domingo, 23 de julio de 2023

FRAGMENTOS Y ASTILLAS

 


Eres singular. Ensayas tu ausencia.

¿Ves la luz? ¿escuchas el ruido? ¿sientes el calor del sol?

 ¿Lo conectas con el día?

Te mueves en la oscuridad, entre fragmentos y astillas.

 

Trato de esperar esos momentos,

incluso cuando se escapan: un gesto de alegría.

Érase una vez no más,

pero vuelves al caer.

 

Somos cada segundo y cada día.

He mirado profundamente a los ojos de hombres y mujeres.

Y temía eso, no hacemos contacto.

El espacio entre nosotros nunca existió.

 

Ya no sé qué pensar.

Sobre la muerte. Que está en alerta.

Acerca de ti. Un deseo desde las ruinas de la memoria.

Porque sí, tú, hacías latir mi corazón,

irregularmente como el tuyo, hasta apagarlo..

 

Dejó de latir, se disiparon los deseos.

Vuelve a tu vida, a los fragmentos y astillas,

a tu memoria que divaga entre las ruinas

de  noches largas y sombrías.

 

14/07/2023

Foto: Líneas, de Sergio Orozco Carazo

jueves, 6 de julio de 2023

GLOSAS SOBRE EL LIBRO "EL GÉNESIS DE NUEVA GUINEA"

 

En la tarde del 24 de junio del 2023 se presentó en el Restaurante La Colina, ciudad de Nueva Guinea, Región Autónoma de la Costa Caribe Sur nicaragüense, el libro “El Génesis de Nueva Guinea”.

Esta obra es de la autoría de Ronald Hill Álvarez, licenciado en Zootecnia por la Universidad Centroamericana de Nicaragua (UCA), destacado en la dirección y gerencia de diversos programas y proyectos como activo profesional y ciudadano radicado desde hace más de 30 años en la localidad a la que con este escrito rinde tributo.

Se trata de un libro de cubierta blanda de papel sulfito emplasticado a todo color en la cual aparece el legendario Cerro Brujo de fondo. Teniendo en la portada el nombre del autor y el título de la obra, y en la contraportada una reseña biográfica del autor firmada por el licenciado Hilario Amador Sánchez.

Y en el interior del texto, además de la dedicatoria y las referencias que hace el autor a los suscriptores de honor y seguidores de su Blog “Sueños del Caribe”, de inmediato aparece una excepcional presentación escrita por el reconocido intelectual y académico Guillermo Rothschuh Villanueva en la cual pone en el acto al lector en el contexto histórico, geográfico y estilístico de la obra.

Luego el autor entra en acción mediante el prefacio para indicar cómo, cuándo y por qué llegó a Nueva Guinea, el pueblo que ahora lo ha inspirado para escribir este libro. Acto seguido el autor muestra al lector una caracterización cultural y sociodemográfica con el epígrafe “Los neoguineanos” que es el gentilicio de la población de la localidad sujeto de este compendio.

Después de estos elementos introductorios el autor divide el libro en tres secciones, denominándolas:

 Una historia reciente”, en la cual, y siguiendo el estilo de la crónica periodística matizada con diálogos que se derivan de entrevistas y encuentros amistosos sostenidos con autores directos de la historia de Nueva Guinea, el autor expone la historia que abarca desde el primer día (1 de marzo de 1965) en que 17 jefes de familia procedentes de distintas partes de Nicaragua entraron a los agrestes parajes donde fundarían una colonia agrícola que luego, desde el 8 de noviembre de 1981 en que se declaró como tal, vendría a ser el más próspero de los 153 municipios de Nicaragua.

Testimonios después de la guerra”, en la que se recoge la expresión oral y vital de quienes fueron víctimas directas del impacto de la guerra sufrida en los 80 (del recién ido siglo XX) en Nueva Guinea y sus alrededores.

Nueva Guinea y su gente” en la que, mediante la crónica, reseñas biográficas, reportes periodísticos y hasta alusiones anecdóticas el autor retrata a la gente de a pie que día con día forja la historia de un pueblo que vibra, vive y siente. Y se pasa así revista sobre personajes que reflejan la vulnerabilidad de la psique humana como fue la dolorosa experiencia de Abraham Sánchez, de la solidaridad sin límite como la manifestada hacia Nueva Guinea por el alemán Sigfrid Erwin Ruthing, el tesón por el trabajo honrado como lo reflejan el colono Efraín Martínez Fonseca, la leñadora doña Jacoba, la horneadora Elisa Martínez, la chef Juanita Betancourt, el diversificador agrícola Pedro Figueroa Cruz, los técnicos en electrónica Daniel Meneses y Martín Palacios, el carretonero Reynaldo Jirón, y los personajes colectivos y anónimos que se retratan bajo los títulos ¡Adiós cuñadito” y “Las lavadoras de raíces y tubérculos”. Se consigna también en esta sección del libro una crónica del que ha sido el único que en Nueva Guinea ha obtenido el premio mayor de la Lotería Nacional de Nicaragua. Y no podía faltar, como para completar el cuadro humano de quienes habitan en esta localidad, el padecimiento a causa de la Diabetes que sufre el otrora ágil beisbolista y creativo ebanista Julio César Amador Henríquez, quien al momento del encuentro con el autor de la obra que comentamos ya había perdido parte de su miembro inferior derecho. 

Así, Ronald Hill Álvarez plasma el desenvolvimiento humano de la gente de esta parte del país en las 153 páginas que conforman su libro “El Génesis de Nueva Guinea”, con un lenguaje libre de rebuscamientos lingüísticos, diáfano e inteligible; apto para lectores avezados, así como para principiantes. Por lo que su lectura es inexcusable tanto para quienes busquen conocer los orígenes de esta parte del Caribe Nicaragüense como para quienes cursan los primeros pasos de la educación formal.

De momento este libro puede hallarse en las principales librerías de Nueva Guinea, y en particular contactándose con Aster Hill al teléfono 8922-5212 quien indica cómo obtenerlo. Adquirirlo no solamente será útil para deleitarse en su lectura, sino para saber hacia dónde va la gente de estos lares partiendo de saber quiénes son, dónde están y de dónde vienen. Y como dice un amigo por ahí: “¡Sea buen nicaragüense, consuma lo que el país produce!”

 

Richard Wilson A.

24/6/23

sábado, 17 de junio de 2023

SINFONÍA DE PENAS Y ALEGRÍAS

 


En los pliegues del tiempo y el pesar,

se desliza el dolor de un ser amado,

un suspiro que el alma ha dejado,

y en el corazón una herida deja al pasar.

 

El reloj implacable avanza sin cesar,

como un sanador que cura las heridas,

con su andar, cicatriza las vidas,

mientras las memorias se van a difuminar.

 

Pero el tiempo también deja su rastro,

en nuestras caras y en nuestras miradas,

fisuras que narran historias pasadas,

reflejos de experiencias, de un pasado ya gastado.

 

La nostalgia se adueña de nuestras almas,

con el peso de los años en nuestros hombros,

valorando cada instante como un tesoro,

anhelando volver a aquellos días sin calma.

 

Extrañamos la calidez de nuestros padres,

la sabiduría de los abuelos añoramos,

buscando en nuestra memoria los ramos,

de momentos perdidos en los que no hay huidas.

 

Y en el ocaso de nuestras vidas, la soledad,

nos susurra al oído en cada noche solitaria,

acompañante silenciosa, compañera solitaria,

en el crepúsculo final, única verdad.

 

Pero aún en la tristeza que nos envuelve,

encontramos belleza en las pequeñas cosas,

un rayo de luz que la oscuridad disipa,

y en la melancolía, el corazón se resuelve.

 

La vida es una sinfonía de penas y alegrías,

donde el tiempo nos moldea con su paso fugaz,

y aunque duelan las ausencias, siempre hay paz,

en cada instante, en cada latido, en cada pena.


17 de junio de 2023

Foto: Trazados 7, Sergio Orozco Carazo.


jueves, 18 de mayo de 2023

CAMINAR Y DIVAGAR

 


En ocasiones cuando empiezo a caminar

mis pensamientos comienzan a divagar.

Después de un rato de andar, divagando,

los identifico y trato de atraparlos,

se desenrollan, en sentido anárquico,

por aquí, por allá, unos se escapan, no vuelven,

de tanto divagar con ellos.

Aparecen y atrapo los que más deseo.

 

A los humanos nos pasa casi siempre lo mismo,

es parte de nuestra naturaleza, es una nube blanca

circulando por nuestra mente que provoca

sutileza, suavidad, exquisitez,

que tratamos de mostrar a otros,

los colores de nuestros hilos intentando

que se den cuenta.

 

Aquí en este lugar,

en este momento, que voy caminando,

divagando, veo sus movimientos,

escucho su voz, la de todo el día,

afuera y dentro de mi cabeza, esa voz que

acompaña mis pensamientos, sentimientos, emociones,

su sonrisa gira con las nubes y

busco sus canciones preferidas.


Entre acordes está su voz

tarareando la canción,

y desenrolla mis pensamientos,

cual hilo expuesto de un tapiz,

unos van y otros vienen como un simple arroyo

que avanza alegre con las primeras lluvias de mayo

hasta salir de mi divagar por los caminos

que recorro y me llevan hasta el río.

 

18 de mayo de 2023

Foto propia.

domingo, 30 de abril de 2023

¡MAYO VENGA YA!

 



Aquí estás, un año después, y ya se escuchan los tambores. Nuestras almas están inquietas y la ciudad engalanada te esta esperando.

Te fuiste a la media noche, silencioso para que siguiéramos ilusionados con la dicha que nos diste durante un mes, tu mes Mayo Ya. Cuando el sol salió, todo cambió: los rostros quedaron sombríos, sin sonrisas, con ojos tristes, ojeras de trasnochados y, al hacer cuentas, los bolsillos quedaron volteados y lavados.

La tristeza nos volvió a invadir, pero somos fuertes Mayo Ya. En nuestras mentes y corazones te teníamos presente, ansiosos esperando tu regreso. No tenemos resentimientos, te fuiste lejos, navegaste por los siete mares y en el norte desapareciste de nuestra brújula que marcó en un inicio tus desplazamientos. Llenaste tus bolsas de bendiciones y ahora regresas para compartirlas con nosotros. ¡Bienvenido Mayo Ya!

Nos despojamos de la tristeza, para que sirve quejarse durante esos otros meses que tienen feos nombres, que no nos gustan, meses de penurias, aunque la distracción se organice para quitarnos la cabanga, la arrechura por tu ausencia Mayo Ya, por todos lados tratan de distraernos, date cuenta que por eso vamos a la playa, a las barreras, a los hípicos, a los ríos, pero nunca te la vamos a pegar, nunca, jamás de los jamases Mayo Ya, porque sos el mes de la fertilidad, el de la lluvia que nos empapa.

Y cuando estamos alrededor de vos, adorándote, te muestras orgulloso porque te cubrimos de cintas de colores, mueves tus ramas de excitación al ver tantos cuerpos que giran en movimientos sexuales ansiosos, pidiéndote que derrames dicha y bendiciones en la semilla que será fecundada para darnos nueva vida Mayo Ya.

Vida prolífica para que en los campos germinen las semillas, para que la mar nos de buenas faenas, para que los negocios sean bendecidos, para que surja entre nosotros el amor y la armonía, eso, eso Mayo Ya, libéranos del mal, aparta las enfermedades de nuestras casas, ilumina nuestros caminos con la luz que acumulaste en tu viaje y danos fuerzas para aguantar este bacanal que nos encanta, que nos enloquece al ritmo de los tambores que martillan en nuestras cabezas sin dejar de pensar en otra cosa más que en el tululu, en el lanchtanova, en el sinsaima, en el mero vacilón, danos fuerza Mayo Ya.

Sos una pausa en la tormenta que nos ahoga, sos la luz que ilumina nuestra alma caribeña, eso y más Mayo Ya. Desde hace días escuchamos los preparativos, los calentamientos y queremos que sea ya, que Mayo venga Ya, ahora, ya, en este instante, Mayo en la calle, Mayo en la casa, Mayo en el parque, Mayo en el barrio, Mayo en la sangre, Mayo con vos Mayo Ya, bailando en la playa, en la arena, en Corn Island, en Pearl Lagoon, en El Bluff, en todos los lugares, contorsionando nuestros cuerpos, tululiando todos los días y sus noches, una noche un amor en el mes de la fertilidad, el que hace olvidar rencores y  penas, dejándolo todo atrás para comenzar con la alegría que nos traes Mayo Ya.

Y si te vas al amanecer del último día de tu mes, Mayo Ya, y nos vas a dejar con las calles barridas y descoloridas, con la misma tristeza y desdicha que vive en nuestro corazón los otros once meses del año, te seguiremos esperando con la fe de que volverás a llenar de alegría a estos corazones que palpitan por ser feliz eternamente. ¡Mayo venga ya!


30 de abril de 2023

Foto: cortesía de  Jesús Salgado.


martes, 18 de abril de 2023

CUANDO ÉRAMOS CHAVALOS



En memoria de Manuel Bermúdez, "Palán" (1963 - 2021)


El grupo de amigos estaba conformado por Pancho, el Güerri, Alonzo, Richard, Javier, Glen, Lolo y José Manuel. Era un grupo pequeño, pero unido. Compartíamos los días en El Bluff, ubicado en el caribe sur de Nicaragua. Durante los meses de verano, disfrutábamos al máximo después de regresar de las clases en Bluefields.

Uno de los pasatiempos favoritos era jugar béisbol y, en ocasiones, futbol en el antiguo campo que hoy en día es un parque. Este campo era el escenario perfecto para practicar deportes y pasar un buen rato con los amigos.

Allí jugábamos contra el equipo de la Booth, los Diablos o los Capitanes, conformando el equipo de la UVA. Ese era nuestro enfrentamiento de alto nivel, jugar contra grandes peloteros de la liga de Baseball amateur de Bluefields. Con el tiempo, varios de nosotros debutamos como jugadores novatos con el equipo y recuerdo que un domingo le gané al equipo de Old Bank con un juego de no hit no run. Aún hoy me siento orgulloso de ello. 

Muchas veces nos enfrentamos a equipos de futbol de Bluefields, una selección de los mejores jugadores de esa época, cuando el futbol no era masivo entre los jóvenes. Martín Montero era nuestro Pelé, Chapop el mejor portero, Kalilita o Pancho o Rodolfo, como lo quieras llamar, era el mejor centrocampista y Alonzo la mejor defensa central. En una ocasión, nos creíamos un gran equipo de futbol, viajamos a Diriamba, nos alojaron en el Instituto Pedagógico y nos enfrentamos al equipo Diriangén, el mejor equipo de Nicaragua en esos años. Nos dieron una paliza de 16 goles a cero donde el portero anotó varios. Nunca nos desanímanos, el teniente Pallais, quien fue el que hizo los contactos para el viaje, nos daba ánimos. "Perdieron contra el mejor equipo de Nicaragua, no contra cualquiera", nos decía.

Nos gustaba pescar y los hacíamos en el muelle de los pescadores al que llamábamos “el Murito”. Usábamos diversos tipos de carnadas, desde trozos de bagre, sardinas y hasta camarones que nos regalaban los marineros de los barcos camaroneros. Cargábamos piñas de pescados roncadores para freír y con ellas caminábamos orgullosos por el andén hasta llegar a nuestras casas. En ocasiones, desde el muelle iluminado de la Texaco, arponeábamos enormes róbalos que se desplazaban en cardumen por las aguas verdes y limpias de la bahía.   

A veces, por las tardes, solíamos correr hasta la segunda laguna de la playa El Tortuguero y regresar al caer el sol como parte de nuestro entrenamiento. De regreso, a nuestra derecha, podíamos ver cómo el cielo se pintaba de naranja sobre la isla del Venado. Era una vista impresionante que nunca nos dejaba de asombrar.

Los domingos, después de acudir a misa, entre primos, encabezados por Dora Luz, recorríamos la costa pedregosa de la loma del faro para recolectar caracoles que se adherían a los rocas. Recogíamos baldes que luego se convertían en ollas de suculentas sopas en la diferentes casas familiares.  

Por las noches, nos reuníamos en las gradas que bajaban al muelle de las pangas. Sentados en la baranda de concreto, bajo el firmamento lleno de estrellas parpadeantes, mirábamos y escuchábamos los gritos de varios adultos que jugaban naipes en la casa de Steven Sambola o en la oficina de Busurcón. Las luces de los barrios de Old Bank y Pointteen de Bluefields se miraban a lo lejos, más allá de Half Way Cay, mientras las aguas mansas de la bahía buscaban sin prisa la barra en su salida al mar, dejando atrás la isla de miss Lilian y el muelle de la Booth.

Allí, en esas noches de calma, conversábamos sobre las actividades del día, sobre las muchachas que nos gustaban, de nuestros deportistas preferidos y reíamos felices contándonos lo que queríamos ser al llegar a adultos, mirando hacia lo alto con el rostro iluminado como cuando enviábamos telegramas  con nuestros deseos en la cuerda que sostenían los barriletes que elevábamos desde el parque de la loma. Regresábamos a casa antes de que la luz eléctrica, suministrada por la aduana, se apagara.

En otras ocasiones, cuando la Booth extendió la energía eléctrica en todo el puerto, por las noches jugábamos basquetbol y voleibol en la cancha ubicada en el norte del campo de beisbol, frente a la casa de don Chon Benavidez y la de doña Marianita, la mamá de los García. A veces, las rivalidades entre muchos se convertían en noches de boxeo en el cine Renith, utilizando guantes facilitados por los Benavidez.    

Comenzábamos el día muy de mañana para cruzar la bahía en barcos pos pos para asistir a clases, unos iban al colegio Moravo, otros al San José y al Colón.

Era una época de diversión, estudios y sueños. Aunque el camino por delante no era fácil, creíamos en que podíamos lograr nuestros objetivos en base a nuestras capacidades. Juntos, soñábamos con un futuro próspero y emocionante.

Con el tiempo, y debido a múltiples circunstancias, muchos de ellos tuvieron que irse a países extranjeros en busca de sus sueños, no hay profeta en su tierra, decían al partir, y otros se mudaron a distintas ciudades en Nicaragua. A pesar de la distancia, siempre mantenemos la amistad de cuando éramos chavalos. A menudo, recordamos con nostalgia esos días en el puerto de El Bluff.

Un día nos volveremos a reunir para juntos recordar esos buenos tiempos, nos decimos. A pesar de que nuestras vidas han tomado rumbos diferentes, no olvido las risas y los juegos que compartimos durante aquellos meses de verano en El Bluff.

Cada uno ha seguido su camino, pero el vínculo de amistad que compartimos nos mantiene unidos como la franja de arena que aferra el antiguo islote de El Bluff con el resto de Nicaragua.

 

12 de abril de 2023

Foto Propia: Abuela Manuela con sus nietos y nietas.

martes, 4 de abril de 2023

EN LA ARENA

 




En la arena, donde las olas acarician la costa,

el sol se refleja en el agua cristalina,

donde las gaviotas vuelan libres en el cielo,

y las conchas y las piedras cuentan historias antiguas.

En la arena, donde el viento sopla sin cesar,

y la brisa salada acaricia la piel,

donde los pies se hunden en su suavidad

y las manos crean castillos de sueños y fantasía.

En la arena, donde los ojos se pierden en el horizonte,

y los pensamientos se vuelven más profundos,

donde los corazones se abren a la inmensidad del mar,

y las almas encuentran paz en el susurro de las olas.

En la arena, donde el tiempo parece detenerse,

y todo lo que importa es el momento presente,

donde la vida cobra un significado más profundo,

y se siente la conexión con todo lo que nos rodea.

En la arena, donde se mezcla lo eterno y lo fugaz,

los sueños se hacen realidad y la realidad se hace sueño,

donde el corazón late con fuerza y la mente se libera,

y se siente la belleza y la magia del mundo.

En la arena, donde la gente va y viene,

la conocí, me enamoré y la amé,

bajo el brillo del sol y la luz de la luna,

en la calma del mar y la brisa del viento.

En la arena, todo es posible,

los corazones se unen y las almas se funden,

donde el amor se hace eterno,

y la belleza de la vida se revela en todo su esplendor.

 

 3 de abril de 2023
46 años después.
Foto Propia: Pearl Cay

jueves, 30 de marzo de 2023

EN LA PISCINA DE LA COLINA

Ella nada en la piscina de la colina,

me transfiguro en la alberca,

siento su presencia de mujer madura

desplazándose en mi cuerpo de agua.

 

Sus manos y sus piernas en sincronía

salpican mis aguas y sus movimientos

provocan el canto de los pájaros,

mientras el sol ilumina el día.

 

Sale erguida a observarlo,

y veo su esbelta figura a contraluz,

sus piernas largas, sus caderas altivas,

y sus pechos llenos de vida al viento.

 

En ese momento, todo se detiene,

el mundo se convierte en un poema,

y yo estoy cautivado y atrapado

por la belleza y la gracia de su ser.

 

Soy testigo silencioso

de su baño matutino, intimo,

y aunque ella no me ve ni me oye,

soy bendecido por su presencia

y por el milagro de la vida.

 

Miércoles, 30 de marzo de 2023

Foto propia.