Imagen de la oferta. |
Lo ofertan en cinco millones de dólares por Internet. La oferta dice “Venta de Isla, RAAS, El Bluff. Isla con 2.5 Km . de Costa, propiedad apta para Proyecto Turístico, Agua Potable, Acceso a Luz Eléctrica, Área del Terreno: 426000 varas cuadradas”.
Las reacciones de los actuales pobladores no se hacen esperar. Todos muestras preocupación y esgrimen las “tarjetas amarillas que les entregó Somoza, sus escrituras de terrenos inscritas en el registro público de la propiedad y la Ley 445, ley de régimen de propiedad comunal de los pueblos indígenas y comunidades étnicas de las Regiones Autónomas de la Costa Atlántica de Nicaragua”.
Al llamar (el número es 88107624), nadie respondió mi llamada. Luego de cinco minutos me llamó. “Tengo una llamada perdida de este número, ¿qué desea?”, dijo. “Información sobre el anuncio de la venta del puerto”, respondí. “¿Sabe lo que cuesta el Puerto?”, preguntó. “Sí, 5 millones de dólares, lo estoy viendo en el anuncio de www.casanica.com”, le respondí. Le di nombre y dirección de correo electrónico. Dijo que iba a enviarme la información necesaria de la oferta. No dio nombre, no quiso darlo.
Mientras esperaba, hablé con mi amigo Oscar “el zorro” Brenes. “¿Vos sos el que lo está vendiendo?”, le pregunté. “No, para nada. Hace muchos años tuve un anuncio para hacer inversión turística, pero no me dejaron; los políticos de El Bluff me hicieron la vida imposible, aun teniendo mi propiedad legal”, contestó. “Ese anuncio tiene más de cinco años de estar allí”, concluyó. Luego llamé a conocidos de las altas esferas del gobierno regional y del partido de gobierno. Nadie sabe nada. Y como nadie sabe nada, pues yo lo quiero comprar por varias razones.
El gobierno comunal creole de Bluefields, los Black Creoles, plantean que exigirán la titulación de El Bluff como parte de su patrimonio, en el marco de la Ley 445, igual que demandan el casco urbano de Bluefields y sus alrededores, los municipios de El Rama, Muelle de los Bueyes y Nueva Guinea. Los Creoles que habitaron el puerto fueron siempre minoría en esa población de mestizos y llegaron de Laguna de Perlas, comunidades garifunas y de la desembocadura de Río Grande. Desde Bluefields viajaban todos los días para trabajar en las empresas camaroneras y como estibadores en el puerto. Con el paso de los años la población misquita se ha incrementado, surgiendo diferentes zonas de asentamiento. ¿Para qué desean los Black Creoles el puerto de El Bluff? ¿Están concientes de los conflictos que deberán enfrentar?
Al ser de mi propiedad no habrá conflicto. Si lo compran empresarios poderosos, exmilitares retirados y allegados al gobierno con socios foráneos siempre habrá problemas, porque lo que buscan es rentabilizar su inversión a cualquier costo con proyectos que excluyen a los pobladores del puerto.
Bueno, dirán ustedes, ¿y para qué lo quiere? Para varias cosas. Para regresarle la esperanza a la gente, para ver sonrisas en sus rostros demacrados y amarillos, para llenar su estómago de felicidad, para que los niños y niñas corran alegres por las calles con sus barriguitas vacías de parásitos, para que hagan deporte sano, para eliminar la droga que los mata, para que tengan servicio de agua potable, para que accedan a una educación de calidad sin eslogan alienantes, para que exista un puesto de salud que los atienda cuando lo necesiten, para que no terminen con la mina de piedra que los protege del mar, para reforestar la vieja playa, para que la policía nacional abra bien los ojos, para que los guardacostas patrullen el mar y sus marinos hagan obras comunitarias en lugar de dormir todo el día en un hamaca.
Para demandar a la empresa Gulf King ante tribunales nacionales y ante Washington, para terminar con los políticos corruptos vividores de la miseria de los pobladores, para alumbrarles el camino y que vuelvan a descubrí que el trabajo es el único medio para mejorar el futuro, para que recuperen la dignidad que les fue robada, para que se organicen en función de sus intereses y no de ajenos, para hacer un banco autogestionario y solidario de vivienda, para reactivar la pesca, para que cuando el proyecto de la marina se implemente no los explote, para ayudarles a crear sus propios proyecto de vida y que sepan gestionarlos.
Para eso lo quiero. ¿Quién ofrece más? Si usted quiere ayudarme, ya sabe dónde contactarme.
Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS.
Martes, 06 de septiembre de 2011