lunes, 17 de enero de 2011

UN AÑO DE SUEÑOS DEL CARIBE

Puesta de Sol entre las islas de Miss Lillian. El Bluff.©

Hace un año realicé mi primera entrada al Blog Sueños del Caribe. Incursione en el mundo de los “blogueros” propiamente en el día en que mi nieto White Bush Hill cumplía su primer mes de vida. Me lancé a la aventura con el compromiso de escribir todos los días y retomar aquellos escritos antes publicados en los diarios y otras páginas comprometidas con el Caribe Nicaragüense. En esa primera entrada señale: “los temas que trataré de escribir son diversos, principalmente sobre la situación y la realidad de la Costa Caribe de Nicaragua y de mis experiencias personales en diversas situaciones. Trataré de escribir cada día, pero también iré incorporando artículos que antes he escrito y de los cuales algunos han sido publicados”.

Hoy mi nieto lleva en su boca cuatro hermosos dientes que brillan en su sonrisa y comienza a caminar, con cierto temor pero alegre y confiado ante la atención de sus abuelos, padre, madre y tíos. Nos alegra la vida, llena nuestro espacio y nos une cada día más. Pronto lo veré con su uniforme entrando a la escuela y espero verlo por muchos años más, igual que a todos mis nietos.

La aventura de Sueños del Caribe también ha crecido en este primer año. El compromiso, la palabra dada vale mucho y tiene fortaleza, ha dado un giro total en esta nueva etapa de mi vida. Un día de estos escribí “¿Por qué escribes?", tratando de compartir con mis lectores, mis amigos y amigas, el origen y razón de ello. Al inicio, la pasión no había florecido, existía la chispa pero no ardía como hoy. Hoy arde por muchas razones.

En primer lugar por la correspondencia. Les doy mil agradecimientos a aquellos que después de leer una entrada en el blog se toman un minuto de su valioso tiempo para hacer comentarios a lo que escribo. Por muy pequeño que sea, ese comentario, es similar a una brisa que mantiene el fuego ardiendo y da ánimos y fortaleza para seguir adelante. Estoy pendiente de ellos y casi siempre les doy mi respuesta. A ellos y ellas mi total y eterno agradecimiento, son parte de la llama encendida.

En segundo lugar por los seguidores del blog. ¿Qué razón motiva a una persona seguir en un blog los escritos de otro que, en muchos casos, viven en los extremos geográficos de un mismo planeta? Muchas veces me lo pregunto y trato siempre de darme una respuesta esperanzadora. Lo hacen, digo, porque buscan permanentemente algo nuevo, diferente, quieren escuchar la voz, no la mía, de los que aspiran cambiar el orden de las cosas, las voces de otros similares a ellos y ellas, ver a los que no se ven, a los invisibilizados. A mis seguidores, que en un inicio eran contados con los dedos de una mano y hoy llenan la sección del blog donde aparecen, les vuelvo a renovar mi compromiso, ampliado, mejorado, enriquecido en este año con la insaciable manía de escribir.

Hay muchos más a quienes debo agradecer por darle click a mis entradas en el blog. A los miembros de los grupos de las redes sociales, principalmente Facebook, a los de Todo por la Costa Caribe de Nicaragua y Sueños del Caribe les debo las gracias. Seguiré promoviendo y debatiendo junto a ellos por un Caribe Nicaragüense mejor, haciendo propuestas y debates. Gracias a ellos por acogerme y participar.

Debo agradecer a varios amigos y amigas que han dado ánimos para seguir adelante con esta labor. A los que dicen: “qué se come en La Colina que no dejas de escribir, qué haces para carburar tantas cosas en tu cabeza y luego la entregas por nada a cambio”, y a los que me han invitado a participar y debatir en el encuentro de blogs y nuevos medios de comunicación, espacio en el cual logré comprender la dinámica, la riqueza y el valor que tiene el blog, aun cuando lo que escribes es similar a un mensaje que introduces en una botella cerrada y la tiras al mar desconociendo quien lo recibirá y se dispondrá a leerlo.

A la Taña, mi domadora, la que nunca me abandona, aunque a veces tarda, mi compromiso para que cada vez se deslumbre y diga: “me encantó”. A la primer critica de lo que escribo, mi mujer, Emilce, que siempre está pendiente del momento en que surge la primera versión impresa para leerlo y, al ver su mirada, me doy cuenta sí el tiempo que le he robado valió la pena o lo he desperdiciado.

A todos, un compromiso renovado, ampliado, enriquecido de seguir haciendo esquemas, borradores tras borradores hasta culminar un Sueño más del Caribe.


Ronald Hill A.
La Colina
Nueva Guinea, RAAS
Lunes, 17 de enero de 2011