Siempre está en mis pensamientos, en esos momentos difíciles de la vida, de angustia, desesperación y decepciones por lo fallido, siempre regresa, sin llamarlo, como una luz que me da ánimos para seguir adelante. Nunca podré olvidarlo. Sus rincones, lugares de encuentros, de paseos, la vida de su gente, los amigos de juventud, la vida vivida en él siempre están presentes. La cálida casa de mi abuela Manuela, contiguo a la de mis padres, regresa y me encuentro sentado en la mesa redonda de la cocina comedor, junto a mi abuelo Felipe, noto como sazona y saborea la suculenta comida, escucho sus palabras claramente, me vuelve a ver, sonríe, continua hablando siempre de cosas buenas, siempre trae buenas noticias a la mesa. La imagen se nubla y vuelvo a la realidad. Suspiro y me lleno de coraje.
Cambió en todos los aspectos. En lo físico, como nos sucede con el paso del tiempo, los excesos marchitaron su belleza y encantos porque la codicia de unos cuantos casi terminó con sus riquezas. La naturaleza le jugó una mala pasada, rompió sus vínculos con la franja costera y lo convirtió en una isla en medio de la nada. Su gente cambió, la mayoría de los jóvenes se marcharon en busca de un futuro mejor y cuando regresan son extraños entre los que volvieron a poblarlo. La vida cambió de una manera dolorosa pasando de la abundancia a la miseria en corto tiempo, en un suspiro la pujante actividad económica que le daba esplendor desapareció y sin invitación aparecieron la miseria, el hambre, las drogas, la delincuencia. Sus aguas perdieron profundidad y la riqueza marina a su alrededor también emigró. Muchos barcos quedaron varados y con el tiempo se convirtieron en chatarra oxidada, abandonados, como fantasmas de mar y por muchos años su muelle principal estuvo ocioso.
La adversidad hundió a muchos en la droga y se convirtieron en “zombies”, enemigos de la poca riqueza de su gente y también en enemigos a muerte de los perros flacos hambrientos que detectan sus pasos en la calma de la noche. Durante el día deambulan por sus andenes, se concentran en el muelle de las pangas sentados en las bancas a la espera de pasajeros y corren tras los bolsos para cargarlos a cambio de monedas y, si te rehúsas a ello, te acompañan en el recorrido pidiendo sin cesar para la comida. Algunos vagan por la costa con los ojos amarillentos, perdidos en el horizonte, con esperanza de que las olas les entreguen algo que vender. A otros la adversidad no los ha podido doblegar y han encontrado nuevas formas de vida. Unos pican piedra y venden piedrín para ser utilizadas como materiales de construcción, otros han encontrado en la venta de agua el sustento de sus familias y en la venta de chatarra al por mayor ante la abundancia de este recurso. Para el verano y semana santa, algunos han logrado construir pequeños ranchos de paja en la playa, donde venden bebidas y comida a los veraneantes que cada vez son más por la belleza de su playa. La mayoría esta de brazos cruzados, obligados a permanecer en estado de miseria por una Empresa gringa llamada Gulf King que le debe al Estado de Nicaragua y a ellos, su salario, vacaciones e indemnizaciones según las leyes laborales del país porque se ha declarado en quiebra y nadie hace nada por el hecho de ser norteamericana.
La desesperación los ha obligado a ejercer presión tomándose el plantel de la empresa Petronic cortando el abastecimiento de combustible y paralizando al instante la economía de la RAAS. El gobierno Regional les prometió reactivar la pesca habilitando unos diez barcos camaroneros sin contar con los recursos para ello. El gobierno Central envía regularmente alimentos básicos y los exonera del pago del servicio de luz eléctrica. Con estas medidas los líderes suspendieron la toma pero la población los acusó de haberse vendido al Gobierno y otro grupo se volvió a tomar el lugar, entre ellos los enemigos nocturnos de los perros.
La problemática es tan profunda que la solución no está al alcance de las autoridades regionales. Solamente se podrá superar con una empresa fuerte, integrada, con una flota moderna de barcos, con un astillero para su mantenimiento, con mercado seguro de sus productos, que genere empleo permanente y temporal, y lo más importante, que contribuya a recuperar las esperanzas y el esplendor de El Bluff. El gobierno Central tiene las posibilidades y el reto de hacerlo realidad.
Ronald Hill Álvarez
La Colina
Viernes, 16 de julio de 2010
Nueva Guinea, RAAS.
hillron@hotmail.com
Estimado Ronald, aunque no tuve la dicha de dejar mi ombligo en este puerto, mi padre y la historia de su desendencia esta ligada a este terruño, la mejores historia, esas que salen con los buenos amigos y los tragitos estan ancladas al Bluff.
ResponderEliminarTambién comparto la preocupación de las condiciones con que se vive en este puerto, la desesperanza afecta a su población y las respuestas no parecen ser sólidad. Uno mi humilde voz a las tuya y de otros para pedir auxilia, esperanza para la gente del Bluff, eso incluye a mi padre. Atte Ileana Lacayo
Ronald,son mis mas grandes esperanzas que tus palabras y escritos lleguen a oidos por todos lados,ers tu la voz de nuestro querido puerto,y asi como tu dices se puede cerrar los ojos y recordar a mi Abuela Miss Myrtle Hunter tocando su guitarra,en ese su corredor que servia como un punto de descanso para platicar de todo un poco.El pasar por half-way-key y mirar como se acerca esa perla que un dio brillo como la mas esplendida del caribe nicaraguense,hoy sus hijos nativos son pocos,pero entre mas largo de el,mas lo quieres,El Bluff esta y solo como personas como tu que de alguna manera cuando ya creemos que esta olvidado nos demuestras con tus escritos que esta alli todavia.En esta ocasion me obligo a invitar a todos aquellos hijos del Bluff,que comentemos este pedazo de escrito que sin dejar duda es la cruda y amarga realidad de nuestro pueblo.Mr. Ronald Hill sigue siempre recordandonos que nuestro padres se sintieran orgullosos que de El Bluff salio una vos llamada Ronald,adelante que algun dia talvez para niuestros nietos o bis-nietos volvera a ser esa esplendida comunidad que un dia fue,saludos mi hermano esto le marca el alma a cualquier hijo de El Bluff.
ResponderEliminarTe felicito Ronald por esa narrativa poética muy conmovedora y real, de verdad que espero que algun POlicítico pueda leer tus escritos y valorar la necesitad que tenemos de reactivar la economía regional.
ResponderEliminarSaludos y continua con tus escritos que habemos muchos que lo valoramos.
Hola Ronald: La situación de nuestro querido Bluff es lamentable y mas lamentable aun es la poca esperanza que hay en su población, pues actualmente carece de los mas fundamental del ser humano: TRABAJO, no hay fuentes de trabajo!!! vos lo decías, los barcos pesqueros se volvieron chatarra, la planta procesadora de mariscos que era capaz de acopiar el producto de la pesca de mas de 300 barcos y dar trabajo a cienes de mujeres y hombres tampoco existe, la pujante fabrica de barcos de fibra de vidrio es parte del recuerdo, y así podemos enumerar muchas cosas mas...pero también es cierto que muchos hijos de El Bluff no vimos arrastrados a la emigración en busca de mejores oportunidades de vida, que de seguro volveríamos con mucho entusiasmo a nuestro pequeño puerto si allí encontráramos oportunidades de trabajo para subsistir, pero para que eso sea una realidad, es de vital importancia la mano de las autoridades locales, regionales y nacionales... por lo pronto, voces como las tuya, son la única esperanza, esperemos que este clamor llegue a todos los hombres de buena voluntad y pongan sus fuerzas desde los cargos que ocupan para que al menos le rasquen los pies a ese gigante que aun duerme -como dicen los abogados- el sueño de los justos.....Un abrazo LOLO BERMUDEZ
ResponderEliminarYo estoy seguro que muchos de los que nacimos y vivimos en esa pequeña tierra, siempre tenemos sueños iguales a los tuyos, y recordar y soñar con el pasado es como mantener vivo y cercano a tus viejos a tus amigos y tus lugares. La última ves que visité El Bluff fué aprox. hace 20 años y ya desde esa epóca no persibí a el Bluff de mis sueños, de mis recuerdos, ni encontré los amigos que dejé, siempre estaban los mismos lugares y cuando me detuve por momentos en ellos inmediatamente me traslade a mi infancia y lo único que me sacó de ese transe fué abrir los ojos y ver como esos sitios de antaño estaban cambiados y lo peor de salir de ese transe era ver que ese cambio no era de futuro,si no de destrucción. Que pesar mas grande sentí, ahora despues de veinte años, sí, quiero volver, pero no quisiera llegar a lo desconocido. Felicidades primo, notas como éstas revitalizan el espiritu.
ResponderEliminarEso que dice Rene Montero yo lo vivi en 1998 (ultima vez que estuve en El Bluff), te ven como un desconocido, forastero, mas no saben que ese Puerto nos vio nacer y nos regalo los mejores anos de nuestra vida, conocimos las primeras letras con dona Carmelita, viajamos a la escuela de Bluefields en los Pospo como LA MUCA, EL BALANDRA, SANTA MARIA, EL LESBIA, EL DON ARTURO, y luego vinieron las pangas del Macho Raton, Wendolin, Azul y tantos mas que vieron como los ninos se convetian en adultos... y alli tambien conoci a la que hoy es mi esposa y madre de mis hijos, Mayra Poveda, que aunque llego a conocer El Bluff a sus quince anos, hoy se siente tan blofeña como nosotros, Salud! Ronald estamos en contacto./
ResponderEliminarLolo Bermudez