Herido en el suelo,
recordé al gato y su sombra.
Te alcé con cuidado,
todavía tibio,
medio perdido.
El vidrio te había golpeado
y el mundo se te apagó un segundo.
Te soplé despacio,
cerquita del pico,
como si el aire pudiera darte regreso.
Te puse de cara al sol
y parpadeaste.
Pajarito de la mañana,
hoy te tocó la suerte
que muchos pedimos
cuando la vida nos estrella contra algo.
19/11/25
Foto propia.
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