Muy temprano,
Miguel y su hija adolescente me visitaron. Juan Pérez, gritó, así me
dice y así le digo por una historia inventada de los años ochenta, ¿Dónde
estás?
Me levanté de la
silla de mi escritorio y salí a la sala para recibirlos.
“Esta chavala
anda buscando el libro Sombras nada Más de Sergio Ramírez”, dijo Miguel. “Por
aquí lo vi”, agregó, mirando hacia mi oficina y los libros desordenados. “Préstamelo,
porque lo necesita para un trabajo de la escuela”.
Lo buscamos por
todos lados, pero no lo encontramos. Además, echó un vistazo a Los Años de
Granada de Ernesto Cardenal, la segunda parte de Vida Perdida, y no dudó en
prestármelo.
“Es de la
biblioteca”, dije por si acaso, pero estoy seguro de que regresará en sus
manos.
“¿Cómo es
posible que no esté, si un día de estos estaba allí?”, dijo, señalando el
librero.
“Eso pasa
siempre: presto los libros, casi nunca regresan, desaparecen".
“Conmigo están
seguros”, respondió Miguel. “Un día de estos te traigo el que me prestaste”.
Salimos al
corredor y comentamos sobre la historia de Sombras nada Más, y la conversación
nos llevó a Ernesto Cardenal y, obligatoriamente, a José Coronel Urtecho.
“Yo los conocí a
los dos en Solentiname cuando trabajé para el INRA”, dijo. “En ese tiempo, les
daba asistencia técnica a las islas del archipiélago y me hice muy amigo de
Alejandro Guevara, el comandante de San Carlos. Yo vivía en una isla aparte y
visitaba las otras todos los días. Así conocí a Ernesto Cardenal, a Cortázar, a
una hija de Salvador Allende y a muchos otros. Pero quiero contarte sobre
Coronel Urtecho, tengo un libro de él que te voy a prestar”.
Continuó
hablando entusiasmado mientras su hija estaba inquieta porque no encontrábamos
el libro que buscaba.
“Mi hermano
Víctor, el ingeniero, trabajaba en San Carlos”, continuó hablando, “y lo
mandaron a hacer un levantamiento topográfico de las islas. Era un fin de
semana y me dijo que le ayudara de cadenero. Nos fuimos y por la tarde
conocimos a José Coronel Urtecho. Estaba sentado solo, cerca de una gran mesa,
y Víctor dijo: Mira, ese es Coronel Urtecho”.
“Si no aprovechamos la ocasión, nunca podremos hablar con él”, le respondí.
Lo
saludamos y con amabilidad nos invitó a sentarnos. Le contamos lo que hacíamos
y nos contó muchas historias, una relacionada al trabajo de Víctor sobre las
Fincas San Francisco y Santa Fe.
“El papá de la
esposa de Coronel Urtecho, María Kautz, era un ingeniero de origen alemán de
apellido Kautz que se casó con una Sancarleña de apellido Gross. José Santos
Zelaya lo contrató para que le hiciera los estudios sobre el canal
interoceánico a través del Río San Juan”.
“Un día, Zelaya
lo mandó a llamar a Managua para que le explicara los avances del estudio.
Luego le dijo que en la ruta del canal hiciera dos fincas y que a una le
pusiera el nombre de San Francisco y a la otra Santa Fe. “De las dos, la más bonita será
tuya”, agregó Zelaya.
“Luego de haber
hecho las fincas como le había indicado Zelaya, se fue nuevamente a Managua.
Zelaya le preguntó: “¿Y al fin hiciste las fincas?”
“Sí, le
respondió, una se llama San Francisco y la otra Santa Fe, como usted ordenó”.
“Zelaya lo quedó
viendo con un poco de recelo y luego preguntó: ¿Y cuál es la más bonita?
El alemán pensó
en sus adentros: “Si le digo que San Francisco es la más bonita, este se queda
con ella, así que le diré que Santa Fe es la mejor.”
“Santa Fe es la
más bonita”, contestó Kautz.
“Bueno, dijo
Zelaya, ¡esa es la tuya!".
Al final,
Coronel Urtecho se reía a carcajadas. El alemán, por dárselas de vivo, salió
perdiendo", comentó Miguel.
Su hija estaba inquieta
por irse y él seguía hablando. "Nos vemos", me dijo, "voy a
regresar un día de estos a dejarte el libro".
Me quedé riendo.
Ojalá me traiga el libro de Coronel Urtecho, pensé, porque el otro, el de
Cardenal, está seguro en sus manos. Miguel, al menos con los libros, no es como
el suegro del poeta.
Corregido el 8/12/2023
Muy bonito escrito. Lo curioso para mi son las trayectorias que nos traza la vida. El señor Gross, después seria el bisabuelo de mis amigos Toto Gross; que en paz descanse, pues lo mato su suegro en Granada a sangre fría, el Ing. Luis Gross, y el menor de los tres barones Rommel que vive aquí en Stockton CA y seguimos en contacto.
ResponderEliminarLa finca Santa Fe después llegaría a ser de los Pellas de la casa Pellas. Conocí una parte pues un tío, primo de mi papa señor de apellido Renner trabajaba para ellos y yo andaba por rio San Juan trabajando para el Mid Inra después dela guerra del 79.
Lo interesante también que me despertó otros recuerdos este escrito es que yo he leído algunas de las novelas de Sergio Ramírez, pero 25 años fuera de Nicaragua no me doy cuenta de todo lo que publica Sergio. Desde que leí Castigo Divino me ha interesado sus escritos. Uno que me gusto mucho también fue Margarita esta Linda La Mar. Estos dos libros han capturado mi imaginación pues yo crecí en León de los 7 a los 17 años durante el auge del la siembra del algodón. Mi papa Ángel Emilio Miranda Estrada. Fue mecánico y piloto de aviación y por eso fuimos a vivir a León. Conocí personalmente a algunos personajes de Castigo Divino, como el Dr. David Shirie, (bueno no me acuerdo como se escribe) todavía vivo y después el acontecimiento de sus funerales en el paraninfo de la UNAN. También vivía yo en León cuando mataron a Rigoberto por herir a Somoza; mucha gente lo dice al revés y dice mataron a Somoza cuando fue en realidad al revés. Mi abuelo el Dr. Francisco S. Mongalo, medico y cirujano, se gradúo de medico en la primera promoción de médicos en la Universidad de Oriente y Medio día en Granada, fundada por el Dr. Francisco Martínez, y otros graduados en Francia. Después por consejos y ayuda de 25 dólares oro, como decían en ese tiempo. Se fue a la costa atlántica. Viajando por San Carlos y Río San Juan llego a Blue Fields, donde el relata en su biografía, que salvo la vida a un hombre con seis balazos en el estomago. Este relato yo lo oí de 7 anos cuando murió Somoza García en Panamá en manos de los médicos gringos. Los detalles me los aprendí mejor leyendo Margarita esta linda la Mar; de Sergio, Mi abuelo decía que a Somoza lo debieron tratar de peritonitis primero para estabilizarlo, en vez de ponerse a sacarle las balas, pues ahí se les desangro y con las transfusiones se les choco y murió. En resumidas mi conclusión es que a Somoza no lo mato Rigoberto, pues ninguna bala era de muerte, si no que lo mataron los gringos por tratar de salvar a su querubín el ultimo marine.
Aporte:
ResponderEliminarMaria Kautz Gross era hija de Ricardo Kautz Gross, nacido en alemania y Elisa Gross Barberena, de Granada, hija de un ingeniero aleman que vivia en Nicaragua y fue asesor de Zelaya, llamado Deogracias Gross, y de Juana Barberena, de Granada.
Osea el ingeniero no era su papa sino su abuelo y el origen de los Gross en San Carlos.
Los papas de Maria Kautz eran primos hermanos y por eso ella tenia los mismos apellidos de su padre.
Deogracias Gross tuvo 5 hijos. Una en Granada; Elisa Gross Barberena (mama de Maria Kautz)
otros tres en San Carlos: Fernando, Carlos y Julia Gross Solórzano, que son los primeros Gross de San Carlos y padres de todos los Gross de esa zona
Y una hija en Managua, Irma Gross Tenorio.
Anónimo: Gracias por el aporte. Saludos.
ResponderEliminarHola Anónimo, mi nombre es Hamilton Gross, yo soy bisnieto de Deogracia Gross, veo que conoces bastante del origen de los Gross de Nicaragua, me encantaría poder contactarte y que me contaras más de lo que conoces. te lo agradecería. mi email es ham_gross@hotmail.com
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