sábado, 1 de abril de 2017

EL PRIMER DÍA DE ABRIL



El encanto del amanecer cubrió su rostro. Su apariencia se transfiguró por la luz de mañana, cubriéndola bajo el dintel de la puerta. Por unos instantes quedó inmóvil, iluminada por los primeros rayos del sol del primer día de Abril.

En sus ojos negros descubrí la belleza de la noche, y entre toda su hermosura, la gracia del día ruborizándose por el enrojecido cielo. Escuché su voz diciendo su nombre, el canto de una paloma en las altas ramas de los árboles de caoba, la música de una dulce melodía. De su sonrisa los destellos de luz irrumpen al amor, el contenido de todas las virtudes de su fascinante corazón.

Y en este primer día de Abril, los pájaros en bandada señalan el cielo, a mis oídos aburridos, a mis ojos cegados por nostalgia, que ella sigue conmigo, que su belleza está intacta, que irradia siempre cada uno de mis amaneceres.