lunes, 7 de agosto de 2017

SIN FINQUEROS NO HAY COMIDA


De seguro has visto ese eslogan en una etiqueta pegada a la tina de una camioneta o en el vidrio posterior de un vehículo por las calles de la ciudad cuando vas en el autobús, en tu vehículo o en motocicleta hacia tu trabajo. Estoy seguro que en algún momento te has puesto a pensar en el porqué de esas cinco palabras que dejan claro que el finquero es la persona que con su esfuerzo produce los alimentos que consumimos diariamente en la comodidad de nuestra mesa familiar. La respuesta es sencilla, responde a la urgencia que tienen para que su labor sea apreciada y valorizada por la sociedad.
Los finqueros o campesinos son aquellos que desarrollan labores de ámbito rural, sean estas agrícolas o ganaderas, cuyo objetivo es la producción de diferentes tipos de alimentos que pueden ser consumidos para satisfacer su necesidades y comercializados para obtener ingresos.
¿Qué sería de nosotros sin finqueros? Imagínate que un día los finqueros, los campesinos de todo el país, se unen y toman la decisión de dejar de producir alimentos para comercializarlos en los diferentes mercados. De la mesa, en la que disfrutamos con la familia, desparecerían repentinamente la leche, el queso, la carne de res y de cerdo, los huevitos de amor, las tortillas, los frijoles, las frutas y verduras, las raíces y tubérculos, las musáceas, y todos los productos de primera necesidad que consumimos para nuestro diario vivir.
Una vez consumida la existencia de esos productos en nuestro hogar, tendríamos que salir a buscarlos pero no los encontraríamos en la pulpería, ni en el mercadito de barrio, ni en los mercados tradicionales, muchos menos en los mercaditos campesinos. ¿Qué haríamos frente a la escasez? Estoy convencido que la mayor parte de los Nicaragüenses tenemos familiares u amistades que de alguna manera viven en el campo y producen alimentos donde a través de ellos podríamos abastecernos. Otro sector de la sociedad, los más pudientes, los de mayores ingresos, buscarían como comprarlos en el mercado negro y estarían dispuestos a pagar cifras astronómicas por tener acceso a ellos.
De una día para otro viviríamos en el caos, un caos provocado por los finqueros que han dejado de producir alimentos. ¿Cuánto tiempo podríamos soportarlo? ¿Una semana, quince días, un mes?
Los finqueros, los campesinos son de vital importancia para el desarrollo de la sociedad pero históricamente han sido marginados y explotados. No dejan de producir alimentos aunque la sociedad no lo reconozca con mejores precios, aunque las grandes empresas capitalistas monopólicas paguen precios bajos por sus productos, aunque los gobiernos y el Estado no intervengan para lograr una mejoría de su situación, profundizándose la crisis social que viven cada vez más con nuevas formas de dominio y explotación. 
Tomar conciencia sobre el papel de los finqueros en nuestra sociedad es un asunto del diario vivir, es una cuestión moral, deberíamos celebrar su existencia en la mesa familiar y apoyar sus luchas y reivindicaciones para tener acceso permanente a los productos que generan y que son vitales para nuestra existencia.

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