me transfiguro
en la alberca,
siento su presencia
de mujer madura
desplazándose
en mi cuerpo de agua.
Sus manos y
sus piernas en sincronía
salpican mis
aguas y sus movimientos
provocan el
canto de los pájaros,
mientras el
sol ilumina el día.
Sale
erguida a observarlo,
y veo su
esbelta figura a contraluz,
sus piernas
largas, sus caderas altivas,
y sus
pechos llenos de vida al viento.
En ese momento,
todo se detiene,
el mundo se
convierte en un poema,
y yo estoy
cautivado y atrapado
por la
belleza y la gracia de su ser.
Soy testigo
silencioso
de su baño
matutino, intimo,
y aunque
ella no me ve ni me oye,
soy
bendecido por su presencia
y por el milagro
de la vida.
Miércoles, 30 de marzo de 2023
Foto propia.