Muelle municipal de Bluefields. Foto: Kenny Siu. |
Amanece con barcos aferrados sin partir,
húmedo y frío por la bruma que lo invade desde el río.
Con los primeros rayos de luz lo saturan de vida:
trasnochados, ilusionados y desesperados.
Acogedor de sueños:
Pangueros, navegantes de ida y vuelta.
Pasajeros, ilusionados por compromisos.
Capitanes de navíos; surcadores de mares, ríos y lagunas.
Amantes, corazones disueltos por despedidas.
Chamberos, buscadores del pan.
Comerciantes, ilegales y legales.
Pescadores, proveedores de alimentos por las calles.
Vagabundos, miradas disipadas en el horizonte.
Ancianos, amanecidos sin conciliar el sueño.
Borrachos, desesperados por la guía.
Al atardecer, satisfecho muestra calidez a sus anchas.
Amarres y desamarres.
Cargues y descargues que lo pintan.
Ir y venir diligente, desesperante.
Abrazos al ausente que regresa,
carcajadas y gritos de alegría.
Ilusiones crecientes, estimulantes.
Los rayos del sol mueren a su espalda,
su reinado desvanece.
Vuelve la inmensidad de la noche.
Luz tenue acoge su sueño,
manso oleaje lo custodia.
Espíritus lo invaden.
Vigilante sin sentido escucha:
susurros, lamentos y pasiones.
Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS
Domingo, 23 de enero de 2011