Podría escribir sobre caminos polvosos,
y sus treinta colonias. Podría escribir
sobre
la península, el oleaje robándole a El
Bluff
su costa y los ojos sin vida de los peces
atrapados en la maraña del sargazo.
Podría escribir sobre el cielo que se
distribuye
normal sobre mi cabeza, largo como una inhalación,
azul cielo que ahuyenta el gris, nubes que
lo cruzan
como mechones blancos deseosos de ser
lienzo
donde pintar otro espectacular atardecer.
Pero el cuerpo se resiste, tiene su propia
historia
en mente, neuronas afanadas.
El dolor mantiene la página en blanco.
No puedo escribir cuando el cerebro
cae en una trampa eléctrica que
lo atrapa,
sin oír, sin ver, sin ti.
Buscando una canción, al ritmo sin ritmo del
dolor.
Afortunadamente hay árnica y agujas que ayudan
a sobrellevar este acto hasta hoy.
Mañana abriré la libreta, soplaré la página
y destaparé el bolígrafo azul.
26/02/2024
Foto: Internet.