viernes, 19 de julio de 2024

HAIKU II

 



Las calles de Nueva Guinea

amanecieron mojadas y brillantes por la lluvia.

El sol saldrá a secarlas.



19 de julio de 2024.

Foto propia.


jueves, 11 de julio de 2024

UN PÁJARO CADA AMANECER

 



Si todavía tienes las ganas y fuerzas,

si haces caminatas todos los días,

sí llevas mucho tiempo a ese ritmo, nada se olvida.

Piernas y brazos se vuelven una invención,

la piel se descama al viento.

Te lo dices y recuerdas.

Ahora son historias de aves las que cuentas para ti.

 

Recuerdo a una tijereta que se eleva verticalmente sobre las nubes

y luego baja en picada, con las alas recogidas,

dejando una estela de pensamientos aéreos

bajo el cielo azul.

Allí está el cenzontle, señor de los imitadores,

que le canta a la perra su propio llanto desesperado,

al estar amarrada, viendo los movimientos

que identifica dentro de la casa.

Recuerdo a la oropéndola que canta desde la cumbre

de los árboles más altos del trópico húmedo,

haciendo un sobreesfuerzo al doblar su cuello,

y aletear de felicidad cuando la ve en el corredor de la casa.

 

Y frente a la ventana de vidrio, entre las verjas que la protegen,

los pájaros se engañan ante su reflejo.

Allí están el sargento con su fiel e inseparable amada,

que vigila su ligereza,

las viudas, la reinita amarilla, el güis macho, el batará búlico,

tanto negro o café rojizo con blanco.

Solamente allí han visto sus plumas de queratina y colágeno

que un día llenaron los bosques con su color.

 

Y nuevamente estoy aquí, al alba, sin estar seguro

del cómo, pero siento el proceso desde el que se desprende

la piel del cuerpo en cada movimiento,

en cada paso de los más de diez mil

que pelan la carne sin tener otro cuerpo donde refugiarse.

 

Cada suspiro, una sorpresa al amanecer.

El corazón todavía es fuerte y late agradecido.

Estos huesos son demasiado ruidosos

y poco a poco se van desgastando.

¿De tanto correr?

Y los tejidos se descarnan, hay grietas, moretones,

que hacen dolorosas erupciones.

 

Y voy como un pájaro cada amanecer.

Un paso más, faltan pocos, la meta está cerca.

Ya cansado, ese pájaro está dentro de mí,

siento sus alas, escucho su canto,

empuja más y más sobre las grietas,

picotea los moretones como al vidrio de la ventana.

 

¿Dejarás algún día al pájaro en libertad?

Sigo caminando cada mañana,

esperando que no llueva, con la brisa en el rostro.

El cuerpo, cansado, recuerda.

Un día, como los pájaros, será libre,

soltando sus cargas, elevándose con el viento,

en un vuelo sin final.

 

domingo, 7 de julio de 2024

Foto propia: Mielero patirrojo.


miércoles, 26 de junio de 2024

SIN SABER QUIÉN ERES

 



No sé cómo hablarte, si en inglés creole o español,

escucho tus palabras susurrando debajo de las sábanas,

un poco más allá de mi ombligo.

La vida te ha llenado de rencor, no lo escondes,

y entre palabras viertes gotas amargas sobre los recuerdos

sin dejar ver cómo la luna controla las mareas.

 

No sé lo que eres.

¿Una rosa que perdió sus pétalos con el viento?

¿Una mancha de café en las estrofas de un poema de amor?

¿Una golondrina con alas deformes?

Veo tu boca, tus labios tiemblan,

y escucho ese grito más poderoso que el dolor.

 

Dime, ¿en ingles creole o español?

En español escucho las oraciones de la madre con sus niños

en el atrio de la iglesia, pidiendo el pan nuestro de cada día,

arrodillados por el dolor de la pobreza.

En ingles creole fluyen por la calles los himnos de las iglesias,

pidiendo la salvación de las olas turbulentas,

y la guía del barco hacia un puerto seguro.

 

La lluvia y el viento se toman un descanso.

Espalda contra espalda nos entendemos,

un camino pedregoso y escarpado.

Dime cómo debo hablarte

si el sol deja de brillar en el horizonte.

 

Los recuerdos dolorosos a veces desaparecen.

De puntillas selecciono estrellas

para no zozobrar en la oscuridad.

El amor ha perdido su nombre,

los deseos no permanecen estables.

Un día lejano, gris y frío, volveremos a vernos

sin saber quién eres.

 

18 de junio de 2024.

Foto propia.


lunes, 17 de junio de 2024

REGALO DE NOCHE LLUVIOSA

 



Anoche la lluvia en Nueva Guinea fue intensa, dos horas o más,

luego dejó alrededor empapado,

humedad por fuera y por dentro de todo,

una calma absorbente atrayendo los sentidos.

El mosquitero forma una rectángulo que cubre la cama,

invitando al cuerpo con sus párpados perezosos,

y me deslizo en la burbuja que acurruca mis sueños.

 

El recuerdo vuelve una y otra vez, es su figura un deleite.

Va y viene, camina ligero, corre veloz, cabello al viento,

y se aferra al cuerpo con dominio interplanetario,

un polvo del pasado en el presente, un poema

deslizándose en la piel, brillando en los ojos,

y de repente desaparece como si los sentimientos

y deseos no significan nada.

 

La medianoche ha comenzado,

divide la oscuridad en antes y después.

La luz del día se muestra al noreste del parque,

pero el poema sigue allí aferrado en la mente

como un regalo de la noche lluviosa.

 

 

17/06/2024

Foto: Internet

 


jueves, 13 de junio de 2024

HÉROES SALVA BARCOS

 



Fuimos contratados antes de que llegaran las lluvias.

Éramos tres, yo y dos hermosas mujeres de color,

black creole las dos.

Piquetear el sarro de cisternas,

cubiertas de barcos atracados en el muelle,

su obra viva y su obra muerta sobre el astillero.

¿Por dónde comenzamos?

Preguntó una de ellas, la de ojos color de miel,

con el casco protector, lentes defendiendo sus bellos ojos

y piqueta en mano protegida con guantes de cuero.

Solo nos explicaron que el óxido

acaba con la nave y debíamos salvarla,

¡serán héroes!

Dentro de la cisterna el constante piqueteo

aturdía nuestras cabezas

y el calor de las mañanas lamía la piel

de nuestras espaldas y caras.

En el astillero, colgados de gruesas cuerdas,

sentados en tabloncillos cual columpios,

reíamos y bromeábamos felices ante las ocurrencias

de la flaca que cubría su cabello rasta con un pañuelo azul.

El silencio nos invadía al apreciar la manguera

a presión de Sandblast eliminando del casco

las esponjas, corales, moluscos, percebes, ascidias y algas.

Luego el esmeril dejaba la superficie

resplandeciente como plata marina.

¡Éramos parte de la cuadrilla de héroes, héroes salva barcos!

Fuertes y robustos, ellas sobresalían por sus piernas color ébano

y nosotros por robustos brazos.

Siempre de buen humor, altivos al viento, aprendiendo

el bien en acciones y palabras de otros,

salvadores de barcos que navegaban

impecables por la mar Caribe.

 

13 de Junio de 2024

Foto: Internet.


viernes, 7 de junio de 2024

HAIKU I

 




Entre El Bluff y Yolaina

He construido un hogar en la colina

Con los susurros del viento.



7 de Junio de 2014.

Foto Propia.


martes, 21 de mayo de 2024

EN LA LAGUNA DE ESCOFRAN

 



Es un paseo y ocho van en la panga.

La mañana radiante invita al disfrute en los alrededores de la bahía:

el viento se ha marchado y las olas han desaparecido.

Arriman en la orilla del río, pasando Escofran Walk Lagoon,

frente a un bosque nutrido de cocoteros, un cocal productivo.

 

Los jóvenes abandonan sus ropas y se lanzan al río,

chapotean con alegría y revuelven las aguas.

Son cuatro las bellas que caminan por los alrededores,

van en shorts y buscan manzanas de coco para su deleite.

Ellas son flores silvestres exóticas en el bosque de cocoteros.

 

El cielo en el horizonte se torna gris plateado.

Ellos se cansan, suben a tierra y a los cocoteros.

Con destreza de caribeños los pelan con machetes para ellas.

Qué delicia, en un día caluroso, saborear el agua de coco.

Ellos se muestran orgullosos y ellas admiran sus cuerpos.

 

Llega la lluvia primeriza de Mayo.

Las bellas blufileñas están preocupadas por el cabello y sus cejas.

La corriente arremete contra la panga, la suben y la atan a un cocotero.

Se emparejan en los cuatro puntos cardinales del cocal.

Intensa lluvia baña sus cuerpos y una cortina plomiza los resguarda.

 

La lluvia ha cesado y el tapiz que los protegía desaparece:

las flores exóticas se muestran exuberantes.

El regreso es distinto a su partida: ríen y cantan en la panga.

Una leve brisa y un oleaje con olor a mangle acarician sus espaldas.

Es el mes de Mayo y la dicha se muestra en sus rostros.

 


20 de mayo de 2024.

Foto: Internet.


miércoles, 15 de mayo de 2024

EN EL DÍA DEL PROFESIONAL AGROPECUARIO

 



Bajo el manto gris de un cielo que promete,

el campesino se arrodilla ante la tierra,

sus manos callosas como raíces que se hunden

en el suelo fértil de su esperanza.

Cada surco que abre, cada semilla que siembra,

es un susurro al futuro, un canto silencioso de fe en el mañana.

Las primeras gotas de mayo, cargadas de vida,

caen sobre su rostro curtido, lavando el polvo del pasado

y anunciando la promesa de una cosecha abundante.

Su labor, tejida con hilos de sudor y perseverancia,

es el latido de un corazón que nunca se rinde.

En cada amanecer, cuando el sol apenas se asoma

tímido sobre el horizonte, él se levanta con una sonrisa

que desafía la adversidad. Su mirada, fija en el horizonte,

ve más allá del presente, ve campos verdes y frutos maduros,

ve la recompensa de su esfuerzo.

 

A su lado, el profesional agropecuario, guía y aliado,

camina los mismos senderos.

Conocimiento en mano, comparte su sabiduría,

brindando orientaciones que iluminan

el camino del campesino.

Juntos, forman un dúo invencible,

uniendo la ciencia y la tradición

en un abrazo que fortalece la tierra.

 

El 15 de mayo, Nicaragua celebra a estos héroes del campo.

A los profesionales agropecuarios que, con su dedicación,

elevan la labor del campesino, mejorando cada día su producción.

Su trabajo es un puente que conecta

el saber con la tierra, un faro de esperanza

que brilla en cada hectárea cultivada.

 

En cada grano de maíz,

en cada hoja verde,

late el esfuerzo conjunto de dos manos diferentes,

pero con un mismo propósito.

Son guardianes del futuro,

cultivadores de sueños,

y en cada semilla que brota,

florece la promesa de una tierra más fértil

y un mañana más próspero.

 

15 de mayo de 2024.

Foto: Propia.