El camión lechero pasa velozmente,
el IFA rebosa de gente hasta en los costados,
pichingas se sacuden al trote del caballo,
estudiantes colorean el camino de azul y blanco,
motocicletas
veloces los aventajan.
Afuera hace frío por la niebla,
húmeda y brillante está la grama.
Amanece en Nueva Guinea.
Pero yo
estaré en la isla del mar Caribe,
en el
corazón de la isla del mar,
donde las olas revientan en el arrecife,
explayándose en los cocoteros.
En el patio las gallinas
cacarean, el gallo canta,
los cachorros juegan en la hojarasca de naranja y mango,
y Web, mi viejo amigo, grita, grita y grita,
los
pescadores zarpan a la mar y no lo escuchan,
cansado, gira y desaparece por el camino de arena blanca.
Saboreo el café colombiano hecho al estilo cubano
y los barcos se
alejan en nueva faena.
Allí estoy,
allí en la isla del mar, colmado de su calor.
Allí estoy, disfrutando el amanecer.
El galopar de los cascos se acerca,
la lechera pasa velozmente,
bajo estrellas durmientes
y rayas rojizas atravesando el cielo.
El hombre con su carreta de bueyes
saluda y dice adiós tarareando
la misma vieja y triste canción.
Es un nuevo
amanecer en Nueva Guinea.
Pero yo estaré en su corazón, en la isla del mar,
donde se vive y ama como en ningún otro lugar.
10/02/2023
Foto: Arpillera de Nydia Taylor.