Creció como un niño sencillo,
serio y dócil. Tenía un modo muy propio de hablar pronunciando con dificultad
ciertas palabras. “Cuando tenía entre tres y cuatro meses de embarazo me
operaron de apendicitis, me anestesiaron con éter y creo que lo afectó, por
ello tenía ese modo de hablar”, recuerda doña Rosa.
La revolución de 1979 lo
sorprendió al mando del yate y se trasladó hacía El Salvador. Trató de obtener
el pago de sus salarios pendientes pero le fue imposible. Allí conoció a
Richard Macklin y a su esposa doña Laura. Con ellos trabajó ayudándoles en sus
quehaceres y posteriormente emigró indocumentado a los Estados Unidos donde se
reencontró con ellos, creciendo la amistad y el mutuo aprecio. Se convirtió en
la mano derecha de los Macklin y lo adoptaron como hijo, obteniendo la
nacionalidad estadounidense. Por muchos años estuvo con ellos en Key West
atendiendo los negocios de la familia y posteriormente viajó a Luisiana donde
laboró en una draga.
Por muchos años estuvo viajando a
los Estados Unidos por asuntos laborales pero en el año 2008 tuvo un accidente
que lo mantuvo hospitalizado y el miércoles, 22 de Enero del corriente año, a
las 7:50 de la mañana falleció en un hospital de Miami.
Por él, nosotros, madre, hermanos
y hermanas, hija, sobrinos y amigos nos congregamos para orar por el descanso
eterno de su alma.
NO TE DETENGAS ANTE MI TUMBA Y LLORES.
No te detengas ante mi tumba y llores,
no estoy allí. No duermo.
Soy mil vientos soplando
Soy el centelleo diamantino en la nieve
Soy la luz solar sobre el grano maduro
Soy la tenue lluvia de otoño.
Cuando despiertas en la quietud matinal
soy la prisa rauda, ligera
de quietos pájaros volando en círculos en el cielo.
Soy la tenue luz de las estrellas en la noche.
No te detengas ante mi tumba y llores
No estoy allí. No duermo.
No te detengas ante mi tumba y llores,
no estoy allí. ¡Estoy en todas partes!
vivo...
Mary Elizabeth Frye, 1932
no estoy allí. No duermo.
Soy mil vientos soplando
Soy el centelleo diamantino en la nieve
Soy la luz solar sobre el grano maduro
Soy la tenue lluvia de otoño.
Cuando despiertas en la quietud matinal
soy la prisa rauda, ligera
de quietos pájaros volando en círculos en el cielo.
Soy la tenue luz de las estrellas en la noche.
No te detengas ante mi tumba y llores
No estoy allí. No duermo.
No te detengas ante mi tumba y llores,
no estoy allí. ¡Estoy en todas partes!
vivo...
Mary Elizabeth Frye, 1932
Aqui les dejo este vídeo donde Francisco Cruz lee el texto anterior en la iglesia de ciudad Rama, El Rama el día de hoy.
19/02/2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario