Mensajes
cortos, demoledores.
Cuatro
frases, reveladoras.
Telegramas
sueltos, insospechables.
Nada
extenso, cartas inexistentes.
Se acabó el
camino.
Ya no hay
agua.
Haga caso,
vuelva mañana,
Despídase, regrésese a casa.
¡Adiós
chelita!, chaparra odiosa.
Incesante
voz, de ella.
Pan ni
frijoles hay,
Ni leche, ni café.
Vieras, ya
no regresa.
Siempre
bebió de todo.
Aguarrás, ácido,
cerveza, ron.
Sentenciado
siguió y siguió.
Que lo entierren parado.
Cero aguas, cero guaros.
Se acabó el
martirio.
Ella dejará
de sufrir.
Alístate para el camino.
Que en paz
descanses.
Ningún daño
seguirás haciendo.
La
humanidad será mejor.
Fuera gris,
bienvenido azul.
Y allí, viéndote estoy.
Vas de
viaje, tristemente.
Los
diplomas que acumulaste
con polillas
se pudrirán.
La chelita
suspira hondamente.
¡Adiós mi chaparra
odiosa!
El cielo se
cerró.
Tierra sobre
casa nueva.
Allí vivirás
mucho mejor.
Descanse
usted ser inexistente.
Domingo, 4
de septiembre de 2022.
Foto Propia.
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