El último domingo del mes de septiembre se celebra el Día Nacional de la Biblia según decreto de la Asamblea Nacional No. 3317, aprobado el 15 de julio de 2002 y publicado en La Gaceta No. 149 del 9 de agosto del mismo año.
Dicho decreto indica que las instituciones públicas y privadas, en celebración del Día Nacional de la Biblia, podrán celebrar actividades públicas o privadas y gozarán de las prerrogativas de protección que las autoridades policiales deban ofrecer. También establece que queda exenta de toda carga tributaria la distribución, producción y difusión de la Biblia en todo el territorio nacional.
El día de la Biblia se celebra en varios países aunque no coinciden necesariamente en la misma fecha. Es celebrado por diferentes grupos religiosos que la utilizan, entre ellos: evangélicos, católicos romanos y ortodoxos.
La Sociedad Bíblica ha sido la responsable de impulsar la campaña de la celebración del mes de la Biblia, el cual es el mes de septiembre. ¿Por qué el mes de Septiembre? Por varias razones. Para los católicos porque el 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, el hombre que dedicó su vida al estudio y traducción de la Biblia al latín. Para los evangélicos porque el 26 de septiembre de 1569 se terminó de imprimir la primera Biblia traducida al español por Casiodoro de Reina llamada “Biblia del Oso”. Se llamaba así porque la tapa de esta Biblia tenía un oso comiendo miel desde un panal. Esta traducción, que posteriormente fue revisada por Cipriano de Valera, dio origen a la famosa versión “Reina Valera”.
La Biblia es el libro más vendido de todos los tiempos, es el “best seller” de la humanidad. Se estima que más de 3 mil millones de biblias han sido vendidas aunque muchos consideran que la cantidad es mayor.
Yo tengo mi Biblia. La leo de diferentes formas, cada quien tiene su estilo. A veces me guío con el calendario católico y a veces la abro al azar. De cualquier forma, siempre encuentro en sus escritos una luz que ilumina mi camino, un mensaje que supera mis pesares. Los invito a darle una leída de vez en cuando, vale la pena, sus escritos te llenaran de esperanza, de paz y descubrirás que en estos tiempos de desarrollo tecnológico y comunicacional, sufrimos los mismos males por los que millones murieron tratando de construir un mundo mejor para todos. ¡Que viva la Biblia!
Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS
25/09/2011
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