Sueños del Caribe

La familia lo ve otra vez en la sala. Camina despacio, como si el sueño lo llevara de la mano. Frente a la mesa de billar invisible, s...

  Fuiste mía, solo un instante, pero ay, qué instante… fuiste mía.   Tus labios —mi condena— sabían a piña rosada prohibida,  ...

Se acomoda en la cama, la lluvia cae suave a las nueve de la noche.   — Otra noche más… con esta almohada gruesa que ya no es solo almohad...

  El aroma del mercado En una comarca remota de las verdes tierras bajas de Nueva Guinea, vivía un hombre llamado Esteban. Era un hombre...

Nunca pensé que algún día cruzaría la entrada de un chinamo. El nombre, por cierto, viene del náhuatl chinamitl, y se refería a esas cercas ...

  Tres árboles se alzaban cerca de la casa de mis padres. Eran guardianes callados. Custodiaban secretos, juegos, y sueños que apenas se ...

  El que iba al frente del grupo tiró bruscamente de las riendas, se sostuvo firme con las piernas en los estribos y se inclinó hacia la alb...

  Al inicio, tus caricias me salvaban del mundo, yo te miraba y no dudaba: éramos destino, éramos fuego, canción, refugio… mentira bendi...