Rueda la rueda,
girando por los caminos,
jalado la carreta y el carruaje.
Una cargando alimentos para cuerpos,
leche en la pichinga, y el otro,
almas; decepciones, esperanzas, pasiones y alegrías.
Inseparables en el paisaje,
yacen por el tiempo corroídas.
Sin carreta ni carruaje,
de alimentos y almas desproveías.
¡Contempla!, ¡contempla a la rueda y la pichinga!
Ejemplos del andar por la vida,
abandonadas como piezas de museo,
esperando que el invencible tiempo las extinga.
Ronald Hill A.