Llueve sin cesar sobre el trópico húmedo.
Ríos crecen desbordándose en su recorrido.
Las casas se inundan y la gente se afana
en salvar sus pertenencias y sus vidas.
La lluvia no respeta ni la noche ni el día.
Es un diluvio que arrasa con todo a su paso.
Los niños lloran, los ancianos se lamentan,
los jóvenes se organizan para la evacuación.
La tristeza se apodera de los rostros
mojados.
La incertidumbre se cierne sobre el futuro.
La lluvia no da tregua ni esperanza.
Es una fuerza implacable que no escucha.
Entre la desolación hay un rayo de luz,
una mano solidaria, una palabra de aliento,
un gesto de amor, una oración sincera,
un hibisco que florece en el lodo.
La lluvia no doblegará el espíritu del
trópico húmedo,
es una prueba más que se superará.
no durará para siempre, ni el dolor.
El sol volverá a brillar, y con él, la vida
en su esplendor.
30 de noviembre 2023.
Foto Propia: Muelle de los Tres Ríos, El Rama.
Perfecto Licenciado, nada es para siempre, después de la tormenta la calma llegará..
ResponderEliminarY las familias a la cotidiano. Saludos.
EliminarSiempre hay esperanza y al final del tunel la luz llegará. Excelente👌
ResponderEliminarMuy cierto, y la gente ya se prepara mejor para las evacuaciones
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