La lluvia no cesa; el viento
retuerza paraguas.
La maleta está lista; la ropa
contiene tu aroma.
Las calles están vacías; el asfalto
refleja tristeza.
Bienvenido al callejón; el agua
fluye intensa hacia la bahía.
Dos chorros me bañan; los aleros
son sus cómplices.
Unos salen otros entran; luchamos
por un resguardo.
La terminal está furiosa; los rostros
hablan del desconcierto.
La bahía está llena; los muelles
de concreto cubiertos.
Las pangas se balancean; las olas
revientan frenéticas.
El horizonte es gris; esconde los
cayos y la costa.
Las aves marinas reposan; las acogen
antiguos cimientos.
Barcos aferrados al muelle; los marineros
en hamacas dormitan.
Los chamberos entregan flotadores; la gente
inquieta hace fila.
Atraca una panga sin toldo; orca
lleva por nombre.
Corremos bajo el aguacero; los asientos
están mojados.
El plástico cubre la panga; la lluvia
estalla en la bóveda gris.
El motor ruge al partir; el zigzag
anuncia la despedida.
El rio está lleno; mi piel
sigue húmeda.
Tus ojos apagados brillan en el fondo del agujero.
Bluefields, 11/12/2016