¿Se acuerdan del Fabricante de Instrumentos Musicales, de José Santos Pérez Ortega? Si todavía no lo conocen, los invito a darle click al vínculo que los llevara a él. Lo que quiero comentarles es que ese escrito sobre él y su arte lo han leído muchos de ustedes y otros visitantes de mi blog. Uno de los lectores me escribió en una ocasión preguntando por él y con mucho gusto le respondí. Luego, con el paso de los días, pedía contactarlo directamente. Visité nuevamente su humilde fábrica, le comenté el asunto, me dio su número telefónico y se lo envié a Cesar Antonio López, el que preguntaba por él.
Resulta que Cesar vive en Pueblo Nuevo, río Wawashang, donde ha organizado un mariachi llamado “Mariachi Getsemaní” y mostraba interés en adquirir varios instrumentos. Luego de que hablaron, José Santos me visitó con una proforma para que se la enviara a Cesar. Un guitarrón con tornillos al estilo mexicano, dos vihuelas de madera preciosa y un requinto con pastilla empotrada, es lo que Cesar requiere. Luego que Cesar recibió la proforma me volvió a escribir, solicitándome entregarle un contrato adjunto a José Santos.
Ayer me visitó el Fabricante de Instrumentos Musicales. “Hágame el favor de corregir el contrato para firmarlo y poder enviárselo a Cesar”, me dijo con alegría. Le agregué sus datos como número de cédula de identidad, domicilio y corregimos el costo total del contrato que asciende a C$ 13,600.00, para concretizarse en treinta días.
Mientras hacía eso le mostré lo que escribí sobre él, no lo había leído y se quedó sorprendido. “Está bien halado”, dijo y agregó: “me gustan los comentarios de los que lo leyeron”. Luego firmó el contrato, hice su escaneo y se lo envié vía email a Cesar. Al finalizar, José Santos me mostró la última guitarra que ha fabricado y se tiró una rola titulada “Me llamas”.
Al concluir la canción, explicó cómo construyó su guitarra, preciosa, que vale 8 mil córdobas. Al despedirnos, sacó 200 córdobas de la bolsa y extendiendo su mano dijo: “tome, gracias por ayudarme”. Me dejó sorprendido. Será que piensa que necesito coimearle, que hago esto por interés, por sacarle provecho, eran cosas que me pregunté al ver su mano extendida con el billete. “No amigo, no los necesito, con sólo verlo contento por el trato hecho me basta”, le dije y nos estrechamos la mano. Por la tarde recibí un mensaje de Cesar: “Dios se lo pague”, decía.
Ahora me he quedado pensando que este asunto de los blogs, además de satisfacer al que escribe y de gustarle a muchos leerlos, también contribuyen a que conectemos a otros y que puedan hacer negocios. Aquí les dejo la rola del Fabricante de Instrumentos Musicales: “Me llamas”. Dale click.
Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea
Viernes, 23 de marzo de 2012