Tendido sobre la arena blanca,
las olas masajean mis pies.
El sol se oculta entre los Cayitos de Utila,
mientras Pico Bonito se yergue en la costa.
La cordillera majestuosa dibuja su silueta.
La Ceiba reposa bajo su esplendor
y las isleñas con su inglés cantadito
tejen melodías al ritmo del country.
Por la noche las calles brillan de luces,
los turistas fluyen entre La Punta y Sandy
Bay.
De arriba abajo la fiesta no cesa,
un trozo de mundo en movimiento constante.
Con el alba, el muelle celebra su agitación.
El yate llega cargado de vida y provisiones,
mientras rostros entusiastas ansían la
aventura,
y los viajeros nocturnos parten con mochilas
al hombro.
Cuando el día despierta y el viento sopla
fresco,
lanchas de buceo zarpan hacia los arrecifes,
y pescadores en sus veloces cayucos
cruzan el faro en busca de la mar azul.
07/01/2025
Foto: Ollie Zelaya Hill
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