viernes, 16 de julio de 2010

ESPLENDOR Y MISERIA

Siempre está en mis pensamientos, en esos momentos difíciles de la vida, de angustia, desesperación y decepciones por lo fallido, siempre regresa, sin llamarlo, como una luz que me da ánimos para seguir adelante. Nunca podré olvidarlo. Sus rincones, lugares de encuentros, de paseos, la vida de su gente, los amigos de juventud, la vida vivida en él siempre están presentes. La cálida casa de mi abuela Manuela, contiguo a la de mis padres, regresa y me encuentro sentado en la mesa redonda de la cocina comedor, junto a mi abuelo Felipe, noto como sazona y saborea la suculenta comida, escucho sus palabras claramente, me vuelve a ver, sonríe, continua hablando siempre de cosas buenas, siempre trae buenas noticias a la mesa. La imagen se nubla y vuelvo a la realidad. Suspiro y me lleno de coraje.

Cambió en todos los aspectos. En lo físico, como nos sucede con el paso del tiempo, los excesos marchitaron su belleza y encantos porque la codicia de unos cuantos casi terminó con sus riquezas. La naturaleza le jugó una mala pasada, rompió sus vínculos con la franja costera y lo convirtió en una isla en medio de la nada. Su gente cambió, la mayoría de los jóvenes se marcharon en busca de un futuro mejor y cuando regresan son extraños entre los que volvieron a poblarlo. La vida cambió de una manera dolorosa pasando de la abundancia a la miseria en corto tiempo, en un suspiro la pujante actividad económica que le daba esplendor desapareció y sin invitación aparecieron la miseria, el hambre, las drogas, la delincuencia. Sus aguas perdieron profundidad y la riqueza marina a su alrededor también emigró. Muchos barcos quedaron varados y con el tiempo se convirtieron en chatarra oxidada, abandonados, como fantasmas de mar y por muchos años su muelle principal estuvo ocioso.

La adversidad hundió a muchos en la droga y se convirtieron en “zombies”, enemigos de la poca riqueza de su gente y también en enemigos a muerte de los perros flacos hambrientos que detectan sus pasos en la calma de la noche. Durante el día deambulan por sus andenes, se concentran en el muelle de las pangas sentados en las bancas a la espera de pasajeros y corren tras los bolsos para cargarlos a cambio de monedas y, si te rehúsas a ello, te acompañan en el recorrido pidiendo sin cesar para la comida. Algunos vagan por la costa con los ojos amarillentos, perdidos en el horizonte, con esperanza de que las olas les entreguen algo que vender. A otros la adversidad no los ha podido doblegar y han encontrado nuevas formas de vida. Unos pican piedra y venden piedrín para ser utilizadas como materiales de construcción, otros han encontrado en la venta de agua el sustento de sus familias y en la venta de chatarra al por mayor ante la abundancia de este recurso. Para el verano y semana santa, algunos han logrado construir pequeños ranchos de paja en la playa, donde venden bebidas y comida a los veraneantes que cada vez son más por la belleza de su playa. La mayoría esta de brazos cruzados, obligados a permanecer en estado de miseria por una Empresa gringa llamada Gulf King que le debe al Estado de Nicaragua y a ellos, su salario, vacaciones e indemnizaciones según las leyes laborales del país porque se ha declarado en quiebra y nadie hace nada por el hecho de ser norteamericana.

La desesperación los ha obligado a ejercer presión tomándose el plantel de la empresa Petronic cortando el abastecimiento de combustible y paralizando al instante la economía de la RAAS. El gobierno Regional les prometió reactivar la pesca habilitando unos diez barcos camaroneros sin contar con los recursos para ello. El gobierno Central envía regularmente alimentos básicos y los exonera del pago del servicio de luz eléctrica. Con estas medidas los líderes suspendieron la toma pero la población los acusó de haberse vendido al Gobierno y otro grupo se volvió a tomar el lugar, entre ellos los enemigos nocturnos de los perros.

La problemática es tan profunda que la solución no está al alcance de las autoridades regionales. Solamente se podrá superar con una empresa fuerte, integrada, con una flota moderna de barcos, con un astillero para su mantenimiento, con mercado seguro de sus productos, que genere empleo permanente y temporal, y lo más importante, que contribuya a recuperar las esperanzas y el esplendor de El Bluff. El gobierno Central tiene las posibilidades y el reto de hacerlo realidad.

Ronald Hill Álvarez

La Colina
Viernes, 16 de julio de 2010
Nueva Guinea, RAAS.
hillron@hotmail.com

martes, 13 de julio de 2010

ECONOMIA Y DESARROLLO DE LAS REGIONES AUTONOMAS DE NICARAGUA

La crisis socio económica que se vive en la Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua es recurrente porque ningún gobierno, sin excepción, ha podido contribuir a resolverla. Hemos visto hasta la saciedad las manifestaciones de esta cruda realidad: despale indiscriminado en zonas de reserva biológica, drástica reducción en los niveles de captura de mariscos, reducción en los niveles de productividad agrícola, red vial en permanente estado de deterioro, altos niveles de desempleo, hambre y miseria, institucionalidad autonómica de papel sin valoración positiva por parte de la población.

Se ha remarcado, hasta la saciedad, que el territorio de las Regiones Autónomas es el mas rico pero, contradictoriamente, con los mayores índices de pobreza y marginación del país. Se reconoce sus aportes a la economía nacional en pesca, agricultura y ganadería, minas, bosques y productos de la madera y turismo. Se estima que la contribución económica de las actividades productivas de las Regiones Autónomas al PIB de Nicaragua es alrededor del seis por ciento lo cual es bajo en relación al potencial existente. Las actividades productivas más importantes imprimen el carácter de economía primaria con carácter agroexportador donde se emplea aproximadamente las tres cuartas partes de la población económicamente activa ocupada. Las actividades con mayor peso en el PIB Nacional, según su orden de importancia son: la pesca (42%), silvicultura (31%), pecuario (21%), minería (14%) y agricultura (13%).

Históricamente el modelo de producción en la Costa Caribe se ha estigmatizado como el de “economía de enclave” donde grandes empresas trasnacionales controlan la producción, distribución, consumo y apropiación de los excedentes económicos obviando las leyes del país, imponiendo un estado dentro del nuestro. La realidad pone al descubierto todo lo contrario ya que un alto porcentaje las actividades productivas son desarrolladas por economías de subsistencia familiar y comunal. La mayor absorción de mano de obra se da principalmente en los sistemas productivos agroforestales de las comunidades indígenas y afrodescendientes, en la economía campesina de subsistencia en los territorios intermontanos, llanos y costas, en la pesca artesanal de litoral, en ríos y en las intermediaciones de las lagunas costeras. El nivel de desarrollo del sector secundario de la economía en la Regiones Autónomas es prácticamente inexistente a excepción del procesamiento de camarones y langostas que cuenta con más de medio siglo de existencia, lo que es un indicador del bajo nivel de desarrollo de la actividad industrial a pesar de la abundante dotación de recursos naturales con potencial de transformación para abastecer el mercado regional, nacional e internacional.

El aporte al PIB Nacional de las Regiones Autónomas pone en evidencia el potencial existente y es preciso reformular nuevos argumentos más allá de aquellos que indican que no son dinámicas desde el punto de vista económico, con los que se pretende mantener el perverso circulo de exclusión histórica, económica, social, cultural y política que se ha padecido desde la anexión de 1894 como resultado de la ausencia de políticas de inversión y de considerarlas como fuente inagotable de materias primas y recursos naturales.

Es preciso releer la realidad económica de la Regiones Autónomas y ubicarlas en su contexto conjugando actores participantes, carencias y potencialidades en cada uno de los sistemas productivos para definir planes de inversión acorde con las expectativas de población, municipios, gobiernos regionales y fuentes confiables de financiación. El Estado debe ser el principal actor que garantice, con la participación activa de los Consejos Regionales, la elaboración de un Plan de Desarrollo de la Costa Caribe de Nicaragua que pueda concretizarse en la realidad y que supere el estado de deseos y “buenas intenciones” que posee el Plan de Desarrollo Humano de la Costa Caribe promovido por el Consejo de Desarrollo de la Costa Caribe. Las buenas intenciones no lograrán jamás superar los siglos de abandono, miseria y marginación sufrida por los pueblos de las Regiones Autónomas, mucho menos el hecho de que los planes hayan sido formulados de manera participativa por funcionarios del gobierno central de origen costeño garantiza que sean convertidos en una realidad y que no se archiven en la memoria del abandono.

Ronald Hill Álvarez

Martes, 13 de julio de 2010
La Colina
Nueva Guinea, RAAS.
hillron@hotmail.com

martes, 6 de julio de 2010

LIBROS Y ENGAÑOS: El suegro del poeta.



Muy temprano, Miguel y su hija adolescente me visitaron. Juan Pérez, gritó, así me dice y así le digo por una historia inventada de los años ochenta, ¿Dónde estás?

Me levanté de la silla de mi escritorio y salí a la sala para recibirlos.

“Esta chavala anda buscando el libro Sombras nada Más de Sergio Ramírez”, dijo Miguel. “Por aquí lo vi”, agregó, mirando hacia mi oficina y los libros desordenados. “Préstamelo, porque lo necesita para un trabajo de la escuela”.

Lo buscamos por todos lados, pero no lo encontramos. Además, echó un vistazo a Los Años de Granada de Ernesto Cardenal, la segunda parte de Vida Perdida, y no dudó en prestármelo.

“Es de la biblioteca”, dije por si acaso, pero estoy seguro de que regresará en sus manos.

“¿Cómo es posible que no esté, si un día de estos estaba allí?”, dijo, señalando el librero.

“Eso pasa siempre: presto los libros, casi nunca regresan, desaparecen".

“Conmigo están seguros”, respondió Miguel. “Un día de estos te traigo el que me prestaste”.

Salimos al corredor y comentamos sobre la historia de Sombras nada Más, y la conversación nos llevó a Ernesto Cardenal y, obligatoriamente, a José Coronel Urtecho.

“Yo los conocí a los dos en Solentiname cuando trabajé para el INRA”, dijo. “En ese tiempo, les daba asistencia técnica a las islas del archipiélago y me hice muy amigo de Alejandro Guevara, el comandante de San Carlos. Yo vivía en una isla aparte y visitaba las otras todos los días. Así conocí a Ernesto Cardenal, a Cortázar, a una hija de Salvador Allende y a muchos otros. Pero quiero contarte sobre Coronel Urtecho, tengo un libro de él que te voy a prestar”.

Continuó hablando entusiasmado mientras su hija estaba inquieta porque no encontrábamos el libro que buscaba.

“Mi hermano Víctor, el ingeniero, trabajaba en San Carlos”, continuó hablando, “y lo mandaron a hacer un levantamiento topográfico de las islas. Era un fin de semana y me dijo que le ayudara de cadenero. Nos fuimos y por la tarde conocimos a José Coronel Urtecho. Estaba sentado solo, cerca de una gran mesa, y Víctor dijo: Mira, ese es Coronel Urtecho”.

“Si no aprovechamos la ocasión, nunca podremos hablar con él”, le respondí.

Lo saludamos y con amabilidad nos invitó a sentarnos. Le contamos lo que hacíamos y nos contó muchas historias, una relacionada al trabajo de Víctor sobre las Fincas San Francisco y Santa Fe.

“El papá de la esposa de Coronel Urtecho, María Kautz, era un ingeniero de origen alemán de apellido Kautz que se casó con una Sancarleña de apellido Gross. José Santos Zelaya lo contrató para que le hiciera los estudios sobre el canal interoceánico a través del Río San Juan”.

“Un día, Zelaya lo mandó a llamar a Managua para que le explicara los avances del estudio. Luego le dijo que en la ruta del canal hiciera dos fincas y que a una le pusiera el nombre de San Francisco y a la otra Santa Fe. “De las dos, la más bonita será tuya”, agregó Zelaya.

“Luego de haber hecho las fincas como le había indicado Zelaya, se fue nuevamente a Managua. Zelaya le preguntó: “¿Y al fin hiciste las fincas?”

“Sí, le respondió, una se llama San Francisco y la otra Santa Fe, como usted ordenó”.

“Zelaya lo quedó viendo con un poco de recelo y luego preguntó: ¿Y cuál es la más bonita?

El alemán pensó en sus adentros: “Si le digo que San Francisco es la más bonita, este se queda con ella, así que le diré que Santa Fe es la mejor.”

“Santa Fe es la más bonita”, contestó Kautz.

“Bueno, dijo Zelaya, ¡esa es la tuya!".

Al final, Coronel Urtecho se reía a carcajadas. El alemán, por dárselas de vivo, salió perdiendo", comentó Miguel.

Su hija estaba inquieta por irse y él seguía hablando. "Nos vemos", me dijo, "voy a regresar un día de estos a dejarte el libro".

Me quedé riendo. Ojalá me traiga el libro de Coronel Urtecho, pensé, porque el otro, el de Cardenal, está seguro en sus manos. Miguel, al menos con los libros, no es como el suegro del poeta.

 

Corregido el 8/12/2023

Martes, 06 de julio de 2010
Foto del libro POL-LA
D'ANANTA
KATANTA
PARANTA
Dedójmia T'élson
Imitaciones y Traducciones 

jueves, 1 de julio de 2010

EL TRANSPORTE ACUATICO DE PASAJEROS EN LA RAAS

Navegar por lagunas y ríos en la Costa Caribe de Nicaragua es experimentar una de las emociones más satisfactorias que se pueden sentir en ese bello territorio de nuestro país. La velocidad de las “pangas”, pequeña embarcación con motor fuera de borda, en los últimos años se ha incrementado hasta el límite con motores de doscientos caballos de fuerza y en algunos casos con dos motores de ciento cincuenta recorriendo grandes distancias en poco tiempo.

El recorrido entre ciudad Rama y Bluefields es uno de los tantos atractivos que existen en esa región por el disfrute de la brisa, lo apacigüe del río Escondido y, en periodo seco o verano, por la limpieza y claridad de las aguas que muestran el reflejo de las nubes y la vegetación que aun existe. Es una sensación de contacto directo con la naturaleza. En poco tiempo, no más de una hora y treinta minutos, se hace el trayecto y muchas emociones brincan a flor de piel, principalmente cuando “el panguero” debe hacer girar la embarcación en una de las muchas vueltas que tiene el río. Da la impresión de ir volando sobre el agua porque la velocidad permanece casi constante.

Años atrás, la navegación por el Escondido se realizaba en lanchones que transportaban carga de todo tipo y pasajeros. El trayecto duraba unas doce horas y para su comodidad los pasajeros tendían sus hamacas para descansar. Con el paso de tiempo aparecieron los famosos “Bluefields Express”, permanentes aun en la memoria por la canción que el grupo musical Dimensión Costeña dedicó a estas embarcaciones. Salían muy temprano por la mañana de Bluefields y llegaban a El Rama al mediodía para regresar a Bluefields como a las cinco y media de la tarde. El viaje era cómodo y placentero porque brindaban servicios de alimentación y bebidas creándose en el recorrido un ambiente fiestero, que en la mayoría de las veces, siempre culminaba por las noches en la ciudad de los campos azules. Ese era el transporte más utilizado porque eran pocas las pangas que hacían el trayecto y casi siempre las utilizaban usuarios apresurados por llegar a su destino final teniendo que pagar viajes expresos de alto costo. En ese entonces las pangas utilizaban motores fuera de borda de cuarenta y cinco caballos de fuerza y muy pocas de setenta y cinco.

El oficio de panguero es uno de los más fascinantes para los jóvenes. Recorrer los ríos y lagunas, conocer lugares que solamente se oyen en las pláticas de los mayores, viajar a alta velocidad y ganarse la vida honradamente son motivos que a muchos los impulsaron a convertirse en pangueros profesionales. Muchos nombres de pangueros están llenos de prestigio por la responsabilidad con que asumían su labor llevando a los pasajeros con puntualidad, prudencia, pericia, esmero, cortesía, educación y seguridad a su destino final. Muchos de ellos fueron “pangueros oficiales” de empresas e instituciones por muchos años debido a esos valores propios característicos del oficio y algunos son hoy en día empresarios del transporte acuático, con una flota de varias pangas de fibra de vidrio con capacidad para transportar un promedio de veinte pasajeros con motores impresionantes por su potencia.

La frecuencia de los accidentes acuáticos, específicamente en lo que a colisión entre medios de transporte se refiere, han venido en aumento en los últimos años. Varias son las causas de que estos sucedan pero las principales son la alta velocidad de desplazamiento y la imprudencia del panguero. Aspectos tales como carencia de señales o rótulos en las vueltas de los ríos indicando el peligro o la reducción de la velocidad, carencia de chalecos salvavidas adecuados y en buen estado son importantes pero no los puntos centrales del problema. Si bien es cierto que la Dirección General de Transporte Acuático otorga licencia para el oficio del panguero es necesario establecer un sistema de supervisión y evaluación permanente de los que ejercen el oficio y del mismo deben formar parte, además de las instituciones involucradas, los empresarios del transporte acuático por la responsabilidad que en ellos recae ante los fatales accidentes. Es el momentos oportuno para regresarle al oficio del panguero los valores que muchos de ellos tuvieron cuando lo ejercían y así rescatar para poner al servicio de los miles de usuarios eso que hoy se ha perdido y que sin duda alguna es una de las causas que pone en riesgo vidas humanas.

Ronald Hill Álvarez
Miércoles, 30 de junio de 2010
hillron@hotmail.com