instituto Agrario de Nicaragua (IAN) y les ofrecieron tierras en el Atlántico. Fue así que en 1967, mi padre con un  grupo de familias campesinas vino a Nueva Guinea y nos instalamos en Río Plata”, dice el Ingeniero Víctor Barrera Duarte (VDB).

Ronald (R): ¿Desde que llegaron se instalaron en Río Plata?

VBD: No, estuvimos transitoriamente unos tres o cuatro días aquí, en Nueva Guinea, que en ese momento era un área despalada con unas cuantas chozas, con unas treinta o cuarenta familias. No existían calles ni buenas viviendas, había un edificio de madera que era una cooperativa, un puesto de salud donde es hoy la alcaldía y las oficinas del IAN que estaban atrás de la iglesia bautista, donde vivía el coordinador del proyecto del IAN.

R: Después se trasladaron a Río Plata.

VBD: Sí, el pastor Miguel Torres Lazo eligió ese lugar para hacer la colonia. Era selva, totalmente, pura selva. Salías de aquí a doscientos metros después del monumento de los cuatro evangelios y todo eso para allá era selva.

R: ¿Qué recuerda usted de esa selva? Eras chavalo. ¿Qué edad tenías?

VBD: Éramos un grupo de chavalos que veníamos con nuestros padres, con nuestras familias, que nos habíamos criado unidos allá donde vivíamos y que la mayoría estuvimos juntos en la escuela. En ese tiempo, en los momentos de ocio, nos dedicábamos a recorrer la selva con cuidado, por allí cerca, no salíamos muy lejos porque también había peligros como culebras y víboras. Esto era una maravilla, era algo como la Amazonia, no había nada que pedirle a la Amazonia.

R: ¿Qué animales recuerda haber visto en esos años?

VBD: Había absolutamente todo, menos Anaconda. Te encontrabas con tigres, pumas, tigrillos, todo, todo, una fauna total, jabalíes, unas cuatro especies de monos, mono araña, cara blanca, mono bayo grande, el mono aullador, mono Congo y un monito chiquitito que le llamaban Ceibita, un primate más pequeño que una ardilla. Estábamos en la selva virgen, en la selva lluviosa.

R: ¿Y comienzan a construir sus viviendas?

VBD: En ese año, 1967, se estaba instalando un aserrío detrás del gimnasio que está en lo que era la pista de aterrizaje. Allí se procesaba la madera para las primeras viviendas que comenzaban a construir aquí. Prácticamente la madera se la regalaban a los campesinos para que levantaran sus viviendas, les daban el techo y las construían siguiendo un modelo definido.

R: En ese entonces no existía la carretera entre Nueva Guinea y La Curva. La gente salía en La Camiona. Cuéntenos cómo era la Camiona.

VBD: Cuando venimos sólo existía la trocha que la hicieron con un tractor en la época de verano y funcionaba hasta el mes de abril, después eso era lodo, totalmente lodo. Entonces se salía a pie, ocasionalmente viajaba un aparato que le llamábamos la Camiona que era un gancho de madera con un tabique de tabla que, jalado por un tractor, traía las provisiones; pero conseguir un raid en la Camiona era como conseguir un vuelo en un avión. Era tanta la gente que tenía necesidad de salir que eran pocos los privilegiados que lograban un cupo en la Camiona; de aquí para allá, de allá para acá, venía totalmente cargada. Pero yo viajé en dos oportunidades en la Camiona y funcionó hasta mediados de 1969.

R: Cuéntenos sobre la construcción de la carretera entre La Curva y Nueva Guinea.

VBD: Esa carretera se construyó en tres etapas. La primera etapa fue el tramo entre La Curva y El Coral. En el siguiente verano llegó hasta un lugar que se le llama El Enchape, aquí por El Níspero, y en el  verano del año 1972 ya entró hasta Nueva Guinea. Fue construida en tres veranos, tres años. Ese año fue inaugurada, allí donde está el Monumento de Nueva Guinea, por Somoza que vino con su Estado Mayor y su gabinete de gobierno.

R: ¿Cómo aprovechaban inicialmente la madera?

VBD: Inicialmente tumbaban los árboles con hacha y la canteaban con sierra relámpago, esa que se utiliza entre dos personas. A finales de 1969 vino la invasión de las moto-sierras, la demanda fue mayor y se instalaron más aserríos.

R: Ya con moto-sierras, con los aserríos, se comienzan a construir las primeras colonias. Díganos cuáles fueron esas primeras colonias.

VBD: Después de Nueva Guinea se construye El Verdún, Yolaina y Río Plata. Se construyen al estilo español, con el sistema cuadrado de cien por cien metros la manzana. Después se dio una variante en el diseño urbano de la colonia, a raíz de la llegada de la misión israelí; modificaron eso al modelo de los asentamientos israelíes y fundaron la colonia Jerusalén y una que se iba a llamar Jericó, pero que se cambió por los Ángeles a raíz de la erupción del cerro Negro.

R: ¿En qué consiste ese modelo del asentamiento israelí?

VBD: Es un modelo donde las calles no son al estilo español de una manzana cuadrada, sino que son calles que van siguiendo las curvas de nivel, van capeando las vaguadas, las vertientes y se construyen conforme a las curvas de nivel. En los años de 1967, 1968, 1969, se empezaban a dar movimientos en la zona del norte y comenzaron a llegar campesinos de las zonas cafetaleras y se asentaron en Jerusalén. Inicialmente el punto de apoyo, de logística, para Jerusalén fue en un lugar llamado La Leona, que antes le decían El empalme viejo. Ese campamento lo dirigían unos norteamericanos de los Cuerpos de Paz; allí estaba un joven llamado David Schigan y en Río Plata estaba otro llamado Richard Lamus, que apoyaban a las familias de esas colonias en su etapa de fundación.

R: Después de Jerusalén las siguientes colonias siguen ese modelo. ¿Cuáles fueron esas colonias?

VBD: Cuando se da el terremoto de Managua comienza a llegar gente de todos lados de Nicaragua, no sólo de Managua. Así se inició una colonización masiva en el norte de Nueva Guinea, comenzando por Caracito donde se encontraba la logística para atender a esas familias; se atendían unos tres o cuatro días y después se iban a ubicar en Los Laureles, Jacinto Baca, Talolinga, Kurinwas, San José, San Martín, San Antonio, San Ramón, San Miguel. Para eso, la misión israelí había enviado al arquitecto Jorge Martínez a conocer el sistema de la colonia, de asentamiento en Israel; él vino a implementarlo, a darle continuidad al modelo israelí que se utilizó en la colonia de Jerusalén.

R: ¿Y las colonias del sur y del este?

VBD: Se construyen casi simultáneas; unos pocos meses después inició la colonización en ese sector, ya vino Providencia, Naciones Unidas y Nuevos Horizontes en el este, y en el sur El Serrano y La Fonseca. Incluso Las milpas fue parte de esa etapa. Después vinieron asentamientos que ahora tienen calificativo de colonias pero realmente no lo son, son asentamientos espontáneos que nacieron siguiendo el estilo de la colonia.

R: Cuéntenos sobre el actual casco urbano. ¿Quién fue el primer maestro de Nueva Guinea?

VBD: Cuando vine había un profesor que era empírico, voluntario, que se llamaba Juan López; vivía y daba clases en El Verdún. En 1968 vino el profesor William Salomón que aun está vivo en Bluefields, dando clases en el Colón. El profesor Salomón fue el primer profesor oficial del Ministerio de Educación. Con el plan de colonización, después del terremoto de Managua, vino una gran cantidad de maestros normalistas del lado de Diriamba y San Marcos, y se fueron a cada una de las colonias. En cada colonia había un agrónomo de parte del IAN, era como el administrador de la colonia, así le llamaban, pero era un técnico, un facilitador. También en ese momento se instaló el comando de la Guardia Nacional. Antes del terremoto era sano, ni ventas de licor habían, solo allí por el instituto había un lugar que le llamaban El Tope, pero después del terremoto vinieron las cantinas, billares, juegos de azar, el mercado. En ese mismo período se construyó La ciudadela, esas dos manzanas, allí en el sector de los bancos, que era una especie de colonia urbana donde estaban las viviendas para los profesores, agrónomos y funcionarios, pero con el tiempo no cubría la demanda de este sector. Para descongestionar Nueva Guinea, el IAN estaba construyendo unas instalaciones que se llamaba el CRS, el Centro Regional de Servicios, que estaba ubicado en Los Pintos, que posteriormente fue una escuela de agricultura y luego una base militar. Allí se estaban construyendo oficinas para bancos, salud, viviendas para técnicos, una radioemisora; al final se perdió todo eso, pero el objetivo del CRS era descongestionar Nueva Guinea de todas las instalaciones administrativas.

R: Se ha dicho que con el IAN se construyeron fincas modelos. ¿Qué conoce usted de esas fincas modelos?

VBD: Las fincas modelo fue un proyecto, un plan de Somoza para repartirle tierras a los altos mandos de la Guardia Nacional. Eso estaba contemplado en la zona de lo que es hoy Puerto Príncipe, en la zona Este. En esa zona estaba contemplado repartir tierras en grandes fincas modelos para los guardias, altos militares. Estaba contemplado repartirlas en dos etapas, esa de Puerto Príncipe y otra posterior al lado del Cerro Silva. De esas fincas solamente se delimitaron dos a un coronel Zúñiga y a René Zelaya, pero no tomaron posesión por el triunfo de la Revolución. Sin embargo, se habla de unas fincas modelos que en realidad no lo fueron; más bien eran latifundios que se formaron alrededor de las colonias, producto del boom en el desarrollo agrícola y se apoderaron de tierras como Cornelio Hueck en la zona de Caracito, los Borges en los Ranchitos, Urcuyo Maliaños en la zona de Providencia, Gene Thomas en la zona de Cerro Silva y otros al lado de El Chasmolar. Te hablo de un boom de desarrollo agrícola porque hubo una producción exagerada de frijol. Naturalmente ya no era la misma selva, ya había aserríos en Nuevo León, en Jerusalén, dos en Nueva Guinea y otro al lado de caño Chiquito. Con ese boom vino el INCEI y se instalaron silos en Jerusalén, en Yolaina y aquí en Nueva Guinea.

R: Y a la par del boom agrícola se fueron construyendo los caminos.

VBD: Con el boom agrícola y la colonización vinieron varios proyectos, entre ellos el Plan de Caminos financiado por el BID, con el que se instaló un plantel por donde es el actual mercado, con una maquinaria moderna en ese momento. Con eso se comenzaron a construir los caminos a las colonias. De igual manera había un plan de mantenimiento de puentes, principalmente en la vía a la Curva.

R: Después de toda tu experiencia de vida en Nueva Guinea, ¿cómo ves la perspectiva del desarrollo a mediano y largo plazo, considerando la dinamización de la economía local, la comunicación entre Nueva Guinea y Bluefields a través de la carretera, la construcción de la carretera a Monkey Point y que tengamos una paz duradera en el municipio?

VBD: Yo creo que las perspectivas del desarrollo económico y social de Nueva Guinea van a ser increíblemente superiores a lo que vemos hoy. Sólo pensemos en las capacidades técnicas que se van a ir desarrollando a través de las universidades; muchos jóvenes van a estar preparados para ese tiempo. Además podemos ver proyectos de desarrollo agrícola fuertes como el café, cacao, raíces y tubérculos, frutas, madera inclusive. El desarrollo integral entre Nueva Guinea y Bluefields se va a dar, va a haber un intercambio comercial y un desarrollo intercultural muy importante. Muchos de nuestros productos van a abastecer a Bluefields, ya no van a tener que llegar de Santo Tomás, de Rama, de Muelle de los Bueyes con el pedacito de queso en botes, el saco de yuca, de carbón, porque de aquí van ser camionadas las que van a caer allá. El tráfico de Bluefields a Managua ya no va a tener el problema de las lluvias, de las pangas, el peligro en el río. La mercadería, sobre todo las verduras que llegan maltratadas a Bluefields por la manipulación en los muelles, en los buses, en camiones; aquí va a ser un transporte directo de Managua a Bluefields con una linda terminal que va a haber en Bluefields y otra que está programada aquí, con todo y su bypass por la zona del final de la pista al salir al empalme de El Verdún, el hospital regional y otras cosas que no imaginamos que van a existir.

R: Nueva Guinea va a ser un centro de desarrollo intermedio increíble, con un mayor desarrollo que el actual.

VBD: Increíble. Podemos decir que esto va a ser como los puertos de montaña que se van creando hasta donde llega la carretera. Aquí va a converger la producción del sur, de Atlanta, de Monkey Point, de Bluefields, del sureste y del norte inclusive.

R: ¿Crees vos de que Nueva Guinea, con esas condiciones, pueda en un momento determinado materializarse, que sea la cabecera del potencial departamento de Zelaya Central o la Tercera Región Autónoma?

VBD: De hecho no tardamos mucho tiempo en ver eso, de hecho ya nos dan un tratamiento como departamento. Si hacemos comparaciones del desarrollo que han tenido tantos pueblos en este país en 100 y 150 años de existencia, respecto a lo que tenemos nosotros en 50 años de existir, es increíble la diferencia. Esto siempre ha ido para adelante y siempre va a ir para adelante. Estamos en un punto estratégico de la región, en un punto de convergencia de los otros territorios, y más con la carretera, va a haber mayor integración. Esto va a influir en el desarrollo urbano. Ya podemos observar que la infraestructura urbana poco a poco va mejorando, se está saliendo de la casita tradicional de cuatro paredes y ves edificios con una arquitectura más actualizada, van mejorando las calles, este año se van a adoquinar casi tres kilómetros de calles, vienen proyectos de aguas negras, ampliación de sistemas de agua, nuevos barrios van naciendo, Río Plata va a ser un barrio de Nueva Guinea, nos estamos uniendo con La Verbena, pronto con los Ángeles y Verdún, esto va a ser una ciudad muy grande pronto, no podemos evitarlo. Cada vez más la gente viene de las comunidades buscando las universidades, los hijos no quieren vivir en el campo solamente, quieren prepararse y el gobierno les da las oportunidades. Allí va el desarrollo.

R: Vos que has vivido aquí desde chavalo, ¿cómo podrías describirme todo este proceso de desarrollo de Nueva guinea, desde sus inicios hasta este momento, en tres palabras?, ¿cómo lo ves vos, cómo lo valoras, cómo lo sentís?

VBD: Yo diría tres momentos, y el cuarto que viene. Desde su momento de fundación hasta 1980 fue una cosa muy diferente a la que se dio de 1990 al 2000, incluso al 2010, fue diferente a los planes de futuro. Si valoramos estos momentos el más importante es el que viene.

R: ¿Cuál es el que viene?

VBD: Bueno, hablábamos de la carretera a Bluefields, a Monkey Point, las carreteras que nos van a unir con el sur, con Río San Juan, con San Miguelito, el mejoramiento de la infraestructura urbana, los programas de gobierno, los programas de producción y tantas cosas más que todavía no conocemos.

R: Y sobre todo el empeño de la gente. La gente de Nueva Guinea tiene una característica, que tiene un impulso, una dinámica propia, y así fue que comenzaron, “cuando nosotros venimos aquí, venimos sin nada, venimos a luchar por vivir”, dice; y sigue luchando, es luchadora, es emprendedora.

VBD: Hay cultura de superación en la gente. Hay cambios muy importantes, la gente se da cuenta del problema ambiental que tenemos producto de la tala indiscriminada de los bosques, que sucedió en estos años anteriores producto del mismo desarrollo: la gente para cultivar tenía que derribar la montaña y todo eso no fue controlado, estamos viendo las consecuencias de eso. Ahora se miran áreas reforestadas, se miran los cultivos silvopastoriles, la ganadería ya no es la misma, ves ganadería tecnificada, ves picadoras, embalajes de heno, el hato ganadero ha aumentado en cantidad y calidad.

R: Todo esto lo ves como lo soñaron los primeros fundadores, soñaron con el paraíso, construir la luz en la selva, ¿crees vos que la tengamos?

VBD: Definitivamente yo nunca me imaginé llegar a ver este municipio como está hoy, porque en el tiempo en que nosotros venimos era de ponerse a llorar, era de hincarse a llorar cuando se vivían dificultades, enormes dificultades; a veces enfermos que cómo los ibas a sacar a la Curva, cómo lo ibas a llevar a Juigalpa; si no había un avión que viniera a llevárselo estaba muerto. Pensar en lo que esto fue, en lo que es y lo que va a ser en el futuro, es un sueño, realmente es un sueño.

R: ¿Es un sueño hecho realidad?

VBD: ¡Es un sueño hecho realidad! Muy pronto veremos más cosas, de hecho.

R: OK, Víctor, muchas gracias por compartir con nosotros.

VBD: Gracias a usted y esperemos, pues, a ver qué nuevas nos traen los próximos años.

R: Vamos a celebrar el 5 de marzo, entonces.

VBD: Obviamente que sí.

R: Va, pues, Víctor. Gracias.

VBD: Va, pues.

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miércoles, 11 de febrero de 2015

CHINITA CARIBEÑA



Creciste escuchando voces orientales,
fusionándose con el hablar del mestizo
y el grito del creole a tu alrededor.
Flauta y pipa callaron,
el bombo y el tambor sonaron.
Palo de Mayo, cumbia y reggae bailaste,
ritmos que por tus venas fluyen,
Chinita caribeña,
impulsando los latidos de tu inquieto corazón.

La bata pegadita, socadita
que usabas de chiquita,
te hacia caminar dando pasitos cortos
sobre una nube de sueños mágicos,
importada en toneles clandestinos.

El pan bond, el alo con flijol,
el aroma a coco y lo salobre del mar
llenaron tu alma de ilusión.
La sonrisa en tu carita, chinita caribeña,
será siempre parte de mi visión.

Tus ojitos, chinita caribeña,
reflejan los destellos de la luna
reinando en la bahía,
desapareciendo al verlos la soledad
de mi vagabundo corazón.

Tu piel, chinita caribeña,
cual arena blanca de los cayos expuesta al sol
embellece el territorio multiétnico
que amas desde muy pequeña.

Tus jeans y camisetas
revelan la figura de diosa,
asentada para siempre en el caribe
con magia y alegría de pólvora.
Chinita caribeña, orgullo de mi región.




martes, 3 de febrero de 2015

"CUANDO VENIMOS A NUEVA GUINEA, VENIMOS A SUFRIR"



Ronald (R): Nos encontramos con el señor Donald Ríos Obando, uno de los primeros fundadores, que nos va a conceder una entrevista en el marco del 50 Aniversario de la Fundación de Nueva Guinea. Cuéntenos en qué fecha vinieron.

Donald Ríos Obando (DRO): La fecha en que llegamos a la orilla del Río El Zapote, en El Salto, fue el 5 de marzo de 1965. Nos llevó cinco días de viaje, desde nuestro lugar de origen hasta llegar a El Zapote.

R: En el caso de usted, ¿de qué lugar venía?

DRO: Yo venía de Somoto Grande.

R: ¿Fueron 17 los primeros colonos?

DRO: Los primeros fuimos 17, incluyendo dos mujeres; veníamos 5 de Somoto Grande y venían 12 de Carazo, y venían las dos mujeres.

R: Y de esos 17, ¿cuántos se encuentran con vida en la actualidad?

DRO: De los primeros 17 vivimos 4.

R: ¿Quiénes son?

DRO: Está Reynerio Cadena Obando, Nicanor Velázquez, Víctor Ríos Obando y yo, Donald Ríos Obando; 4 de la primera columna.

R: ¿Cuáles fueron los primeros retos que ustedes enfrentaron a su llegada a Nueva Guinea?

DRO: El primer reto fue que, cuando llegamos a esta montaña, realmente desconocíamos porque veníamos de lugares secos, de lugares que se compraba en cualquier lugar y venirse a asentar a una montaña donde no encontrábamos, digamos, aquí abundaba la carne, pero no había el bastimento. Entonces, nosotros aquí, íbamos a pescar, metíamos el anzuelo y ahí venía el pescado, los guapotitos, las mojarras, los sábalos; eso era una belleza: tirábamos un pavón, una guatuza, un jabalí o un chancho de monte. De eso aquí había de sobra, pero el problema que tuvimos nosotros fue el bastimento, ¿dónde hallar tortilla?

R: Acostumbrados a tortilla, sin guineos, sin plátanos. Y con frío, con la lluvia, ¿no?

DRO: Eso fue de las otras condiciones: la lluvia. Aquí, en ese entonces, llovía mínimo, mínimo, diez meses sin cesar, un agua como la que acaba de pasar hace unos cuatro días, no un agua ofensiva pero sí permanente. Más el problema de que no sabíamos dónde hallar comida, porque nosotros decimos “comida” cuando estamos hablando de arroz, de frijoles, de tortilla; nos hacía falta también aceite, jabón, sal, azúcar, esas cosas no las teníamos.

R: No venían con provisiones.

DRO: No veníamos con suficientes provisiones; los puchitos que traíamos cargando nos duraron como unos diez o quince días. Después viene el problema. Ahí es cuando nosotros tenemos una gran decepción: de los primeros 17 se fueron 12; quedamos 7. De Carazo sólo se quedaron 2 y de los de Somoto se fueron, pero no se fueron de viaje, sino que fueron a traer a su esposa; ese fue el caso de Víctor Ríos y de don Marquito Alvir que también fue a traer a su esposa. Eso era necesario porque nosotros aquí teníamos que lavar nuestra ropa, buscar cómo hacer nuestra comida. La gente de Carazo dijo “bueno, aquí, esto es confites en el Infierno, nos vamos” y no volvieron. Nosotros desconocíamos que Miguel Torres había hecho contacto con el doctor Mejía Ubilla, que era Presidente del Instituto Agrario Nicaragüense y, como esto había nacido con la Alianza para el Progreso, era un proyecto que desconocíamos. Cuando venimos aquí, venimos realmente a sufrir. Pero quiero decirte que nosotros aquí, en Nueva Guinea, si vos la ves, históricamente Nueva Guinea es un kilómetro cuadrado y vas a ver que sus calles son rectas. Es ahora que los alcaldes la curvearon porque allí esta esa calle de aquí a los cien metros hay una curva, pero esa la hicieron los trabajadores, los ingenieros de la Alcaldía, pero aquí esto es recto.

R: Se delimitó.

DRO: Se delimitó por cuatro ingenieros. Aquí hay 20 cuadras completitas.

R: Que son el casco histórico.

DRO: Que es el casco histórico de Nueva Guinea.

R: La zona 1, la 2, la 3 y la 4.

DRO: Correcto, eso es todo. Lo demás nació con los problemas. Esos problemas grandes que había… En el mes de abril, a finales de abril trajeron más gente, de León, de Carazo, y vinieron cantidades de gente, pero debido a la lluvia y a la problemática, no hallaba las condiciones y mucha de esa gente se regresó, pero se quedó una parte y así pasó todo ese año. Se pasó trayendo gente el Instituto Agrario. ¿Cuál es la problemática?, estamos hablando del abastecimiento. El Instituto Agrario mandó camiones cargados con mercadería a dejarlos ahí donde doña Engracia López Lazo, una señora que acaba de fallecer.

R: ¿En qué lugar vivía ella?

DRO: En El Espavel buscando El Rama. Ahí había un lugarcito un kilómetro antes de llegar al pobladito de El Espavel; ahí nos apeábamos, es decir, veníamos a salir a El Coral. En ese entonces lo que se hizo fue que se compraron unas mulas y se buscó a unos muleros, entre esos a Ramiro Luna y al que le decían El Chon Güateras, ya falleció también. Esos fueron los que se encargaron de traer las provisiones para acá y de esa forma quedó más gente. El problema es que había gente que había traído niños y eso sí era grave, porque un niño aquí, sin leche, sin avena, sin nada, pues. ¡Imagínate! Entonces después, uno de los problemas más grandes que sufrimos después en Nueva Guinea fueron las enfermedades diarreicas porque no teníamos la cultura de los excusados.

R: Las condiciones higiénicas y sanitarias.

DRO: Sí, y por otro lado las lluvias. Pues, como te digo, la fundación de Nueva Guinea fue de alegría y de sufrimiento, por otro lado. Pero aquí hubo una cosa buenísima: donde está fundada Nueva Guinea, y donde están la mayoría de sus colonias, eran tierras nacionales; no venimos a perjudicar a nadie, por eso no tuvimos problemas.

R: A nadie se le quitó tierras.

DRO: A nadie se le quitó tierras. Por ahí nosotros no tuvimos problemas. El problema de nosotros fue con la adversidad de la zona, la lluvia, los mosquitos, las culebras; el primero que falleció aquí fue mordido por una serpiente, una terciopelo, fue el primero. La primera mujer que murió aquí era mi esposa;murió de que no pudo dar a luz, porque no había condiciones y no teníamos partera bien entrenada, mucho menos teníamos médicos. Esos eran los problemas que nosotros teníamos.

R: Estamos hablando del inicio, ya con el PRICA.

DRO: Ya con el PRICA. Cuando te digo de esas comidas que traían ahí, ahí lo que venía eran productos que daba la Alianza para el Progreso.

R: ¿Cuáles son los tres principales problemas que considera que sufrieron los primeros pobladores de Nueva Guinea?

DRO: Uno, la salud, porque no teníamos médicos, no teníamos medicinas; aquí se morían los niños, se enfermaban y se morían por falta de medicina. El otro problema, y lo sentíamos como lo sienten los campesinos, era la falta de caminos; nosotros deseábamos tener una carretera para viajar, porque antes se llevaba uno para salir tres días, los que caminaban más suave se llevaban más tiempo. Después, la falta de crédito para desarrollarnos; ese se nos concedió porque se creó un banco que se llamaba Crédito Supervisado que era parte del Banco Nacional. Crédito supervisado con el IAN con fondos del BID; te daban dos vacas paridas, no es que te daban lo que vos pedías, dos vacas, un caballo y cuatro rollos de alambre. Esas eran nuestras necesidades más sentidas.

R: En esa época.

DRO: En esa época. Porque nosotros de alguna manera resolvíamos, digamos con el agua, para nosotros aquí los ríos, pues.

R: ¿Hacían pozos?

DRO: Hacíamos pozos, pero en el campo no sientes que el agua que estás tomando tal vez está contaminada. Con tal de encontrar el agua. Entonces, eso no era tan de primera necesidad como era el otro problema: pertenecíamos a El Rama, entonces para asentar que se había muerto un niño, no teníamos dónde. Teníamos que ir a Rama y nadie iba porque no teníamos plata, hay que ser honesto. La otra necesidad que nosotros planteamos fue ¿quién nos iba a comprar los productos? A eso tuvimos respuesta en el año de 1968 porque en cuatro lugares pusieron silos, el que antes se llamaba INCEI; entonces ahí nos compraban los productos y ya hubo una respuesta. Pero la carretera la seguimos gestionando y te digo que gracias a los desastres nacionales que se dieron en Nicaragua tuvimos carretera.

R: ¿Cómo El Cerro Negro?

DRO: Esa fue la primera, en 1970, El Cerro Negro. Nosotros teníamos la pista. Entonces vino el diputado Pancho Papi, vino el Obispo de León y una Delegación. Nosotros les hicimos una presentación de todos los productos que aquí se cultivaban; se fueron encantados de ver todo lo que aquí se daba. Había un periódico de Somoza que se llamaba Novedades y en primera página salió ahí: “Nueva Guinea, la tierra de la que fluye leche y miel”. Entonces todo mundo se fijó en Nueva Guinea. Pero estamos hablando de 1970; pasamos 5 años aquí sin camino.

R: Sin comercializar y con un montón de necesidades.

DRO: Primero fueron las necesidades, después se dio el terremoto y entonces ahí hicieron la carretera; así es como nos vino la carretera a Nueva Guinea.

R: De La Curva a Nueva Guinea. ¿En 1972 la inauguraron?

DRO: Sí.

R: Entonces, ya con el IAN, ya con las colonias, ya con la carretera, ya la situación cambia totalmente.

DRO: Es correcto.

R: Ya tienen condiciones mejores, están felices, comercializan, hay un progreso, ¿o no?

DRO: Hay un progreso. Como ese ya fue un proyecto con el Banco Mundial, ¿verdad?, dijeron “bueno, vamos a hacer un hospital”: dos manzanas ahí y se hizo el hospital. Nosotros le decimos hospital; es un centro de salud con camas, pero como nos dijeron que era hospital le seguimos diciendo hospital.

R: Ya con todas esas condiciones, después triunfa la Revolución Sandinista en la zona, cuéntenos cómo fue esa etapa aquí, a grandes rasgos.

DRO: Bueno, esa etapa en esta zona no se sintió mucho. Digamos al final, porque aquí, una columna que venía por la montaña fue aniquilada.

R: Jacinto Hernández, era.

DRO: Jacinto Hernández. Fue aniquilada, entonces aquí realmente no se conoció mucho de eso, pero con la euforia nosotros ya teníamos organizada aquí la célula y habíamos mandado 300 muchachos a la columna de aquí de la carretera, de El Rama, la que traía Pancho. Lo primero que pensábamos era querer ser Municipio, queríamos independizarnos.

R: ¿Eso es ya después que triunfa la Revolución?

DRO: Desde antes queríamos porque no teníamos dónde hacer las gestiones, como te digo, dónde ir a asentar.

R: Triunfa la Revolución ¿y qué pasa entre los años de 1980 y 1984?

DRO: Bueno, en 1979 nosotros hicimos un Comité de Defensa Sandinista (CDS). Ese comité fue el que se encargó de hacer las gestiones para que fuéramos una Junta de Gobierno. Llegamos a ser Junta de Gobierno en noviembre, pero sin ser Municipio; la Revolución aceptó que realmente Nueva Guinea tenía las condiciones para ser Municipio. Ahí es donde me nombran Coordinador de la Junta de Gobierno.

R: Primer Alcalde de Nueva Guinea.

DRO: Es correcto, primer Alcalde de Nueva Guinea. Esa fue una elección a mano abierta. Nosotros aquí ya teníamos una cooperativa, pero era una cooperativa agraria, todavía existe, está ahí en frente de la UNAG, La Unión Campesina, todavía existe. Aquí vinieron unos israelitas a formar cooperativas, porque en los países de ellos hay cooperativas. Nosotros ya teníamos conocimiento de eso, pero no se había hecho tan masivo. Con la Revolución sí, porque ya viene entonces eso de que hay que unir las tierras. Pero donde lo hicieron fue en Jerusalén, ahí con Tuno y otra gente que unieron sus tierras; otros no lo hicimos, nos quedamos en la cooperativa pero sólo como socios sin unir nuestra tierra. Se dieron un montón de proyectos, porque eso sí trajo la Revolución. Nosotros mismos, cuando pasamos a funcionar como Junta de Gobierno, en 1981 nos están declarando el primer municipio que creó la Revolución. Entonces ya nosotros trajimos todas las instituciones, porque ese era el problema, que no habían instituciones; donde no hay municipio no hay instituciones. Ahora en Nueva Guinea están todas las instituciones y nosotros en la Alcaldía comenzamos a hacer gestiones. Una de las primeras gestiones que hicimos fue la del agua potable. Metimos cartas en la Secretaría de Asuntos Municipales (así se llamaba antes) y al Banco Mundial. Nos aprobaron el proyecto y vinieron a hacer el levantamiento topográfico para el agua. Aquí éramos 3,500 habitantes en el casco urbano, entonces a la hora en que se inició el proyecto tuvimos problemas porque con la guerra Nueva Guinea creció.

R: ¿Estamos hablando a partir de qué año de la guerra?
       
DRO: En 1984 comenzó la gente a salir.

R: Comenzaron a evacuar a la gente a la montaña.

DRO: No, la evacuación fue en 1988.

R: En 1986, 1987, 1988.

DRO: Pero esa gente comenzó a regresar. La gente que se quedó aquí fue la gente que salió espontáneamente, que tienen su finca y ellos sacaron a su familia. Una familia que llega a un pueblo, ya es difícil que la hagas regresar. Ese fue uno de los problemas que hubo aquí con los finqueros y los parceleros. Se salieron y ya la mujer dijo “yo no me vuelvo a ir, me matan o me matan a mi hijo si se lo llevan, o me violan a mi muchacha”. Ese es un problema que se dio.

R: Sufrió la gente del campo.

DRO: Correcto, la gente sufrió en el campo, eso está claro.

R: Esa es una etapa entonces de contradicción, de conflicto, de guerra, de migración, cuando la gente se va para Costa Rica.

DRO: Y se fueron a la guerra unos, otros se fueron al Ejército, otros se fueron para otros municipios, otros para otro país.

R: Después tenemos los años de 1990, cuando pierde el Frente, ¿qué es lo más significativo para usted en esta etapa de los años de 1990?

DRO: La paz, la reconciliación, porque fíjate que Nueva Guinea, a pesar de que vivió unos ocho años, porque hay que ser honestos, nosotros en 1981, 1982 estábamos tranquilos; ya de 1983 para allá comenzó la guerra, hasta 1988… Y viene el huracán Juana que fue en 1988. Pero en ese tiempo también se dan los acuerdos de Sapoa y de Esquipulas, entonces aquí se hicieron comisiones de paz. Esas comisiones de paz jugaron un gran papel. Dábamos un documento de Presidencia de la República donde se le decía al alzado que si se retractaba nadie lo iba a tocar. No se hablaba con el alzado, se hablaba con los familiares, con los delegados de la palabra, con los pastores evangélicos. En esa forma fue que aminoró la guerra. Lo importante fue cuando todo el mundo entregó las armas y aquí hubo paz. Borrón y cuenta nueva. Para serte honesto, yo pensé, yo que fui Alcalde, los primeros 10 años y medio que tuvo Daniel Ortega yo también los tuve, pensé que aquí iba a haber cacería de brujas o pasadas de cuentas, y mira, gracias a dios, aquí no hubo nada. Porque realmente se cometieron errores de los dos lados, con la lengua, con la lengua de uno le pasaban la cuenta a uno, con la lengua del otro le pasaban la cuenta al otro, y entonces para mí esa desamistad estaba en la gente, pero aquí gracias a Dios la gente venía aburrida de la guerra, y la gente está aburrida de la guerra, la gente no quiere guerra.

R: Entonces esa es la etapa del decenio de 1990 y de los primeros diez años del 2000; de los gobiernos  neoliberales, ahora, en este nuevo contexto en el que nos encontramos, ¿cómo ves la situación de Nueva Guinea? Vemos que los campesinos están inconformes, la gente anda marchando en las calles. ¿Cómo ve la situación, usted que es de los colonos iniciales de Nueva Guinea?

DRO: Mira, yo te digo, en este momento yo creo que los campesinos tienen razón, en cuanto a ellos levantarse porque el gobierno no ha tenido la suficiente claridad de venir y decirle al campesino qué es lo que va a hacer y qué es lo que les va a tocar. Vinieron midiendo diez kilómetros a cada lado del río. ¿Qué hicieron?, poner a la gente alborotada: “¿cómo es esto?”, estás hablando de un carril de veinte kilómetros, dijeron, y después entregaron Nicaragua, como lo han dicho.

R: ¿Esa gente es parte de la misma gente que sufrió la guerra o no?

DRO: En parte sí, claro que sí. Ahí están viviendo unos que fueron comandantes de la Resistencia, ahí están. Pero, ¿qué es lo que sucede?, la falta de comunicación, la falta de acercamiento es lo que ha hecho ese problema. El otro problema es que el gobierno local, aunque yo digo que es el gobierno nacional porque si tiene empleados aquí tendría que mandarlos a esclarecer en qué consiste el proyecto. Más bien se les fueron arriba: ahí andan los de otros partidos, ahí en La Unión andaban dos diputados del PLI, andaban de Juigalpa y los de aquí. Y andaba un concejal que es del PLC. Esa gente anda hablando lo que ellos piensan, lo que ellos imaginan, porque ellos no se han sentado a platicar con el gobierno para decir “el proyecto consiste en esto”. Hay desinformación por los dos lados.

R: Y la desconfianza es peligrosa.

DRO: Sí, sí, por lo que les han dicho, pero ahora que se maneja, que vino Telémaco y les dijo aquí en URACCAN que lo más que se puede afectar son dos kilómetros de ancho, entonces la gente está más apaciguada.
                 
R: Pero la gente no deja entrar a nadie allí.

DRO: Ah, sí, porque le siguen manejando la problemática de los que andan con la bandera del medio ambiente, que van a secar el lago, es lo primero que te andan diciendo aquí los políticos y les andan diciendo que les van a expropiar sus tierras.

R: Esta es otra etapa del desarrollo donde ya hay una semilla de conflicto, digamos. A pesar de ese conflicto que sufre la gente del campo, de aquí a 15 o 20 años, ¿cómo ve la zona de Nueva Guinea?

DRO: La miro con mucho futuro. Precisamente hoy hablaba en un entierro con una compañera, y en la esquina, por el parque, allá antes era de Adolfo Hernández, tenía un taller de mecánica, tenía sucias las paredes y todo ahí. Y hoy que voy ahí están construyendo una casa de dos pisos, y antes habían construido otra casa de dos pisos, de la hermana del doctor Rodríguez. Estamos viendo el progreso que se está desarrollando en Nueva Guinea. Ahorita Nueva Guinea recibió el premio del mejor café Robusta, en Europa. Y debido a eso ahora se va a llegar a 10 mil manzanas de café. Otros están con el asunto del cacao. Eso quiere decir que están viviendo grandes proyectos para Nueva Guinea, como la piña, pues.

R: Entonces ve un futuro promisorio, siempre y cuando se resuelvan los problemas.

DRO: Que se resuelvan, que le paguen a la gente, pero el progreso no lo puede parar nadie.

R: OK, muchas gracias