Vueltas y vueltas en la cama,
un carrusel de pensamientos voladores
despegan de mi mente y giran
en espiral de múltiples colores,
hacia arriba y abajo, luego suben
como nubes preñadas en mi cabeza.
Vueltas y vueltas, no hay sosiego,
me deslizo entre las pistas que escondiste en el colchón
para inmortalizar el desvelo a tu lado,
luz crepuscular irrumpe en el agujero de la cortina
y un rayito expone tu cabello gris.
Las estrellitas que pegaste en el cielo raso,
brillan en la penumbra del cuarto,
y con su parpadear busco la sábana y la colcha
para acurrucarte con mi aroma,
comenzando por tus largas y atléticas piernas,
perdiéndome en tu calidez,
y dices que no siga porque va a amanecer.
Tu pantalón vaquero está en el respaldar de una silla,
clásico y desteñido como te gustan,
es tu hada madrina desperezándose al alba.
Dices que te cuente un cuento,
y lo hago con la espiral de pensamientos
que provoca el desvelo y te ríes,
seguí, seguí, me decís
con la cabeza de lado sobre la almohada,
y sigo y sigo, hasta que duermo.
24/10/24
Foto: Sergio Orozco Carazo