Fue un golpe inesperado, pero antes anunciado.
Una botella se rompió. Sus vidrios recogí.
No logré reconocer el Déjà vu.
Los bordes del muelle y la panga se encontraron.
crujió el dedo índice de mi mano, explotó la sangre,
el cuerpo tembló y el dolor se expandió hasta terminaciones
inesperadas.
La mano se tornó morada y no pude hacer
un puño tentativo. Usé la otra mano para indicar estoy bien.
Imprudente, en crisis educado.
En el triaje, la vi en su isla solitaria,
sentada al lado del tronco de un cocotero,
llamándome con su sonrisa rosa.
Ahora entiendo lo que dice sobre mí.
Mi cuerpo desea colocarse en un lugar seguro.
Gasto energía en exceso para convencerme que estoy bien.
¡Casi estoy allí! ¿No?
Además, años después, mi dedo mal curado predice la
lluvia.
Me encanta verificar el clima con otras fuentes
porque tiendo a no creerme.
Dicen que no entiendo mi trama,
Pero sería un giro inteligente, ¿no?
Si al final me doy cuenta que soy yo mismo quien me atrapa.