Una comunidad es, según la vigésima segunda edición del diccionario de la Real Academia Española, entre sus diversas definiciones: 1). Cualidad de común (que, no siendo privativamente de ninguno, pertenece o se extiende a varios). 2). Conjunto de personas vinculadas por características e intereses comunes.
Sobre la pregunta, ¿existe comunidad bloguera Nicaragüense?, la respuesta para muchos, principalmente aquellos ligados a grandes medios de comunicación impresos o digitales, sean estos revistas o diarios nacionales, oficialistas o no, es negativa y consideran a los “blogueros” como personas que tienen un espacio, un blog o bitácora, principalmente para evacuar desahogos en contra de empresas, servicios y condiciones reales que afectan su comunidad o derivan en conflictos sociales, culturales, ambientales, económicos y políticos. De tal forma consideran a los blogueros como dispersos, sin cohesión, “disparados”, según la percepción que cada quien tiene frente a la realidad.
En septiembre del año 2011, un grupo inicial de diez blogueros organizamos el I Festival de Blogs de Nicaragua. De diez, el grupo creció exponencialmente hasta constituirse en más de ciento diez blogueros nicaragüenses, dentro y fuera del país. El interés común que nos acercó fue la problemática real, muchas veces invisibilizada en los grandes medios de comunicación por la que atraviesan personas y familias que deben unirse al doloroso camino de la migración, con las secuelas que marcan sus vidas para siempre. Esta iniciativa exitosa es un ejemplo concreto de los esfuerzos por crear una comunidad bloguera y muchos de los participantes desde ya esperamos ansiosos una nueva versión del Festival.
El argumento esgrimido de atomización podemos irlo descartando. Cuando surge una idea que en consenso respaldamos, existe unidad y nos vinculamos alrededor de ella con nuestros “post” en diversos formatos (una narración, un poema, una fotografía, un video) y desde diversas herramientas: blogger, worldpress, twitter, facebook, que plasman la diversidad de matices y sentimientos, comunicando a los demás nuestra percepción del problema. Si lo hacemos de esa manera, ¿existe cohesión?; entendiendo cohesión como la acción y el efecto de reunirse o adherirse, unión de algo con otra cosa (mi blog diferente al tuyo, al de él y ella pero unidos alrededor de un tema en común), respondo que sí existe. Desde mi perspectiva existe comunidad bloguera, igual que existen otras comunidades: la comunidad lésbica, la comunidad gay, la comunidad católica, la comunidad de alcohólicos anónimos, etcétera.
La comunidad, la recíproca colaboración voluntaria, la conciencia de ser parte de una misma realidad, el reconocimiento de objetivos e intereses compartidos, la cohesión espontánea y natural, la asociación y agrupamiento para el logro de objetivos comunes bajo la filosofía de unidad en la diversidad, son aspectos vitales para que los blogueros nos consideremos parte de ella, nos permita continuar creciendo, en número de miembros y mejora de nuestros “post”, y acrecentando fortalezas con el fin de que nuestros detractores se convenzan de una vez por todas que la comunicación no se practica únicamente por periodistas profesionales en los grandes medios de comunicación, escritos y televisivos, y que podemos incidir positivamente en la construcción de una agenda ciudadana muchas veces invisibilizada por ellos.
Lo que no existe en la comunidad de blogueros Nicaragüenses son aquellos males que aquejan a casi todas las organizaciones o comunidades. No existe el autoritarismo centralizado y verticalista, no existe un “patrón” que baja “la orientación” difundiéndose como una ley divina entre sus adeptos y todos la ejecutan a ciegas sin cuestionarla, les guste o no. No existen salarios ni prebendas, no existe un horario de rígido cumplimiento, no existe competencia desleal, no existe el protagonismo ni el culto a la personalidad, no existe corrupción.
A partir de la experiencia del I Festival de Blogs de Nicaragua escribí “un encuentro sorprendente” y, entre varios puntos señalados, indicaba: “Tenemos resultados que deben ser capitalizados. Podemos seguir haciendo muchas cosas, no hay duda. Todo es cuestión de ganas. Cualquier organización, nacional o extranjera, que pretenda hacer incidencia en políticas públicas perfectamente puede financiarnos un proyecto. Para ello es preciso mantener un espíritu espontáneo, relajado, abierto, descentralizado, con un equipo organizador de apoyo que busque siempre el acercamiento y reconocimiento de la comunidad bloguera para que ésta continúe creciendo”. Lo sigo sosteniendo y podemos lograrlo porque existe la comunidad de blogueros Nicaragüenses y es preciso cambiar la visión de nuestros detractores.
Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS.
Lunes, 27 de febrero de 2012