Una tarde caminé hacia el pueblo y encontré a don José Luis en el corredor de su casa limpiado los frijoles de su cosecha. Me acerqué y le tomé una foto. “Para la comida”, dijo sonriente.
Hoy lo vi en el mismo corredor junto a su esposa y nietas, pero
ahora disfrutaba la frescura que le brinda la sombra de los árboles. Recordé la foto y le grité desde la calle de piedras: “Los
frijoles están caros”. Se levantó sonriente y me saludó de manos.
Hace una semana el precio del
frijol estaba a C$ 26.00 la libra en el mercado de Nueva Guinea. Hoy amaneció a
C$ 60.00 las dos libras, es decir, a C$ 30.00 por libra. Es increíble, estamos
frijoleados, nos siguen frijoleando.
En el mes de Marzo del 2011 los
productores le vendieron a ENABAS a C$ 1,150.00 el quintal y al fin ganaron, no perdieron. Entusiasmados por la demanda incrementaron sus áreas
sembradas en el año 2012 pero el precio se les vino al suelo debido a que el
gobierno no autorizó la exportación de frijoles aduciendo problemas
fitosanitarios para ello. En el 2013 el mercado comenzó a enviarles señales (los
mismos de siempre, los vinculados a los "agronegocios" y a la exportación) y muchos creyeron en la oportunidad de exportar frijol negro a
Venezuela para recuperarse.
La propaganda infló una burbuja
enorme y, a pesar de ello, por una estrategia propia de aversión al riesgo, los
productores no incrementaron el área sembrada sino que la redujeron y sembraron
más frijol negro que rojo como es el caso de Nueva Guinea, mientras que en el
Norte sembraron menos frijol y se aventuraron con el cultivo de
Chía por el atractivo de su precio. La crisis Venezolana estalló y volvieron a
quedar frijoleados: recibieron un precio menor al esperado por quintal de frijol negro y, al
comenzar a salir la cosecha de este año, el del rojo pasó de 600 hasta llegar a
los 1,200 córdobas por la escasez.
Por supuesto que en toda esta situación
ha tenido peso el acaparamiento y la especulación, pero no es nada nuevo,
siempre ha existido y a estos todos los conocemos. Pero lo que más daño nos ha causado
son las históricas políticas incoherentes y fantasiosas que se implementan
alrededor de este producto campesino.
Don José Luis está fresco, tiene
garantizados los frijoles porque el que siembra y se esmera, siempre obtiene
buena cosecha. Nosotros seguimos pagando los platos rotos, nos siguen
frijoleando.