lunes, 23 de agosto de 2010

CORN ISLAND Y SU FIESTA DE LIBERTAD

Un grupo de seis jóvenes afrodescendientes recolectores de coco observan en el horizonte una embarcación que se acerca cada vez más a la isla. Suben corriendo a Mount Pleasant y distinguen las insignias de la corona británica. Corren de prisa hacia los cuatro puntos cardinales anunciando el arribo de la embarcación. La nave recorre el costado oeste de la isla esquivando los arrecifes. La observan con mayor nitidez desde North End y Brig Bay. Siguen su recorrido desde la costa. Al pasar Waula Point gira hacia el oeste con decisión de tocar tierra. Ancla frente a Southwest Beach. Dos botes de remo llegan a la costa. Llaman a todos los nativos de la isla a reunirse para darles buenas nuevas.

Son más de noventa y se reúnen bajo la sombra de los cocoteros. Se presentan los extraños y Alexander McDonald, superintendente de la República de Honduras Británica, antes Belice y las Islas de la Bahía de Honduras, representante de la reina Victoria de Inglaterra en la Mosquitia y del Rey Misquito, Robert Charles Frederick, lee el edicto real que declara el fin de la esclavitud. Desde hoy son hombres y mujeres libres, dijo al finalizar la lectura el viernes 27 de Agosto de 1841.

Eufóricos, sin meditar aún sobre el significado de la libertad, se abrazan, besan, gritan de alegría, ruedan por el suelo, recuerdan con más claridad sus orígenes, sus ancestros. Se va la nave y no saben que hacer, son libres. Regresan a sus casas contentos a dar la buena nueva. Al caer la tarde se reúnen para celebrar pero como no tienen nada para ello, deciden ir al “swampo” a atrapar cangrejos y recolectar bananos para hacer sopa de cangrejos. Llega la noche y encienden una fogata. Toman la sopa y al ritmo de tambores bailan alrededor del fuego. Sacuden todo el cuerpo, caderas, torso, brazos y piernas, liberando el alma, se reencuentran con sus ancestros y juntos, se escapan, viajan en el tiempo, suben al cielo, encuentran sosiego y paz, liberándose de temores y pesares terrenales que los atormenta desde que fueron comercializados como esclavos. Amanecen extasiados, sudados y se bañan en las aguas cristalinas de la isla. Vuelen en si y descubren incrédulos que son libres. Han celebrado su libertad, la abolición de la esclavitud.

El ritual se repite cada año en Corn Island y los descendientes de los primeros liberados se preparan a lo grande. Sigue siendo el mismo pero con matices diferentes. Se elige a la reina de la isla, Miss Corn Island, entre las más bellas de los diferentes barrios, hay desfile de carrozas, competencias deportivas, juego de boliche, bailes tradicionales y la tradicional Crab Soup, sopa de cangrejos, modernizada con el paso del tiempo, la que se ofrece a los visitantes y participantes.

Esta fiesta, la fiesta de la libertad, comercializada como la fiesta del Cangrejo, es una de las más proyectadas en la Costa Caribe para incentivar y atraer el turismo, nacional e internacional. Por sus bellezas naturales, sus playas de arena blanca y aguas cristalinas en diferentes tonalidades, arrecifes de coral, la amabilidad de los cornaileños, la seguridad, las mejoras en la capacidad de alojamiento y hospedaje, la comida y la música caribeña, el ambiente de paz, los múltiples deportes acuáticos que se practican y los sitios históricos de la época esclavista hacen definitivamente que Corn Island y Little Corn Island sean unos de los mejores destinos turísticos del país.

Distante a 169 años de la abolición de la esclavitud, los retos de los habitantes de estas paradisíacas islas del Caribe, son mayores a los que se enfrentaron aquellos que escucharon el edicto real leído por Alexander McDonald declarándolos libres. Preservar la riqueza de sus mares, conservar sus arrecifes, luchar contra la narcoactividad, recuperar sus sitios históricos, luchar contra la discriminación y el racismo, dentro y fuera de su territorio, y mejorar constantemente los niveles de educación de las nuevas generaciones son algunos de ellos. La abolición de la esclavitud adquiere nuevos sentidos, nuevos retos.

Ronald Hill A.
La Colina.
Nueva Guinea, RAAS
Lunes, 23 de agosto de 2010

Fotografias cortesia de Nydia Taylor y Kenny Siu.