lunes, 26 de febrero de 2024

DOLOR Y PÁGINA EN BLANCO



Podría escribir sobre caminos polvosos,

y sus treinta colonias. Podría escribir sobre

la península, el oleaje robándole a El Bluff

su costa y los ojos sin vida de los peces

atrapados en la maraña del sargazo.

 

Podría escribir sobre el cielo que se distribuye

normal sobre mi cabeza, largo como una inhalación,

azul cielo que ahuyenta el gris, nubes que lo cruzan

como mechones blancos deseosos de ser lienzo

donde pintar otro espectacular atardecer.

 

Pero el cuerpo se resiste, tiene su propia historia

en mente, neuronas afanadas.

El dolor mantiene la página en blanco.

No puedo escribir cuando el cerebro

cae en una trampa eléctrica que lo atrapa,

sin oír, sin ver, sin ti.

 

Buscando una canción, al ritmo sin ritmo del dolor.

Afortunadamente hay árnica y agujas que ayudan

a sobrellevar este acto hasta hoy.

Mañana abriré la libreta, soplaré la página

y destaparé el bolígrafo azul.

 

26/02/2024

Foto: Internet. 

martes, 13 de febrero de 2024

AMORES

 


Me encanta ver el sol al amanecer

entre los árboles brillando.

Me encanta la luz del atardecer

cuando las garzas pasan volando.

 

Me encanta el ruido de la lluvia

cuando cae en el techo de zinc por la noche.

Amo la neblina en mi rostro

cuando surge la luz rosácea del amanecer.

 

Amo la mar y su profundidad azul.

Me encantan las olas cuando revientan en la playa

susurrado palabras con su ronca voz.

Amo las bandadas de gaviotas y sus agudas letanías.

 

Me encanta caminar en la arena,

con las palmas de cocoteros ondulándose en el horizonte.

Amo nadar y bucear con esnórquel en el arrecife de coral,

pero más que todo eso,

Amo a mi amor ausente.

 

 

12 de febrero de 2023.

Foto: Internet

domingo, 4 de febrero de 2024

LAS ESTRELLAS DE EL BLUFF

 


El Bluff,

el lugar donde las estrellas

cuelgan tan bajo que puedes tocarlas,

tan bajo que acarician tu alma

con su luz infinita.

Debajo de su mirada celestial,

la tierra se levanta para mezclarse

con ellas y la mar.

 

Después del mediodía,

en la pendiente que lleva al faro,

más allá de la antigua pista,

bordeando matorrales verdes,

una pareja de misquitos

caminan aferrados a sus manos.

La pasión, ojos brillantes y labios ardientes,

los descubren como tesoro sin ser visto.

 

Al atardecer,

cuando el cielo es un lienzo de naranja y chocolate,

 un guerrero melancólico,

y una doncella milenaria,

danzan bajo las estrellas de El Bluff.

Cuelgan tan bajo,

tan bajo, que purifican el alma

con su presencia.

 


4 de febrero de 2024.

Foto: José Juan López Lafuente

Nota: apague la luz y disfrute las estrellas.