De piernas
cruzadas la vi,
bajo sombras
de secas palmeras,
seduciendo la
brisa del mar.
Sus lentes
reflejaban gaviotas,
grama de
playa cubriendo su alrededor,
chavalos
corriendo, brincando piedras.
Su risa me concientizó
del sonido,
atrayéndome
en arena tibia.
Piel
seduciendo sentidos.
Bocas locas,
manos bucólicas.
Corazones detonando
en diamantes azules,
llamas
flameantes brotaron.
Sus ojos el
firmamento iluminaron.
Brujitas
rosadas y amarillas,
tallos verdes
sus manos estrujaron.
Ardor de
pasión, océano de paz.
Olvidando
toda crueldad,
enloquecido
al ritmo de su tiempo.
Foto: http://www.filosoficamente.es/tiempo-filosofar/