De seguro has
visto ese eslogan en una etiqueta pegada a la tina de una camioneta o en el
vidrio posterior de un vehículo por las calles de la ciudad cuando vas en el
autobús, en tu vehículo o en motocicleta hacia tu trabajo. Estoy seguro que en
algún momento te has puesto a pensar en el porqué de esas cinco palabras que
dejan claro que el finquero es la persona que con su esfuerzo produce los
alimentos que consumimos diariamente en la comodidad de nuestra mesa familiar. La
respuesta es sencilla, responde a la urgencia que tienen para que su labor sea apreciada
y valorizada por la sociedad.
Los finqueros o
campesinos son aquellos que desarrollan labores de ámbito rural, sean estas
agrícolas o ganaderas, cuyo objetivo es la producción de diferentes tipos de
alimentos que pueden ser consumidos para satisfacer su necesidades y
comercializados para obtener ingresos.
¿Qué sería de
nosotros sin finqueros? Imagínate que un día los finqueros, los campesinos de
todo el país, se unen y toman la decisión de dejar de producir alimentos para comercializarlos
en los diferentes mercados. De la mesa, en la que disfrutamos con la familia, desparecerían
repentinamente la leche, el queso, la carne de res y de cerdo, los huevitos de
amor, las tortillas, los frijoles, las frutas y verduras, las raíces y tubérculos,
las musáceas, y todos los productos de primera necesidad que consumimos para nuestro
diario vivir.
Una vez consumida
la existencia de esos productos en nuestro hogar, tendríamos que salir a
buscarlos pero no los encontraríamos en la pulpería, ni en el mercadito de
barrio, ni en los mercados tradicionales, muchos menos en los mercaditos
campesinos. ¿Qué haríamos frente a la escasez? Estoy convencido que la mayor
parte de los Nicaragüenses tenemos familiares u amistades que de alguna manera
viven en el campo y producen alimentos donde a través de ellos podríamos
abastecernos. Otro sector de la sociedad, los más pudientes, los de mayores
ingresos, buscarían como comprarlos en el mercado negro y estarían dispuestos a
pagar cifras astronómicas por tener acceso a ellos.
De una día para
otro viviríamos en el caos, un caos provocado por los finqueros que han dejado
de producir alimentos. ¿Cuánto tiempo podríamos soportarlo? ¿Una semana, quince
días, un mes?
Los finqueros,
los campesinos son de vital importancia para el desarrollo de la sociedad pero históricamente
han sido marginados y explotados. No dejan de producir alimentos aunque la
sociedad no lo reconozca con mejores precios, aunque las grandes empresas capitalistas
monopólicas paguen precios bajos por sus productos, aunque los gobiernos y el
Estado no intervengan para lograr una mejoría de su situación, profundizándose la
crisis social que viven cada vez más con nuevas formas de dominio y explotación.
Tomar conciencia
sobre el papel de los finqueros en nuestra sociedad es un asunto del diario
vivir, es una cuestión moral, deberíamos celebrar su existencia en la mesa
familiar y apoyar sus luchas y reivindicaciones para tener acceso permanente a los
productos que generan y que son vitales para nuestra existencia.