Si caminas o recorres en vehículo la calle central de Nueva Guinea, te darás cuenta que a sus lados existen miles de negocios; tiene una particularidad: si sos observador vas a descubrir que existe sólo una acera, ubicada del lado izquierdo, de Oeste a Este. Encontrarás negocios de todo tipo: un hotel, ni una sola cantina aunque no lo creas, varias iglesias evangélicas, el parque central, pulperías, fritangas, librerías, microfinancieras, ferreterías, talleres de motos, barberías, oficinas de instituciones del Estado, cyber-café, oficinas de abogados, farmacias, clínicas médicas, centros de medicina natural, casas comerciales y casinos. Son 10 cuadras que huelen a dinero y en el fondo está el monumento, el mercado municipal, y la parada de buses y camiones que viajan hacia Managua y las colonias.
El mercado municipal es como el
“oriental” de Nueva Guinea. Si te bajas de un bus, podés recorrer el laberinto
de tramos donde se oferta con trato acogedor todo lo imaginable. Los jueves es
el día del mercado porque los campesinos que viven cerca de la ciudad bajan a
vender sus productos y encontrarás un movimiento increíble de gente en los
alrededores. Si necesitas un taxi, allí mismo lo podés tomar porque los
carritos con forma de zapato permanecen parqueados al lado de las camionetas de
acarreo, obstruyendo el estacionamiento y el tránsito de vehículos en “la
esquina del movimiento”.
Si vas a caminar, es seguro que
cuando salgas de la parada de buses te vas a encontrar con el monumento, así le
llaman, “el monumento de Nueva Guinea”. Te lo voy a describir para que lo
identifiques. Está ubicado en la esquina sur del mercado municipal, propiamente
en la boca calle, su base está formada por grandes piedras apiladas; sobre
ellas vas a ver una figura rara, unas veces pintada de azul y blanco, en otras
cubierta con propaganda partidista. Esa figura es la extracción del mapa de
Nicaragua de lo que antes fue conocido como el departamento de Zelaya y encima
tiene un rótulo que indica el nombre y dirección hacia las colonias.
Te voy a contar parte de su
historia. Allá, a finales de la década de 1960 se desarrolló un proyecto de
colonización llamado “Rigoberto Cabezas” que tuvo su auge en la década de 1970.
Me imagino que sabes quién fue, pero para que no te enreden te digo que se tomó
por las armas la Mosquitia cuando estuvo de Presidente el General José Santos
Zelaya y al hecho le llamaron “la reincorporación de la Mosquitia”. Cuando
hicieron las primeras colonias con asesoría israelita, se le ocurrió a un señor
llamado Benicio Castillo, administrador del proyecto gestionado por el
Instituto Agrario (IAN), construirlo para la inauguración de la trocha entre La
Gateada y Nueva Guinea en el verano de 1971.
El día que inauguraron la trocha,
el propio Anastasio Somoza Debayle lo develó. Una placa de bronce tenía escrito
lo siguiente: “General, cuando usted venga a estas tierras se enamorará de
ellas como yo me enamoré de la Mosquitia”. Era el fragmento de una carta que le
había enviado Cabezas a Zelaya luego de “la reincorporación”. ¡Qué lindo!:
luego de irrumpir violentamente con armas en las ahora Regiones Autónomas, se
enamoró de ellas. Muy romántico, ¿verdad?
Somoza explicó su significado a
los que se aglomeraron: “esto es símbolo del progreso, con él ponemos un
límite, el límite entre la ciudad y la selva, un mojón entre el progreso y el
atraso”. “Cuando lo escuché, comprendí lo que era para él. De allí para acá
estaban los del pueblo, los civilizados, y para allá los campesinos, los
macheteros”, dijo don Víctor Ríos Obando, uno de los fundadores de Nueva
Guinea, al preguntarle sobre el monumento de Nueva Guinea.
Para Miguel Barrera Duarte “es el
sitio ideal para localizar a la persona buscada, asiento de transeúntes cansados,
urinario predilecto de perros y borrachos desorientados, y más de una vez ha
servido de tarima a varios locos que anuncian la venida inminente de los ángeles
del Armagedón. A su lado han posado presidentes, generales, guerrilleros,
brujos, prostitutas, lustradores, pordioseros, campesinos, sacerdotes, enamorados,
escritores y poetas”.
Allí está, ya lo sabes, pero, ¿el monumento sigue manteniendo ese
significado? ¿Es símbolo del progreso o de resistencia campesina? A propósito,
la mayoría de la población, técnicos, profesionales y funcionarios de Nueva Guinea
no lo saben. Ándate con cuidado, no vayas a chocar con el si vas conduciendo y
tómate varias fotos a su lado para que te queden de recuerdo cuando visites
Nueva Guinea.
Martes, 04 de Junio de 2013.