Nicaragua depende de la cooperación internacional para poder sobrevivir y destinar recursos que buscan como aliviar la situación de pobreza extrema en que se encuentra la mayoría de su población. Es una realidad innegable, dependemos de los recursos que organismos internacionales aportan al país como el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, etc. De igual manera apoyan con fondos organismos de las Naciones Unidas, de la Unión Europea, la cooperación bilateral entre gobiernos y los organismos no gubernamentales de cooperación internacional. Todos ellos apoyando a Nicaragua para que podamos salir de la pobreza. Son varias centenas de millones de dólares que entre todos destinan para que busquemos como mejorar nuestras condiciones de vida.
Si tratamos de darle una revisión a este tema podemos descubrir ciertos aspectos contradictorios del mismo. No me refiero a la creación de dependencia porque ese asunto es bastante polémico, sino a las personas que le trabajan a la cooperación, a esos hombres y mujeres de carne y hueso que en el argot popular nica les llamamos los “cheles”, no importando si son alemanes, franceses, holandeses, ingleses, españoles, daneses o canadienses.
Como en todo, hay diferentes tipos de “cheles”. Los hay entusiastas, comprometidos, dedicados, trabajadores, honrados, solidarios. A este grupo pertenecen los que saben escuchar a la gente, se ponen en su lugar, nunca engañan porque dicen lo que sienten y piensan, explican con hechos concretos sus ideas sin tratar de aparentar que son eruditos, acompañan en los retos, no sustituyen y están abiertos a que critiques su concepción de nuestra realidad sin imponer su criterio. Son transparentes en su actuar y para tomar decisiones consultan hasta que llegan a consenso. Por principios nunca buscan como representar los intereses de un Nicaragüense porque tienen claro su papel, están aquí para cooperar. Muchos de ellos estaban empleados en su país y por opción propia aplican a una organización para venir a trabajar. Estos son los “cheles cooperantes”.
Los otros “cheles” son diametralmente opuestos. Están trabajando para lo mismo pero por su actitud y forma de hacerlo se diferencian de los primeros. Muchos eran desempleados en su país de origen o su puesto de trabajo fue cancelado. Al ocupar en Nicaragua un cargo intermedio en la cooperación su vida cambia. Son prepotentes, ven por encima del hombro a sus compañeros de trabajo Nicaragüenses, toleran actitudes serviles y las promueven, hacen la guatusa, son conspiradores, creen ser imprescindibles y que solo ellos tienen la razón. No escuchan a la gente, si se presentan problemas no ayudan a resolverlos y siempre buscan culpables, nunca reconocen los logros de los demás, se aprovechan de sus cargos y contratan a sus amistades. Son expertos en buscar consultores porque así trabajan menos, no tienen principios porque se mueven entre los altos y bajos que tiene su organización en la que se acomodan rápido porque se han acostumbrado a un estilo de vida. Cuando un superior extranjero visita la organización en que labora trata de aparentar lo contrario a sus características: saluda, sonríe y da la mano pues quiere quedar bien. Lo peor es que descaradamente hablan de Nicaragua como si fueran Nicaragüenses frente a agentes externos, nos sustituyen, pues conocen bien el país porque hacen turismo permanente visitando a lo largo y ancho el territorio nacional en compañía de muchos de su tipo. Estos son los “cheles aventureros”.
Esta tipología podría fragmentarse en subtipos pero con estas dos es suficiente. Las diferencias son bien marcadas y se les podrá reconocer con las características antes descritas.
Muchos de ellos, principalmente los “cheles cooperantes” logran realizar su vida, en nuestro país, o su lugar de origen, debido a su eficiencia y méritos, lo que les permite ser promocionados dentro de su organización o en otra que los valora. Los del otro tipo andan de organización en organización, de país en país, como verdaderos mercenarios errantes, desnaturalizando la cooperación internacional y tratando de justificar su estilo de vida a través de la lucha contra la pobreza.
Ronald Hill Alvarez
La Colina
Nueva Guinea, RAAS
Nicaragua