Desde antes que salga el sol,
Llevando el morral de su padre a la milpa,
Ida y vuelta de la casa a la escuela,
Los campesinos siempre marchan.
Cargando la hamaca con el enfermo,
Socolando con el machete el tacotal,
Guiando a los bueyes para arar,
Sembrando la milpa y el frijolar,
Los campesinos siempre marchan.
Alegres y chajineados
al mercado del pueblo van,
con garrotes en la nuca les dan.
Comida barata por unos centavos.
Con esperanza vuelven a marchar.
Maíz y frijol para vos,
yuca y quequisque para tu sopa y el vigorón.
Sin sus chachitos fritanga no hay,
Sin sus tierras de hambre muere la nación.
Los campesinos siempre marchan,
para arriba y abajo, aunque les chime la bota,
en la guerra y en la paz,
sostienen esta nación y desbarrancan
a todo aquel que de ella se crea chingón.
Una marcha no es nada, su historia es de marchas.
Babosos, delincuentes y poderosos,
con sus marchas y el filo del machete abrieron los ojos,
pero están lejos de aprender la histórica lección.
29/10/2015