jueves, 18 de mayo de 2023

CAMINAR Y DIVAGAR

 


En ocasiones cuando empiezo a caminar

mis pensamientos comienzan a divagar.

Después de un rato de andar, divagando,

los identifico y trato de atraparlos,

se desenrollan, en sentido anárquico,

por aquí, por allá, unos se escapan, no vuelven,

de tanto divagar con ellos.

Aparecen y atrapo los que más deseo.

 

A los humanos nos pasa casi siempre lo mismo,

es parte de nuestra naturaleza, es una nube blanca

circulando por nuestra mente que provoca

sutileza, suavidad, exquisitez,

que tratamos de mostrar a otros,

los colores de nuestros hilos intentando

que se den cuenta.

 

Aquí en este lugar,

en este momento, que voy caminando,

divagando, veo sus movimientos,

escucho su voz, la de todo el día,

afuera y dentro de mi cabeza, esa voz que

acompaña mis pensamientos, sentimientos, emociones,

su sonrisa gira con las nubes y

busco sus canciones preferidas.


Entre acordes está su voz

tarareando la canción,

y desenrolla mis pensamientos,

cual hilo expuesto de un tapiz,

unos van y otros vienen como un simple arroyo

que avanza alegre con las primeras lluvias de mayo

hasta salir de mi divagar por los caminos

que recorro y me llevan hasta el río.

 

18 de mayo de 2023

Foto propia.

domingo, 30 de abril de 2023

¡MAYO VENGA YA!

 



Aquí estás, un año después, y ya se escuchan los tambores. Nuestras almas están inquietas y la ciudad engalanada te esta esperando.

Te fuiste a la media noche, silencioso para que siguiéramos ilusionados con la dicha que nos diste durante un mes, tu mes Mayo Ya. Cuando el sol salió, todo cambió: los rostros quedaron sombríos, sin sonrisas, con ojos tristes, ojeras de trasnochados y, al hacer cuentas, los bolsillos quedaron volteados y lavados.

La tristeza nos volvió a invadir, pero somos fuertes Mayo Ya. En nuestras mentes y corazones te teníamos presente, ansiosos esperando tu regreso. No tenemos resentimientos, te fuiste lejos, navegaste por los siete mares y en el norte desapareciste de nuestra brújula que marcó en un inicio tus desplazamientos. Llenaste tus bolsas de bendiciones y ahora regresas para compartirlas con nosotros. ¡Bienvenido Mayo Ya!

Nos despojamos de la tristeza, para que sirve quejarse durante esos otros meses que tienen feos nombres, que no nos gustan, meses de penurias, aunque la distracción se organice para quitarnos la cabanga, la arrechura por tu ausencia Mayo Ya, por todos lados tratan de distraernos, date cuenta que por eso vamos a la playa, a las barreras, a los hípicos, a los ríos, pero nunca te la vamos a pegar, nunca, jamás de los jamases Mayo Ya, porque sos el mes de la fertilidad, el de la lluvia que nos empapa.

Y cuando estamos alrededor de vos, adorándote, te muestras orgulloso porque te cubrimos de cintas de colores, mueves tus ramas de excitación al ver tantos cuerpos que giran en movimientos sexuales ansiosos, pidiéndote que derrames dicha y bendiciones en la semilla que será fecundada para darnos nueva vida Mayo Ya.

Vida prolífica para que en los campos germinen las semillas, para que la mar nos de buenas faenas, para que los negocios sean bendecidos, para que surja entre nosotros el amor y la armonía, eso, eso Mayo Ya, libéranos del mal, aparta las enfermedades de nuestras casas, ilumina nuestros caminos con la luz que acumulaste en tu viaje y danos fuerzas para aguantar este bacanal que nos encanta, que nos enloquece al ritmo de los tambores que martillan en nuestras cabezas sin dejar de pensar en otra cosa más que en el tululu, en el lanchtanova, en el sinsaima, en el mero vacilón, danos fuerza Mayo Ya.

Sos una pausa en la tormenta que nos ahoga, sos la luz que ilumina nuestra alma caribeña, eso y más Mayo Ya. Desde hace días escuchamos los preparativos, los calentamientos y queremos que sea ya, que Mayo venga Ya, ahora, ya, en este instante, Mayo en la calle, Mayo en la casa, Mayo en el parque, Mayo en el barrio, Mayo en la sangre, Mayo con vos Mayo Ya, bailando en la playa, en la arena, en Corn Island, en Pearl Lagoon, en El Bluff, en todos los lugares, contorsionando nuestros cuerpos, tululiando todos los días y sus noches, una noche un amor en el mes de la fertilidad, el que hace olvidar rencores y  penas, dejándolo todo atrás para comenzar con la alegría que nos traes Mayo Ya.

Y si te vas al amanecer del último día de tu mes, Mayo Ya, y nos vas a dejar con las calles barridas y descoloridas, con la misma tristeza y desdicha que vive en nuestro corazón los otros once meses del año, te seguiremos esperando con la fe de que volverás a llenar de alegría a estos corazones que palpitan por ser feliz eternamente. ¡Mayo venga ya!


30 de abril de 2023

Foto: cortesía de  Jesús Salgado.


martes, 18 de abril de 2023

CUANDO ÉRAMOS CHAVALOS



En memoria de Manuel Bermúdez, "Palán" (1963 - 2021)


El grupo de amigos estaba conformado por Pancho, el Güerri, Alonzo, Richard, Javier, Glen, Lolo y José Manuel. Era un grupo pequeño, pero unido. Compartíamos los días en El Bluff, ubicado en el caribe sur de Nicaragua. Durante los meses de verano, disfrutábamos al máximo después de regresar de las clases en Bluefields.

Uno de los pasatiempos favoritos era jugar béisbol y, en ocasiones, futbol en el antiguo campo que hoy en día es un parque. Este campo era el escenario perfecto para practicar deportes y pasar un buen rato con los amigos.

Allí jugábamos contra el equipo de la Booth, los Diablos o los Capitanes, conformando el equipo de la UVA. Ese era nuestro enfrentamiento de alto nivel, jugar contra grandes peloteros de la liga de Baseball amateur de Bluefields. Con el tiempo, varios de nosotros debutamos como jugadores novatos con el equipo y recuerdo que un domingo le gané al equipo de Old Bank con un juego de no hit no run. Aún hoy me siento orgulloso de ello. 

Muchas veces nos enfrentamos a equipos de futbol de Bluefields, una selección de los mejores jugadores de esa época, cuando el futbol no era masivo entre los jóvenes. Martín Montero era nuestro Pelé, Chapop el mejor portero, Kalilita o Pancho o Rodolfo, como lo quieras llamar, era el mejor centrocampista y Alonzo la mejor defensa central. En una ocasión, nos creíamos un gran equipo de futbol, viajamos a Diriamba, nos alojaron en el Instituto Pedagógico y nos enfrentamos al equipo Diriangén, el mejor equipo de Nicaragua en esos años. Nos dieron una paliza de 16 goles a cero donde el portero anotó varios. Nunca nos desanímanos, el teniente Pallais, quien fue el que hizo los contactos para el viaje, nos daba ánimos. "Perdieron contra el mejor equipo de Nicaragua, no contra cualquiera", nos decía.

Nos gustaba pescar y los hacíamos en el muelle de los pescadores al que llamábamos “el Murito”. Usábamos diversos tipos de carnadas, desde trozos de bagre, sardinas y hasta camarones que nos regalaban los marineros de los barcos camaroneros. Cargábamos piñas de pescados roncadores para freír y con ellas caminábamos orgullosos por el andén hasta llegar a nuestras casas. En ocasiones, desde el muelle iluminado de la Texaco, arponeábamos enormes róbalos que se desplazaban en cardumen por las aguas verdes y limpias de la bahía.   

A veces, por las tardes, solíamos correr hasta la segunda laguna de la playa El Tortuguero y regresar al caer el sol como parte de nuestro entrenamiento. De regreso, a nuestra derecha, podíamos ver cómo el cielo se pintaba de naranja sobre la isla del Venado. Era una vista impresionante que nunca nos dejaba de asombrar.

Los domingos, después de acudir a misa, entre primos, encabezados por Dora Luz, recorríamos la costa pedregosa de la loma del faro para recolectar caracoles que se adherían a los rocas. Recogíamos baldes que luego se convertían en ollas de suculentas sopas en la diferentes casas familiares.  

Por las noches, nos reuníamos en las gradas que bajaban al muelle de las pangas. Sentados en la baranda de concreto, bajo el firmamento lleno de estrellas parpadeantes, mirábamos y escuchábamos los gritos de varios adultos que jugaban naipes en la casa de Steven Sambola o en la oficina de Busurcón. Las luces de los barrios de Old Bank y Pointteen de Bluefields se miraban a lo lejos, más allá de Half Way Cay, mientras las aguas mansas de la bahía buscaban sin prisa la barra en su salida al mar, dejando atrás la isla de miss Lilian y el muelle de la Booth.

Allí, en esas noches de calma, conversábamos sobre las actividades del día, sobre las muchachas que nos gustaban, de nuestros deportistas preferidos y reíamos felices contándonos lo que queríamos ser al llegar a adultos, mirando hacia lo alto con el rostro iluminado como cuando enviábamos telegramas  con nuestros deseos en la cuerda que sostenían los barriletes que elevábamos desde el parque de la loma. Regresábamos a casa antes de que la luz eléctrica, suministrada por la aduana, se apagara.

En otras ocasiones, cuando la Booth extendió la energía eléctrica en todo el puerto, por las noches jugábamos basquetbol y voleibol en la cancha ubicada en el norte del campo de beisbol, frente a la casa de don Chon Benavidez y la de doña Marianita, la mamá de los García. A veces, las rivalidades entre muchos se convertían en noches de boxeo en el cine Renith, utilizando guantes facilitados por los Benavidez.    

Comenzábamos el día muy de mañana para cruzar la bahía en barcos pos pos para asistir a clases, unos iban al colegio Moravo, otros al San José y al Colón.

Era una época de diversión, estudios y sueños. Aunque el camino por delante no era fácil, creíamos en que podíamos lograr nuestros objetivos en base a nuestras capacidades. Juntos, soñábamos con un futuro próspero y emocionante.

Con el tiempo, y debido a múltiples circunstancias, muchos de ellos tuvieron que irse a países extranjeros en busca de sus sueños, no hay profeta en su tierra, decían al partir, y otros se mudaron a distintas ciudades en Nicaragua. A pesar de la distancia, siempre mantenemos la amistad de cuando éramos chavalos. A menudo, recordamos con nostalgia esos días en el puerto de El Bluff.

Un día nos volveremos a reunir para juntos recordar esos buenos tiempos, nos decimos. A pesar de que nuestras vidas han tomado rumbos diferentes, no olvido las risas y los juegos que compartimos durante aquellos meses de verano en El Bluff.

Cada uno ha seguido su camino, pero el vínculo de amistad que compartimos nos mantiene unidos como la franja de arena que aferra el antiguo islote de El Bluff con el resto de Nicaragua.

 

12 de abril de 2023

Foto Propia: Abuela Manuela con sus nietos y nietas.

martes, 4 de abril de 2023

EN LA ARENA

 




En la arena, donde las olas acarician la costa,

el sol se refleja en el agua cristalina,

donde las gaviotas vuelan libres en el cielo,

y las conchas y las piedras cuentan historias antiguas.

En la arena, donde el viento sopla sin cesar,

y la brisa salada acaricia la piel,

donde los pies se hunden en su suavidad

y las manos crean castillos de sueños y fantasía.

En la arena, donde los ojos se pierden en el horizonte,

y los pensamientos se vuelven más profundos,

donde los corazones se abren a la inmensidad del mar,

y las almas encuentran paz en el susurro de las olas.

En la arena, donde el tiempo parece detenerse,

y todo lo que importa es el momento presente,

donde la vida cobra un significado más profundo,

y se siente la conexión con todo lo que nos rodea.

En la arena, donde se mezcla lo eterno y lo fugaz,

los sueños se hacen realidad y la realidad se hace sueño,

donde el corazón late con fuerza y la mente se libera,

y se siente la belleza y la magia del mundo.

En la arena, donde la gente va y viene,

la conocí, me enamoré y la amé,

bajo el brillo del sol y la luz de la luna,

en la calma del mar y la brisa del viento.

En la arena, todo es posible,

los corazones se unen y las almas se funden,

donde el amor se hace eterno,

y la belleza de la vida se revela en todo su esplendor.

 

 3 de abril de 2023
46 años después.
Foto Propia: Pearl Cay

jueves, 30 de marzo de 2023

EN LA PISCINA DE LA COLINA

Ella nada en la piscina de la colina,

me transfiguro en la alberca,

siento su presencia de mujer madura

desplazándose en mi cuerpo de agua.

 

Sus manos y sus piernas en sincronía

salpican mis aguas y sus movimientos

provocan el canto de los pájaros,

mientras el sol ilumina el día.

 

Sale erguida a observarlo,

y veo su esbelta figura a contraluz,

sus piernas largas, sus caderas altivas,

y sus pechos llenos de vida al viento.

 

En ese momento, todo se detiene,

el mundo se convierte en un poema,

y yo estoy cautivado y atrapado

por la belleza y la gracia de su ser.

 

Soy testigo silencioso

de su baño matutino, intimo,

y aunque ella no me ve ni me oye,

soy bendecido por su presencia

y por el milagro de la vida.

 

Miércoles, 30 de marzo de 2023

Foto propia.

domingo, 26 de marzo de 2023

EL LITORAL DE LA COSTA CARIBE DE NICARAGUA

 


La costa frente al mar Caribe de Nicaragua presenta el relieve que ha sufrido los más extensos y rápidos cambios morfológicos. Es un litoral en proceso continuo de emersión, que ha sido expuesto en los últimos milenios a las alternadas transgresiones y recesiones del mar.

El efecto más notable de dicho proceso es la rápida acreción y avance el frente litoral debido a la constante deposición de sedimentos terrígenos acarreados por los ríos hacia el mar. Los materiales son devueltos a la costa por la corriente litoral bajo el empuje de los vientos contrarios.

El volumen de los sedimentos que los ríos nicaragüenses aportan al mar Caribe ha sido estimado entre 25 y 30 millones de metros cúbicos por año, según Owens y Roberts. Esta deposición es causada por la fuerte erosión de las montañas del interior, la abundante lluvia y el notable caudal de los ríos que drenan la vertiente caribe del país. A manera de comparación, en términos de longitud de costa, la plataforma submarina de Nicaragua recibe alrededor de tres veces más agua dulce y quince veces más sedimentos, por descarga de los ríos, que la plataforma atlántica frente a los Estados Unidos.

El volumen de los sedimentos que los ríos nicaragüenses

aportan al mar Caribe ha sido estimado

entre 25 y 30 millones de metros cúbicos por año”.

 

Como consecuencia de los procesos de emersión y acreción se ha formado una serie de barreras arenosas, paralelas a la costa litoral, las cuales interceptan el flujo de los ríos en sus propias desembocaduras obligándolos en algunos casos a formar deltas, (como sucede con el San Juan, Escondido, Prinzapolka y Coco), o explayar las aguas en amplias lagunas costaneras de escasa profundidad, (en Páhara, Karatá, Wounta, Perlas y Bluefields).

 

Posiblemente en épocas pasadas algunos de estos ríos descargaban su contenido directamente en el mar, sin la interposición de barreras o lagunas litorales que en la actualidad bifurcan la corriente o empozan las aguas. Una nueva serie de barreras paralelas comenzó a formarse junto al litoral en emersión, encerrando paulatinamente antiguas bahías y atrapando deltas.


Las barreras progresaron de norte a sur a partir de la boca de los ríos, debido a la descarga de sedimentos y bajo los efectos de los vientos que empujan la corriente costera contra el litoral. Algunas de estas barreras son angostas fajas de arena que se interponen entre las lagunas costeras y el mar. Los nativos las llaman “haulover”, pues siendo bajas y estrechas permiten arrastrar (to haul over) los botes de las lagunas al mar y viceversa.

 

“Algunas de estas barreras son angostas fajas de arena

que se interponen entre las lagunas costeras y el mar.

Los nativos las llaman “haulover, pues siendo

bajas y estrechas permiten arrastrar (to haul over)

los botes de las lagunas al mar y viceversa”.

 

Ocasionalmente —como sucede después del paso de huracanes y tormentas tropicales— ciertos ríos se desbordan y rompen las barreras interpuestas, abriendo una nueva salida al mar. Tal parece fue le caso del río Grande de Matagalpa, que anteriormente desembocaba en la laguna de Perlas y cuyas aguas pasan hoy sobre una antigua barrera sumergida o “barra”. Jeffrey Radley, en su tesis titulada “La Geografía Física de la Costa Este de Nicaragua”, escribe textualmente al respecto: “según parece, por fotos aéreas, el Río Grande fluyó en una época hacia el extremo norte de la Laguna de Perlas, siguiendo un curso al sureste, de modo que cortaba una playa emergida. Dos lagunitas (Srimni y Karaslaya) y un riachuelo en medio de un gran parche aluvial sugieren el antiguo curso”.

 

El Grande de Matagalpa, al parecer, es el único río de la Costa Atlántica que ha logrado abrir una nueva salida directamente al mar en época poscolombina. La hipótesis aquí presentada es reforzada por la escasa acumulación de sedimentos en la actual desembocadura, cuyo volumen no parece corresponder a lo estimado de acuerdo con la extensa cuenca que el río drena.

 

Las medidas realizadas por Diego Porras y la geología descartan al río Grande como el Río del Desastre de Colón. Antes bien, parecen apoyar la opción a favor del río Escondido, situado más al sur. Este último, en efecto, forma uno de los más extensos deltas en la costa caribe de América Central. Sus ramales de abren en abanico desde el lugar llamado False Bluff hasta el actual puerto de El Bluff.


Una alargada barrera arenosa ha evolucionado en los últimos siglos entre ambos sitios y desviado el cause principal del río hacia el sur, de tal modo que el grueso de las aguas entran hoy en la presente laguna de Bluefields. El antiguo islote de El Bluff ha quedado unido a tierra firme por medio de la barrera. Por otra parte, los sedimentos recientes del Escondido han contribuido al alargamiento de Deer Cay, (la isla del Venado), que en la actualidad cierra la laguna mencionada en casi todo su frente hacia el mar.

 

“El antiguo islote de El Bluff ha quedado

unido a tierra firme por medio de la barrera”.

 

La antigua salida del Escondido estaba en proceso de cierre cuando el pirata William Dampier la remontó en 1681 para carenar una tartana: “Tiene en su desembocadura una playa arenosa adecuada para carenar. Su boca es profunda, pero su barra no pueden pasarla barcos de más de 70 toneladas”. En tiempos de Colón —dos siglos antes de Dampier— la entrada del río debió haber sido más expedita, aunque peligrosa por la barra que la guardaba.

 

Las drásticas transformaciones en el litoral del Caribe, aún en el breve lapso de dos siglos, sugieren también que —pensando retrospectivamente— el cabo Gracias a Dios doblado por Colón a principios del siglo XVI debe de encontrarse actualmente a varios kilómetros tierra adentro, sepultado por el aluvión del Coco, el río más largo y uno de los más caudalosos del istmo centroamericano, cuyo delta es un verdadero vértice donde se parten vientos y corrientes.

 

martes, 21 de febrero de 2023

 

Fuentes:

 

- Jaime Incer Barquero: Viajes, Rutas y Encuentros.

- Fuentes varias en Internet.

Foto de Google Earth.


martes, 21 de marzo de 2023

UN DÍA DE VERANO


La neblina de mañana se levanta

y la luz del sol poco a poco avanza,

mientras los árboles despiertan y empapan

a los pájaros que en ellos cantan.

 

Es un juego de rocío y canto,

de sol y niebla que se entrelazan,

los pájaros saltan y se bañan

con gotas de agua que de las hojas emanan.

 

El sol lucha por resplandecer,

y la niebla se resiste a desaparecer,

mientras los pájaros aprovechan el baño

y con su canto anuncian el día de verano.

 

Es un juego eterno de luz y sombra,

de rocío y canto que asombra,

y mientras el sol se eleva en el cielo,

el pájaro guas canta su eterno anhelo.

 

Disfrutan el juego del verano,

de niebla, rocío, sol y canto cotidiano,

y mientras el día va avanzando,

la naturaleza sigue dominando.

 

Las nubes oscuras pasan lentas,

llenas de orgullo en su andar pesado,

mientras los pájaros vuelan presurosos,

buscando refugio en algún rincón.

 

Se escucha el estruendo de un trueno,

un eco que retumba en la distancia,

y todo queda en silencio pleno,

esperando la lluvia y su danza.

 

Llueve al terminar el día de verano,

una lluvia suave, lenta y constante,

que calma los corazones de todo humano,

y empapa la tierra con su agua purificante.

 

 

21 de marzo de 2023

Día mundial de la poesía.

Foto Propia. 

domingo, 12 de marzo de 2023

A MIS NIETOS

 

Desde el primer día que los vi,

en mis brazos sostuve y cuidé,

son mi alegría, mi bendición,

y hoy como abuelo, les canto esta canción.

 

Les di de comer con cuchara y biberón,

crecer los vi y madurar con ilusión,

vimos La Pepa, los Backyardigans,

y el Gato con Botas nos hizo soñar sin fin.

 

Jugamos macho parado y escondite,

y cuando se quedaban dormidos, yo sonreía,

contemplando la belleza de mis nietos

a mi lado en paz y armonía.

 

Los vi con el uniforme el primer día de clases,

y fui apoyo cuando sus padres no pudieron asistir,

en sus ojos vi la felicidad de mi existencia,

y en mi corazón guardé su amor sin fin.

 

Hoy los veo zarpar como barco a la mar,

y aunque ya no me llamen como antes,

siguen siendo mis nietos queridos,

y en mi corazón siempre estarán presentes.

 

Soy un abuelo feliz, sigo cumpliendo mi papel,

y aunque sus pasos los lleven lejos,

nunca olviden que siempre estaré aquí,

esperando que regresen, y amándolos hasta el fin.

 

 

11 de marzo de 2023

Foto propia